Enlace Judío México e Israel.- El pasado 4 de marzo, al exponer ante los 75 funcionarios del Archivo Secreto Vaticano, el Papa Francisco declaró que la Iglesia “no tiene miedo de la historia”, sino que al contrario, “la ama, y quiere amarla más y mejor, como Dios la ama”.

JULIÁN SCHVINDLERMAN

En coincidencia con el ochenta aniversario de la elección de Eugenio Pacelli al trono de San Pedro, informó que dentro de un año el Vaticano abrirá a los investigadores el archivo secreto relativo al pontificado de Pío XII. “Con la misma confianza que mis predecesores, abro y confío este patrimonio documental a los investigadores” indicó. Al justificar su decisión histórica, Francisco aseguró:

“Tomo esta decisión con un espíritu sereno y confiado, seguro de que la investigación histórica seria y objetiva podrá evaluar a su debido tiempo, con la crítica adecuada, los momentos de exaltación de aquel Pontífice y, sin duda, también los momentos de grave dificultad, de decisiones atormentadas, de la prudencia humana y cristiana, que para algunos podía parecer reticente, y que en cambio eran intentos, humanamente incluso muy duros, de mantener encendida, en tiempos de densa oscuridad y crueldad, la llama de las iniciativas humanitarias, de la diplomacia oculta pero activa, de la esperanza en las posibles buenas aperturas de los corazones”.[i]

Por décadas, historiadores han estado pidiendo al Vaticano la apertura de estos archivos. En la medida en que la iniciativa del Papa sea completa -y no editada selectivamente con el fin de arrojar luz exclusivamente sobre los aspectos positivos del pontificado de Pío XII- este paso dado por Francisco merece ser aplaudido y considerado un punto de inflexión histórico. Sin embargo, hay bases para el escepticismo, pues Roma lleva varios años ya intentando beatificar a Eugenio Pacelli, para disgusto de la comunidad judía mundial y la comunidad de expertos en el Holocausto. Pues al pretender absolver a Pío XII, en rigor, Roma aspiraría a alcanzar su propia absolución. Cabe notar que los sucesores de Pacelli -Juan XXIII (1958-1963), Paulo VI (1963-1978) y Juan Pablo II (1978-2005)- ya fueron canonizados.

Monseñor Sergio Pagano, Prefecto del Archivo Secreto Vaticano, publicó un artículo en L’Osservatore Romano el día del anuncio del Papa que puede ilustrar sobre la intención vaticana:

“En ese triste y terrible escenario, tanto antes de la última guerra como durante su trágico curso, y después de ella, destaca con sus propias connotaciones la gran figura de Pío XII, demasiado superficialmente juzgada y criticada por algunos aspectos de su pontificado, que ahora, gracias también a la reciente apertura deseada con confianza por el Papa Francisco, creo que puede encontrar entre los historiadores alguien que sepa investigarla, ahora sin prejuicios, pero con la ayuda también de nuevos documentos, en todo su realismo y riqueza”.[ii]

Su apelación a “encontrar entre los historiadores alguien que sepa investigarla, ahora sin prejuicios” bien podría referir al incidente John Cornwell, investigador del Jesus College de la Universidad de Cambridge y autor del celebrado libro de 1999 El Papa de Hitler: La verdadera historia de Pío XII. Este historiador se benefició del acceso a porciones reservadas del archivo vaticano concernientes a Eugenio Pacelli dado su “ánimo benévolo” -como él mismo lo caracterizó- en torno a la figura del Papa. Comenzó su investigación con el fin de denostar, de una buena vez, “la leyenda negra” que pesa sobre aquél pontífice. En lugar de ello, las fuentes vaticanas lo dejaron expuesto a una verdad muy distinta. “A mediados de 1997, cuando me aproximaba al fin de mi investigación, me encontraba en un estado que sólo se puede calificar de shock moral”, escribió Cornwell en el prefacio de su obra, “el material que había ido reuniendo, que suponía la investigación más amplia de la vida de Pacelli, no conducía a una exoneración, sino por el contrario a una acusación aún más grave contra su persona”. [iii]

