Enlace Judío México e Israel – Efraín Ben-Avraham, sobrevivió milagrosamente después de que los nazis lo llevaron a él y a su familia a una fosa de tiro y apretaron el gatillo; hoy, 75 años después, entrega alimentos a otros sobrevivientes del Holocausto que viven en la pobreza.

GOEL BENO

Efraín Ben-Avraham, de 83 años, residente de Zfat, tenía nueve años cuando los nazis lo llevaron a su muerte a través de la frontera con Ucrania, junto con su hermano Nathan de 12 años y sus hermanas Fani , de 10 y Clara de 8, dejando a sus padres en Dorohoi, una ciudad rumana. Su madre era costurera y su padre un trabajador metalúrgico, y los alemanes tenían otros planes para trabajadores calificados.

“Los alemanes nos hicieron caminar largas distancias. Quien se detuviera, recibía un disparo en la cabeza”, dice Ben-Avraham.

Los niños fueron llevados a una fosa común, y cuando se pararon en el borde, los alemanes abrieron fuego. Nathan, Fani y Clara fueron asesinados con muchos otros.

“Si no fuese por mi hermano Nathan, no hubiese sobrevivido”, dice Ben-Avraham llorando. “Me jaló a la fosa. A menudo pienso si hubiera sido mejor que él hubiese sobrevivido”.

Pero allí, debajo de la pila de cuerpos, sólo Efraín sobrevivió. Ahí es donde juró sobrevivir y hacer todo lo posible para ayudar a otros sobrevivientes.

Un grupo de partisanos pasó por la fosa y uno de ellos sacó a Efraín. “Me estremezco hasta hoy cuando recuerdo la voz de ese partisano, diciendo en idish: ‘No te asustes, yo también soy judío'”.

Luego se unió a los partisanos y, cuando terminó la guerra, emigró Israel. Más tarde sirvió en las FDI, se casó con Miriam y la pareja tuvo dos hijos. Ahora tienen siete nietos.

“Han pasado 75 años y mi corazón todavía está desgarrado. He estado llorando por mis hermanos y hermanas durante 75 años”, dice con gran dolor.

Efraín Ben-Avraham nunca olvidó su juramento. Abrió una sucursal de una organización sin fines de lucro que suministra alimentos para los necesitados en Zfat, muchos ciudadanos rumanos de edad avanzada, y ha estado distribuyendo alimentos a otros sobrevivientes del Holocausto durante los últimos 16 años. Se reúne con las mismas 15 familias de sobrevivientes cada semana y escucha sus dificultades.

“Algunos sobrevivientes del Holocausto y sus familias no tienen nada que comer”, dice Ben-Avraham con dolor en sus ojos. “La organización en la que trabajo los ayuda a sobrevivir”.

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