Enlace Judío México e Israel.- Una herramienta de demonización verbal que es extremadamente difícil de combatir para Israel  son las acusaciones de crímenes que ésta cometerá supuestamente en el futuro. Estas son mucho más difíciles de contestar que las mentiras rotundas acerca de hechos actuales. Un ejemplo de este tipo de mentira manipuladora es un comentario en una entrevista por parte del embajador francés saliente ante Estados Unidos, Gérard Araud, en la cual dijo que Israel será oficialmente un estado de apartheid en el futuro.

DR. MANFRED GERSTENFELD

El embajador francés saliente ante Estados Unidos, Gérard Araud, es un crítico anti-Israel de largo tiempo y un antisemita vocal. En una entrevista con el Atlantic, dijo que Israel tendrá que hacer a los palestinos totalmente apátridas o convertirlos en sus ciudadanos. “Ellos no los harán ciudadanos de Israel,” dijo él. “Así que tendrán que hacer oficial…que es un apartheid. Habrá oficialmente un estado de apartheid. Ellos ya lo son en los hechos.”

Haciendo a un lado la semántica peculiar, la difamación de Araud es astuta. Eleva una acusación sobre lo que puede suceder en el futuro, lo cual es extremadamente difícil de refutar. Si alguien dice a un individuo, “Eres un violador,” pueden exigirse pruebas. Pero si uno dice en su lugar, “Serás un violador algún día,” no tiene que probarse nada. La falsedad de la acusación odiosa no es dejada totalmente en claro hasta que la persona acusada muere. Colocando su énfasis sobre la ignominia futura de Israel como un Estado de apartheid, Araud se siente cómodo sugiriendo que Israel ya es tal Estado.

De todas las personas, un embajador francés debe estar entre los últimos en difamar a Israel en esta forma.

Después de la derrota de Francia por los alemanes en 1940, el parlamento electo de la Tercera República Francesa terminó su existencia nombrando jefe de estado a Philippe Pétain, y gobiernos posteriores convirtieron a Francia en un país que fue mucho peor que un estado de apartheid. La Francia de Vichy, todavía autónoma, excluyó a los judíos de muchas profesiones, incluyendo la administración civil. Finalmente confiscó por completo los negocios judíos. Mantuvo a decenas de miles de refugiados judíos en campos de concentración. El régimen de Vichy entregó muchas decenas de miles de judíos a los alemanes, quienes luego los deportaron a sus muertes.

Hubo colaboración masiva en tiempos de guerra entre los franceses y los alemanes. Los gobiernos franceses de la posguerra no quisieron asumir la responsabilidad por los actos de Vichy. Así fue aun cuando Pétain había llegado legalmente al poder. El presidente socialista François Mitterrand, quien se desempeñó de 1981 a 1995, fue una vez un empleado de Vichy. Él cambió de lado y se unió a la resistencia en 1942. Estaba claramente bien al tanto de los crímenes de Vichy, pero se negó a aceptar la responsabilidad de Francia por ellos.

Fue apenas en 1995 bajo Jacques Chirac, el sucesor de centro-derecha de Mitterrand como presidente de la Quinta República Francesa, que finalmente cambió la política oficial del país. En julio de ese año, Chirac admitió el rol de Francia en el asesinato de judíos, a quienes no había protegido y en cambio entregó a sus verdugos. En una ceremonia recordatoria, él dijo que Francia había dado ayuda a los nazis en arrestar judíos como un paso en el camino a su asesinato. Él dijo: “Mantenemos con ellos una deuda imperdonable.”

La última incitación de Araud contra Israel llega muchos años después de la primera. Freddy Eytan, un ex embajador israelí actualmente en el Jerusalem Center for Public Affairs, recordó el mal comportamiento anterior de Araud. El último fue nombrado embajador ante Israel en el 2003, pero no había presentado aún sus credenciales cuando dijo: “Sharon es un matón e Israel es paranoica.” Esto casi le cuesta el empleo.