El proceso de beatificación de Pío XII comenzó en 1964 en el seno de un conflicto interno entre progresistas y conservadores. Eran tiempos del Concilio Vaticano II, y los primeros quisieron canonizar a Juan XXIII mediante un acto de aclamación. El Papa Pablo VI decidió elevar a consideración de la Congregación para la Causa de los Santos al polémico Pío XII junto al propuesto Juan XXIII. A los jesuitas les fue asignado el primero de los procesos y a los franciscanos el segundo, y se designó a los sacerdotes Peter Gumpel y Paolo Molinari para liderar, respectivamente, la empresa. El sacerdote Gumpel declaró en su momento: “Después de haber estudiado todas las deposiciones de todos los testigos en la causa de Pío XII, puedo decir que muy raramente he hallado evidencia tan persuasiva de virtud heroica…la causa avanza, y los prospectos de la beatificación de Pío son excelentes”. [iv] En septiembre de 2000 y ante cien mil peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, Juan Pablo II beatificó simultáneamente a Juan XXIII y a Pío IX. La comunidad judía aplaudió la beatificación del primero y lamentó la del segundo. Como se recordará, durante su largo pontificado (1846-1878) Pío IX confinó a los judíos al gueto de Roma, públicamente se refirió a éstos como los “perros hebreos”, y aprobó el secuestro del niño judío Edgardo Mortara.

A principios de los años sesenta, el Papa Pablo VI conformó un equipo de sacerdotes de diversos países con el objeto de seleccionar para publicación documentos diplomáticos del período de la guerra en posesión de la Santa Sede. El proyecto pretendía contrarrestar las acusaciones relativas al silencio de la Iglesia Católica durante la Segunda Guerra Mundial, y en consecuencia era defensivo en su naturaleza. El resultado de esa iniciativa fue la publicación, entre 1965 y 1981, de Actes et Documents du Saint Siège Relatifs á la période de la Seconde Guerre Mondiale, compuesto de once volúmenes de documentos publicados en el idioma original, con comentarios en francés. [v]

En 1986, Juan Pablo II visitó la sinagoga de Roma. En su discurso en una ceremonia que duró ochenta minutos, tuvo la delicadeza de no nombrar explícitamente a Pacelli y recordó el sufrimiento de los judíos romanos, pero ignoró el silencio público de Pío XII mientras aquellos eran enviados a Auschwitz. En respuesta a las palabras del Papa, Giacomo Saban, presidente de la comunidad judía italiana, reconoció el gesto trascendental del pontífice pero no pudo dejar de acotar que “Lo que estaba pasando en una de las orillas del Tíber no pudo no haberse sabido del otro lado del río, ni pudo lo que estaba pasando en otras partes del continente europeo”. [vi]

En marzo de 1998, el vaticano publicó Noi Ricordiamo, un largamente esperado pronunciamiento sobre el Holocausto, en el cual defendió la conducta de Pío XII entre 1939-1945, atribuyéndole haber salvado cientos de miles de vidas judías, sea por intervención personal o por delegación de gestiones.[vii] Ese guarismo fue severamente disputado por académicos especializados en estudios del Holocausto.

En 1999, la Santa Sede conformó una comisión histórica de seis renombrados académicos (tres judíos y tres católicos) para determinar la verdad de los hechos por su papel en la Segunda Guerra Mundial. Previamente, Juan Pablo II había expandido el período de apertura de los archivos secretos que regía hasta 1891 y lo estiró hasta 1922; el período relevante seguía inaccesible para los investigadores. El proyecto no prosperó. Uno de esos historiadores comentó: “En octubre del 2000, nuestro grupo presentó un informe preliminar a Roma que pedía la apertura de los archivos para que pudiéramos continuar con nuestro trabajo más acabadamente. Desde entonces ha habido un completo silencio de la Secretaría de Estado del Vaticano”. [viii] En junio de 2001, en una carta enviada a los historiadores, el Vaticano respondió que “Los archivos vaticanos están accesibles sólo hasta 1923” y que nada más podía hacer “por razones técnicas”. [ix] Al mes siguiente el equipo de historiadores suspendió su trabajo. El cardenal Walter Kasper, Presidente de la Comisión para las Relaciones Religiosas con los Judíos, pretendió relativizar el fiasco al decir que “La Iglesia Católica no teme a la verdad histórica…y la falta de éxito de un grupo de historiadores…no puede [ser] ni será ser el fin de la investigación histórica seria sobre este tema”. [x] En febrero de 2002, la Santa Sede anunció que desde el año 2003 abriría porciones de sus archivos relativos a Alemania desde 1922 hasta 1939. Acceso al período de la Segunda Guerra Mundial permanecía bloqueado.

