Enlace Judío México – Como hemos mencionado en otros artículos, el viaje es un elemento esencial dentro de la vida judía. Desde que nos quitaron nuestra tierra siempre nos hemos visto obligados a migrar de pueblo en pueblo. Hemos estado en todos los rincones del mundo y todas las ciudades del hombre; y hasta la fecha no hemos cambiado la forma en que vivimos ni nuestras creencias. Esto se debe a la determinación judía de adaptarse a los cambios sin abandonar a su ley ni a su D-os.

El viaje es una muestra de esa adaptabilidad judía que tanto nos representa, porque a donde quiera que vayamos vamos acompañados de nuestra tradición. No importa en qué lugar del mundo estemos, seguiremos vistiendo como vestimos; no importa que día del mes sea, que fiesta nacional haya, cumpliremos Shabat al acabar la semana. A donde sea que vayamos iremos con D-os y Su Torá.

Por eso viajar para nosotros se vuelve un juego entre adaptarnos a las circunstancias y moverlas a nuestro favor. En este artículo hablaremos de las tres mitzvot (mandatos) más importantes que un judío cumple en su día a día y que pueden llegar a tener conflicto con las actividades regulares de un viaje y como solucionarlo. Esperamos les guste.

Comida Kosher

El mayor reto que un judío se encuentra cuando decide viajar es mantener el mismo nivel de kashrut que tiene sin perderse de la comida regional del lugar que visita. Cuando decide emprender un viaje lo primero que piensa dónde y qué voy comer. Lo que hace especialmente difícil la kashrut es que la comida para ser considerada kosher una persona capacitada debió haber revisado los procesos de preparación y cocción de la misma. Por ejemplo, el pescado aunque en sí mismo sea un alimento kosher para que un judío observante lo pueda comer debe revisar que el cuchillo con el que se corta la carne del pescado y con el que se quita la piel haya sido lavado con anterioridad; que ese mismo cuchillo no haya entrado en contacto con mariscos y debe estar presente en el momento que se retiran las escamas y la piel del pescado, de ser posible es conveniente que él mismo retire la piel. Eso hace que no pueda comer pescado en cualquier parte del mundo.

Así mismo hay una serie de normas referentes al consumo de verduras, alimentos procesados, carnes y utensilios ocupados en la cocción que hacen del kashrut un verdadero reto dentro de un viaje. Sin embargo, con una buena actitud todo tiene solución y hay formas muy ingeniosas de disfrutar la comida local sin perderse de una forma espiritual de comer. A continuación hablaremos de algunas estrategias que a veces resultan útiles.

Llevar tus propios instrumentos

El principal problema que uno se encuentra cuando viaja es que para que la comida sea considerada kosher, no basta con que los alimentos en sí mismo sean kosher, sino también los instrumentos con los que se preparan deben estar limpios de comida no kosher. Por ejemplo, si un cuchillo se usó para cortar carne no se puede usar para cortar un producto láctico, porque si tiene aunque sea un poco de restos de carne convierte en taref (prohibido) al queso que está cortando.

¿Cuál es la solución? Hay varias, la primera es llevar tus propios utensilios y pedir a la persona que cocina si puede usar tus instrumentos en vez de los suyos. Esto es sumamente útil en pueblos o ciudades pequeñas donde la comida del lugar es más casera y la persona que cocina no tendrá tanto problema en hacer ese pequeño cambio si se le pregunta con sensibilidad y educación, en los restaurantes de las ciudades grandes se vuelve un poco más difícil, sin embargo siempre es posible.

Otra opción frente a este problema es pedir que se “laven” los instrumentos con los que se cocinan. Hay una ley en la halajá que un utensilio, plato o recipiente solo absorbe el alimento prohibido (taref) si entra en contacto con él estando caliente. Además hay ciertos productos naturales (como el limón, la cebolla y el chile) que por su naturaleza picante absorben y extraen los sabores y materiales que los utensilios han absorbido con anterioridad. Por eso si los recipientes sobre los que se come y se prepara la comida están limpios; y si la comida es fría, uno puede pedir que se le pase limón o cebolla a los mismos y comer tranquilamente ahí. Esto no ocurre de la misma forma si el alimento es cocinado o entra en contacto con el calor, ya que es el calor lo que hace que los instrumentos adquieran materiales no deseados. En ese caso uno debe asegurarse de que la olla o sartén con la que se cocina no hayan entrado en contacto con comida “taref” (prohibida).