Cuando Yasser Arafat murió en un hospital francés en el 2004, Francia le otorgó honores militares. Para esa época, se sabía que Arafat – aun después de ganar el premio Nobel de la Paz – había firmado personalmente documentos detallando cuánto dinero deben recibir los asesinos palestinos de israelíes. Estos documentos fueron encontrados después que Casa Oriente, anteriormente el asiento de la OLP en Jerusalén, fue tomada por Israel en el 2001.

Araud era embajador ante Israel en la época. El comentó que los israelíes molestos por la concesión por parte del gobierno francés de honores a Arafat, un asesino de masas de sus compatriotas, demostraron una neurosis contra los franceses.

Después de fuertes críticas a sus comentarios más recientes en el Atlantic, Araud explicó vía tweet que se estaba refiriendo a la Margen Occidental y no a Israel, la cual no es un Estado de apartheid. Dejando a un lado el hecho que el 95% de los palestinos de la Margen Occidental han vivido bajo el control de la Autoridad Palestina, más que bajo el control de Israel, desde 1996, sus tweets son incompatibles con sus dichos en la entrevista. Su explicación no tiene sentido.

Los comentarios de Araud en la entrevista se unen a otros varios paradigmas de demonización verbal que están basados en acusaciones acerca de acciones criminales futuras. Una es que Israel intenta destruir la Mezquita al-Aqsa sobre el Monte del Templo. Nadav Shragai, un periodista israelí que se especializa en la historia del conflicto palestino-israelí respecto a Jerusalén, dice: “Esta patraña es diseminada por importantes grupos e individuos palestinos, árabes y musulmanes. Haj Amin al-Husseini, el Gran Muftí de Jerusalén en la pre-guerra, fue el primero en promover esta calumnia en la década de 1920. Fue parte de las vastas actividades
antisemitas de este aliado de Hitler.”

Shragai agregó: “La mentira ‘al-Aqsa está en peligro’ se ha expandido enormemente desde 1967. Es propagada por fuentes oficiales iraníes – al-Qaeda, Hamas, Hezbolá, etc. Akrama Sabri, ex Mufti de Jerusalén nombrado por la Autoridad Palestina, es otro diseminador líder del libelo al-Aqsa.”
Otra acusación acerca de acciones futuras por parte de Israel fue hecha por el ganador alemán del Premio Nobel de Literatura, Günther Grass. Él afirmó en un poema de odio – sin ofrecer prueba alguna – que Israel está planeando cometer genocidio contra el pueblo iraní con bombas nucleares. Este poeta de izquierda, quien en su juventud fue miembro de las Waffen SS, debió haber sabido que de hecho, son los líderes iraníes quienes han amenazado repetida y abiertamente a Israel con el genocidio. Aún así él sugirió lo contrario.

El poema de Grass fue publicado por grandes diarios europeos, incluidos el alemán Süddeutsche Zeitung, el italiano La Repubblica, el británico Guardian, el español El País, el danés Politiken, y el noruego Aftenposten. Tan extensa republicación de un poema es altamente inusual. La explicación más probable es un hilo común de fuerte sesgo anti-Israel entre los editores de diarios.

Aun otra acusación infundada acerca del futuro fue hecha por el ex primer ministro francés de derecha François Fillon. En el 2014, él afirmó que Israel es una amenaza para la paz mundial porque no ha ayudado a crear un Estado palestino.

Estos tipos de acusaciones son mucho más difíciles de discutir que las mentiras sobre cuestiones contemporáneas. Eso no significa, sin embargo, que uno no deba hacer el esfuerzo.

 

 

El Dr. Manfred Gerstenfeld (Doctorado en la Universidad de Ámsterdam) es ex Presidente del Comité Directivo del Jerusalem Center for Public Affairs. Se especializa en relaciones israelíes-europeo occidentales, antisemitismo, y antisionismo.

 

Fuente: BESA Center