En el año 2000, el Papa Juan Pablo II visitó Yad Vashem en el marco de su viaje histórico a Israel. El Papa comenzó su discurso con un párrafo de cuatro renglones en el que cuatro veces mencionó la palabra “silencio”. En el contexto de su mensaje, cuyo primer párrafo citaremos a continuación, luce inobjetable. Pero a la luz del pasado controvertido “silencio” de Pío XII es llamativa la reiterada mención. He aquí el párrafo en cuestión:

“En este lugar de recuerdos, la mente y el corazón sienten un necesidad extrema de silencio. Silencio con el que recordar. Silencio con el que intentar dar sentido a los recuerdos que nos inundan. Silencio porque no hay palabras lo suficientemente fuertes para deplorar la tragedia terrible de la Shoá”. [xi]

Que los reclamos históricos no estuvieron ausentes aún en un encuentro plagado de respeto podemos verlo en parte de la ponencia del Primer Ministro Ehud Barak, quién, diciendo “Su Santidad, la mía es una nación que recuerda”, encontró adecuado señalar: “Y el silencio no fue sólo de los cielos”. [xii] En el año 2005 un nuevo, renovado Museo del Holocausto fue establecido en Israel. En su exhibición permanente, bajo una fotografía de Eugenio Pacelli, parte de la inscripción que fue ubicada dice:

“Aun cuando informes sobre la matanza de judíos llegaron al Vaticano, el Papa no protestó sea verbalmente o por escrito. En diciembre de 1942, se abstuvo de firmar la declaración Aliada que condenaba el exterminio de los judíos. Cuando los judíos fueron deportados de Roma hacia Auschwitz, el Papa no intervino”. (Unos años después, Yad Vashem cambió el texto original para dar espacio a los puntos de vista de los críticos y los defensores). [xiii]

En 2007, la Congregación para las Causas de los Santos aprobó la proclamación de las “virtudes heroicas” de Pío XII. [xiv] En ocasión del cincuenta aniversario del fallecimiento de Pío XII, el diario vaticano y Benedicto XVI defendieron públicamente su gestión durante la Segunda Guerra Mundial. En una misa solemne realizada en octubre de 2008 ante una multitud de cardenales y los padres sinodales presentes en Roma para el Sínodo Mundial de Obispos, y luego de haber rezado en la tumba de Pacelli, Benedicto XVI dijo “oramos para que prosiga felizmente la causa de beatificación del Siervo de Dios Pío XII”. [xv] Por primera vez en la historia de un Sínodo de Obispos, un judío participaba de ella. Se trataba del Rabino principal de Haifa She´ar Yashuv Cohen, invitado especial del Papa. Cuando dio su discurso aludió críticamente a Pío XII sin nombrarlo: “Nos duele pero no podemos aprobar que semejante líder de la Iglesia sea ahora honrado”. [xvi]

Benedicto XVI viajó a Israel en mayo de 2009. Como era de esperar, fue a Yad Vashem. Para evitar nuevos roces, se decidió que el Papa participaría de una ceremonia en la Sala de Recordación pero no recorrería el Museo, evitando así el espinoso asuntos de la placa sobre Pío XII. En su discurso, al igual que Juan Pablo II hiciera anteriormente, Benedicto XVI subrayó la importancia del silencio. “Queridos amigos, estoy profundamente agradecido de estar aquí, en silencio: un silencio para recordar, un silencio para orar, un silencio para esperar”. [xvii] Posteriormente, en diciembre de 2009, el Papa firmó decretos correspondientes a un martirio, diez milagros y diez virtudes heroicas; un procedimiento pontificio habitual que hubiera pasado desapercibido para el mundo judío de no ser porque entre estas últimas incluyó a Pío XII, destrabando así su beatificación. En un acto diseñado para suavizar las reacciones, Benedicto XVI hizo venerables simultáneamente a Juan Pablo II y a Pío XII.[xviii] Antes mantuvo una reunión con miembros de la Comisión para las Causas de los Santos y los felicitó por dar a la feligresía modelos para la vida cristiana: “Cada beatificación y canonización es para los cristianos un estímulo fuerte para vivir intensamente y con entusiasmo el sendero de Cristo hacia la completitud de la existencia cristiana y la perfección de la caridad”.[xix] El reverendo Gumpel se manifestó “encantado” con la determinación papal, la comunidad judía global no tanto. Cuando tres semanas más tarde Benedicto XVI visitó la Sinagoga de Roma, en su discurso de bienvenida, el líder de la judería italiana recordó al ilustre invitado que “El silencio de Pío XII ante la Shoá nos duele como un acto de omisión”. [xx] Cuando Francisco visitó Yad Vashem en 2014, no hizo referencias a este silencio. [xxi]

El debate sobre la conducta de Pío XII durante el Holocausto ya se ha prolongado por más tiempo que la duración de la guerra y su pontificado combinados. En el marco de este debate irresuelto, los esfuerzos vaticanos por beatificarlo lucen orientados a cerrar toda discusión sobre su pasado al pretender dotar las limitadas gestiones de Pacelli en pos de los judíos perseguidos con un halo de heroicidad, que podría a su vez ser premiado eventualmente con la santidad. La apertura de los archivos vaticanos relativos al pontificado de Pío XII echará una muy necesaria luz sobre su comportamiento durante la Segunda Guerra Mundial; siempre y cuando la apertura sea absoluta y el acceso a los investigadores, irrestricto.

