Enlace Judío México e Israel.- Solo en el último año, desde Gaza han lanzado a Israel 1.173 cohetes y proyectiles de mortero, unos 600 cocteles molotov, 115 artefactos explosivos y disparos.

AMIR OFEK

Cientos de miles de personas en el centro de Israel se despertaron este lunes a las 5:18 a. m. (2:18 p.m. de Costa Rica) con el sonido de las sirenas y corrieron a los refugios con sus hijos, que habían sido sacados de la cama.

Tres niños —de 6 meses, 3 años y de 12—, junto con sus padres y su abuela en casa, fueron las víctimas casuales de un cohete disparado por palestinos desde Gaza. Fue uno más de los 12.000 cohetes y bombas lanzados por los palestinos desde centros poblacionales en Gaza hasta objetivos civiles israelíes desde el 2007. Solo en el último año, lanzaron 1.173 cohetes y proyectiles de mortero, unos 600 cocteles molotov, 115 artefactos explosivos y disparos.

Mediante el uso de papalotes y globos enviados desde la Franja han causado aproximadamente 2.000 incendios que destruyeron cerca de 3.500 hectáreas.

En pocas palabras, quien afirme que el liderazgo palestino en Gaza está recurriendo a la paz y sus actividades son pacíficas, no sabe de qué está hablando.

Israel se retiró completamente de la Franja de Gaza en el 2005, desde entonces no ha habido presencia israelí, civil o militar en esa zona. No existe interés de volver. Israel ha dejado atrás la infraestructura agrícola, como los invernaderos y el riego, para permitir que los palestinos cuiden de sus ciudadanos, al igual que Israel cuida a los suyos.

Contrario a lo que se esperaba, que esos recursos sirvieran para el bienestar de la población civil en Gaza, el resultado fue un aumento dramático de más del 400 % del fuego palestino desde la Franja a hogares, guarderías y poblaciones civiles en Israel, desde los invernaderos que quedaron atrás.
En otras palabras, cualquiera que argumente que los palestinos en Gaza solo responden pacíficamente a actos recientes, como los traslados de embajadas a Jerusalén, no sabe de qué está hablando.

Obra de Hamás. De hecho, esto es parte de la política oficial del movimiento Hamás, que pide la destrucción de Israel, sencillo y simple. Esas no son demandas territoriales, ni políticas, sino solo política que no deja ninguna esperanza de paz, ni de reconciliación, incluso, ni de negociaciones.

Israel mantuvo la moderación y ha permitido la transferencia de millones de dólares a Gaza para ayudar a los civiles palestinos. No obstante, se sabe que una gran parte del dinero llegará probablemente al aparato terrorista de Hamás, como sucedió con la ayuda de la comunidad internacional.
Esos fondos no construyen escuelas, hospitales, ni esperanzas de paz; construyen túneles terroristas para llegar a las ciudades israelíes y matar a civiles. Pero, sin embargo, para muchas familias palestinas en Gaza, esa ayuda es crucial.

Proteger la seguridad de sus ciudadanos es el deber de todo Estado soberano, e Israel no es diferente. No hay ningún país en el mundo que permanezca inactivo recibiendo disparos deliberadamente en los centros de las ciudades contra familias y guarderías durante décadas.

La retirada total de Israel de Gaza, que abrió la puerta a la esperanza, no fue respondida por ningún acto que indicara que los palestinos estaban buscando la paz.

Los palestinos siguen pagando el precio del fracaso de su liderazgo a lo largo de los años. La paz llegará, como bien lo definió la ex primera ministra israelí Golda Meir, parafraseo su máxima: “Cuando los palestinos amen más a sus niños, más de lo que odian a los nuestros”.

 

*El autor es embajador de Israel en Costa Rica.

 

Fuente: nacion.com