Si uno no quiere ocupar espacio de su maleta con vajillas, cuchillos, tenedores y demás puede simplemente llevar un sartén pequeño, o designar dinero especial en el viaje para comprarlo en cualquier supermercado y usar ambas estrategias. Pedir que los instrumentos de preparación sean pasados por un limón y que se cocine la comida en el sartén.

Llevar comida preparada desde casa

Mucha gente opta también por planear con tiempo el viaje y preparar toda la comida que consumirá durante éste. Llevan bolitas de carne, pasta, enlatados, huevos hervidos o cosas que puedan ser prácticas y duren mucho tiempo. Esta técnica es muy útil cuando se organizan campamentos o viajes en carro, y se puede transportar la comida en una hielera portátil. Uno debe considerar también que la gran mayoría de los alimentos no cocinados son kosher y que existen cientos de marcas y supermercados a lo largo de todo el mundo que venden insumos. Por lo cual la comida también se puede preparar a lo largo del viaje.

Prepararse con anterioridad

Otra opción también es averiguar cuáles son los platillos típicos del lugar y cuál es su forma de preparación. De esa forma se está muy bien informado de qué platillos podrían ser kosher si se les supervisa y cuáles no. Uno puede ser la persona que los supervise antes de comerlos.

Shabat

El Shabat es una de las mitzvot (leyes) más importantes del pueblo judío. Es la forma que tenemos de decirle a D-os que aceptamos Su reinado sobre este mundo y deseamos relacionarnos con Él y el mundo que ha creado. Para muchos es el centro de lo que implica ser judío, un recuerdo de la Creación del mundo y del Éxodo judío. Por eso no importa qué tan significativa sea la reunión que tengas, el negocio que estás por cerrar o el evento al cual quieres asistir, nunca van a estar en rango de importancia por encima del Shabat. No puedes desacralizar Shabat para darle importancia a esos momentos. Lo único que te permite trasgredir el Shabat es la salvación de una vida.

Claramente un viaje no está por encima del Shabat, pero para fortuna de los viajeros el judaísmo es tan adaptable a la situación que la persona vive, que es sumamente fácil adaptar el viaje a los requerimientos del Shabat sin desacralizar el día. Shabat se puede hacer en todas las partes del mundo sin importar en dónde ese judío se encuentre, simplemente uno debe saber cómo hacerlo.

Hospedaje

Lo primero que un viajero debe saber antes de emprender un viaje largo en el que tendrá que pasar Shabat fuera de su casa es que está prohibido viajar en Shabat. No puede entrar a una ciudad o poblado, ni salirse de la misma cuando está en Shabat. Incluso existe un número de kilómetros de los que se puede alejar de la última casa, para que se considere si salió o no del poblado. Entonces lo primero que tiene que asegurarse es que va a tener un espacio fijo donde estar la noche del viernes y el día del sábado.

¿Qué pasa si la persona está en un barco o en un tren que continuamente viaja de puerto, en puerto o de ciudad en ciudad; tiene permitido tomar ese tren o crucero? La respuesta es sí, siempre y cuando no sea él quien dirige el barco o el tren y siempre y cuando no se baje ni un momento del mismo. Todo el tiempo que se encuentre dentro del vehículo que se mueve se considera que no viajó. El momento en el que baja del mismo se considera que viajó.

