Enlace Judío México e Israel.- El lanzamiento de un cohete desde la Franja de Gaza, que ha impactado una vivienda al norte de Tel Aviv dejando siete personas heridas, el atentado que cobró la vida de un soldado israelí y un rabino, y la reciente tanda de resoluciones de la ONU en contra de Israel, que incluyen el proyecto de acusar a diferentes funcionarios israelíes de crímenes de guerra, y solicitar sanciones y embargos, no se han dado en menos de dos semanas por coincidencia. Son el resultado del nuevo rol adoptado por la ONU: el de una organización descaradamente terrorista.

IRVING GATELL EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Al momento de escribir estas líneas, he leído ya varios comunicados internacionales en los que se condena el disparo del cohete contra la población civil israelí. Por supuesto, el de España falla como de costumbre al pedir “moderación” a todos los involucrados. Parece que los españoles todavía no entienden que hay casos en los que justo lo que no se necesita es moderación, sino contundencia. Pero qué se le va a hacer. Ya fue un avance para la limitada inteligencia de su política exterior hacer una declaración de condena casi inmediata contra el terrorismo palestino.

Lo que no he leído es ningún comunicado contundente de Antonio Guterres, el Secretario General de la ONU. Menos aún del Consejo de Seguridad, o del Consejo de Derechos Humanos. Supongo que Guterres algo dirá (aunque supongo también que tampoco será algo muy inteligente; eso no se le da). De los dos Consejos no espero absolutamente nada, sino espectáculos patéticos y deleznables como los de la semana pasada.

La agenda de la ONU está clara: jamás, bajo ninguna situación, tendrán la decencia mínima para investigar y condenar la violencia palestina. Eso es algo que no existe en sus destartaladas e ineficientes cabezas. Para ellos todas las manifestaciones palestinas son “pacíficas”, y cuando se topan con hechos objetivos como los globos incendiarios que han causado un enorme daño ecológico en Israel, apenas atinan a decir que “probablemente” tuvieran intenciones destructivas.

En contraparte, no importa qué haga o deje de hacer Israel. Siempre, inequívocamente, será investigado como el único criminal posible. Preferentemente, será condenado antes de ser investigado, como lo vimos la semana pasada, cuando se presentó el informe que se levantó después de investigar “los crímenes de guerra cometidos por Israel”. Es decir, el veredicto ya estaba dado. Sólo faltaba la investigación (sesgada a más no poder, si el veredicto ya estaba dado).

¿Qué lógica razonable puede tener que terroristas palestinos vuelvan a disparar un misil hacia el centro de Israel, poniendo en riesgo la frágil estabilidad en Gaza?

Es simple: ya saben que la ONU no los va a condenar. Por el contrario: confían en que, eventualmente, Guterres y su tropa de imbéciles ordenarán una investigación para explicar los horrendos crímenes israelíes, porque—carambas, mire usted nada más—cómo es posible que un estado tan fuerte y poderoso se atreva a defenderse de unos pobres muchachos que apenas les lanzaron un cohete.

Más aún: ¿Cómo es posible que se comparen los muertos palestinos con los muertos judíos? Por favor, los muertos palestinos son de la “resistencia”, aunque mueran en el intento por asesinar judíos indiscriminadamente. Los muertos judíos son “colonos ocupantes”, o simplemente sionistas. Luego entonces, la sangre judía no vale ni siquiera notas en la prensa. Menos aún una oposición fuerte y decidida en la ONU.

Y, por favor, que ni se le ocurra a las ONGs críticas contra la ONU intentar defender el derecho de Israel a cuidar de sus ciudadanos. La gente de Guterres les apaga el micrófono cuando están destrozando los argumentos nauseabundos de los enemigos del Estado Judío. El jefe del Consejo los interrumpe cuando ya no soporta que le embarren la realidad objetiva en la cara.

Con semejante circo montado, es obvio que los palestinos no van a renunciar a sus ataques contra la población civil israelí. Con cuchillo, pistola o misiles. No importa que eso encienda el riesgo de otra guerra. Al final del proceso, la ONU sólo se lanzará contra Israel.

Hace apenas dos o tres años expresé en repetidas ocasiones mi queja de que la ONU se había convertido en una organización inútil, de principio a fin.

Hoy tengo que elevar el tono de mi reclamo: la ONU se ha convertido en una organización terrorista. Está al servicio incondicional de una agenda preparada para hacer vivir bajo el terror a la población israelí.

Lo único que me consuela es que siguiendo esa ruta la ONU ha cavado la tumba de su propio prestigio (ni qué decir del nuevo informe que reporta más casos de abusos sexuales y trata de personas por parte de personal de tan egregia institución). Su inutilidad es cada vez más evidente. Simplemente, esta semana ha pesado más en la vida real la declaración estadounidense de que se reconoce la soberanía israelí sobre las Alturas del Golán, que las cinco resoluciones tomadas contra Israel en la ONU.

Pero es un consuelo magro, limitado, chiquito. Hay muchos problemas reales en el mundo, que involucran a millones de personas que están sufriendo, y la inutilidad de la ONU no ayuda en nada.

Hubo un tiempo en el que creí que la llegada de Guterres al puesto máximo de la ONU era un avance. Que las cosas cambiarían por fin y que todos los sesgos anti-israelíes de la era de Ban Ki Moon por fin empezarían a diluirse.

Me equivoqué. Antonio Guterres resultó ser tan inoperante e imbécil como su predecesor.

La ONU, esa institución que les cuesta millones y millones de dólares a todos sus países socios, sigue siendo una institución inútil, incapaz de ofrecer soluciones mínimas a los problemas graves, y además comprometida con un proyecto terrorista que tiene como objetivo final la destrucción de Israel.

La buena noticia es que no van a lograrlo. No porque sea la ONU le vamos a hacer caso a su estulticia, o nos vamos a tomar en serio su imbecilidad.

Hay límites, y esa horda de judeófobos disfrazados de diplomáticos los traspasó hace mucho.

Por el momento, sólo me queda recordarle a quien se permita el lujo de pensar libremente, que el misil disparado por terroristas palestinos contra población civil israelí lleva el sello de la ONU. Al continuar con su repugnante persecución diplomática contra un solo país, Guterres y su gente les dieron luz verde a los palestinos para seguir tratando de asesinar judíos.

Que pese sobre sus inoperantes cabezas y sus cauterizadas conciencias.

 

 


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