El historiador John Cornwell, quien accedió más que otros académicos laicos al archivo vaticano sobre Pío XII, observó:

“Eugenio Pacelli no era un monstruo; su caso es mucho más complejo, más trágico… El suyo no es un retrato del Mal, sino de una fatal fractura moral, una separación extrema entre la autoridad y el amor cristiano. Las consecuencias de esa escisión fueron la colusión con la tiranía, y en último término la complicidad con su violencia”. [xxii]

A partir de marzo de 2020 el debate en torno a Pío XII será potenciado. Nos espera un año de ardiente ansiedad.

Referencias:

[i] María Cecilia Mutual, “Papa: dentro de un año la apertura de los archivos sobre Pío XII”, Vatican News, Marzo 4, 2019 en https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2019-03/papa-apertura-a-la-consulta-de-documentacion-sobre-pio-xii.html.
[ii] Sergio Centofanti, “Mons. Pagano: la apertura de los archivos mostrará a todos la grandeza de Pío XII”, Vatican News, Marzo 4, 2019 en https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2019-03/mons-pagano-apertura-archivos-mostrara-todos-grandeza-pioxii.html
[iii] John Cornwell, El Papa de Hitler: La verdadera historia de Pío XII, (Barcelona: Planeta, 2000), p. 10.
[iv] Peter Gumpel con Antonio Gasparri, “Justice for Pius XII!”, Inside the Vatican, (junio 1997); Citado por James Carroll, Constantine´s Sword: The Church and the Jews (Houghton Mifflin Company, 2001), p. 530.
[v] “Actes et documents du Saint-Siège relatifs à la période de la Seconde Guerre Mondiale” ; https://www.vatican.va/archive/actes/index_fr.htm
[vi] Citado en Eugene Fischer y Leon Klenicki (eds.) Spiritual Pilgrimage: Text son Jews and Judaism 1979-1995 (NY: Crossroad, 1995).
[vii] “Nosotros recordamos: una reflexión sobre la Shoah”, Marzo 16, 1998, https://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_16031998_shoah_sp.html.
[viii] Robert Wistrich, “The Vatican and the Shoah”, Modern Judaism 21 (Oxford University Press: 2001), p. 101.
[ix] Moshe Aumann, Conflict & Connection: The Jewish-Christian-Israel Triangle (Israel: Gefen Publishing House, 2003), pp. 64-65.
[x] Ibid., p. 65.
[xi] Del discurso de Juan Pablo II en Yad Vashem, Marzo 23, 2000 incorporado en la publicación “The Visit of Pope John Paul II to Yad Vashem, Jerusalem” (Yad Vashem: 2000), p. 14.
[xii] Del discurso del premier Ehud Barak, Ibid, pp. 19-21.
[xiii] “Israel’s Yad Vashem Holocaust Memorial Softens Stance on Pius XII”, Haaretz, July 1, 2012.
[xiv] “El Papa insiste en beatificar a Pío XII”, La Nación, octubre 11, 2008.
[xv] “Pío XII, discutido por su rol ante los nazis, elogiado por el Papa”, Clarín, Octubre 11, 2008.
[xvi] Isi Leibler, “A corageous rabbi talks to the Catholic synod”, The Jerusalem Post, Octubre 15, 2008.
[xvii] “Visita al Memorial de Yad Vashem: Discurso de Santo Padre Benedicto XVI”, Mayo 11, 2009; https://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/en/speeches/2009/may/documents/hf_ben-xvi_spe_20090511_yad-vashem.html
[xviii] “Juan Pablo II y Pío XII, más cerca de la santidad”, La Nación, Diciembre 20, 2009.
[xix] “Pope Pius XII on way to beatification”, Jerusalem Post, Diciembre 19, 2009.
[xx] “Benedicto XVI pidió que se sanen las heridas del antisemitismo”, La Nación, Enero 18, 2010.
[xxi] Address of Pope Francis at Yad Vashem on May 26, 2014; https://www.yadvashem.org/pope-visits/francis/speech.html.
[xxii] Cornwell, El Papa de Hitler, pp.10-11.

 

 

 

Fuente:The Jerusalem Center for Public Affairs