El tiempo

Lo segundo que uno se fija cuando viaja a un lugar es ¿cuándo se pone el sol? Y ¿cuándo salen las primeras tres estrellas? Porque esos son los signos que te indican que el Shabat ha empezado. Shabat empieza al inicio de la caída del Sol del viernes y termina al salir las primeras tres estrellas del sábado. Hoy en día esas horas están calculadas y hay cientos de calendarios y páginas de internet que te indican cuándo empieza y cuándo termina Shabat en las ciudades más importantes del mundo. Antes de emprender un viaje uno debe asegurarse que estará instaldo y haber llegado al lugar antes de que inicie la puesta del Sol.

El lugar

Lo tercero que uno se fija es las condiciones del lugar en las que uno pasará Shabat para hacer las alteraciones adecuadas a la ocasión. Por ejemplo si uno está acampando debe de saber que hay ciertas acciones que no se pueden hacer en la naturaleza, como tirar agua sobre el piso no cubierto, cavar hoyos, amarra cuerdas, poner estructuras, armar tiendas y demás. Uno debe preparar las condiciones del espacio antes de que empiece Shabat. Es decir debe dejar puesto todo el campamento antes de la puesta del Sol, para que no tenga la necesidad de hacer ninguno de los trabajos prohibidos. Si se hospeda en un departamento u hotel debe de estar al pendiente de que sus movimientos naturales no enciendan luces o aparatos electrónicos.

La prohibición de cargar

El quinto elemento en el que uno se fija al instalarse en un lugar para celebrar el Shabat es si el lugar se encuentra en un espacio cerrado o abierto. Existe una prohibición en Shabat de transportar un objeto de un domino privado a uno público y de uno público a uno privado. En las ciudades donde viven muchos judíos y que el terreno está rodeado por elementos naturales que lo encierran como montañas o ríos es posible hacer lo que se llama un eruv.

Ésta es una estructura que se construye para marcar los límites del espacio y delimitarlo como “privado”. Tiene una serie de requerimientos rabínicos y el poblado en cuestión debe contar con ciertos elementos para que la construcción de un eruv sea posible. Sin embargo, en las ciudades donde hay eruv es posible cargar y transportar cosas da casa en casa porque se considera que la persona no está transportando las cosas de un terreno privado a uno público, sino dentro del mismo espacio privado.

Entonces cuando uno viaja averigua si la ciudad a la que viaja tiene eruv o no, es decir si puede cargar en ella o no. De eso depende que pueda transportar libros a un parque, cargar las llaves del hotel, llevarse un suéter extra, pasear con un bebe o niño pequeño en la calle y cualquier cosa que implique transportar.

También por eso cuando uno llega a un hotel o departamento se fija si los jardines ambos o las entradas están delimitados por una reja, una puerta o algo que le permita transportar cosas de la habitación a los espacios exteriores. Si está haciendo un campamento y tiene varias tiendas debe delimitar el espacio que encierra toda la zona en la que se encuentra para transportar los objetos entre una y otra. Esa delimitación lo puede hacer con cuerdas, carpas o cualquier otro instrumento parecido.

Instrumentos de Shabat

Finalmente cuando uno viaja a otro lugar previo al Shabat es preferible que lleve todos los instrumentos necesarios para la realización del mismo, ya que no puede estar seguro si va a encontrarlos en el lugar que viaja. Necesita llevar un sidur (libro de rezos) donde vengan los rezos pertinentes, la copa y el vino para la santificación del día, velas, cerillos y pan. Con esos elementos básicos ya tiene lo esencial para la santificación del día.

Rezos

En cuanto a los rezos un hombre tiene la obligación de rezar tres veces al día con un grupo de diez judíos y cada uno de los rezos debe hacerse en el horario preciso que la halajá (ley judía) marca. Esto presenta una disyuntiva cuando toma vuelos o trenes que hacen que el tiempo cambie ¿Qué horario debe tomar la persona al hacer sus rezos; la del lugar del cual salió o la del lugar al cual va? La respuesta es ninguna de las dos. El horario se determina conforme a la posición del Sol en el lugar que la persona se encuentra. Si en la mañana va a estar en el lugar del que sale para el rezo de la mañana toma ese horario. Si en la tarde va a estar sobre el avión toma el horario del océano o la tierra que está directamente debajo de sus pies.

En cuanto a rezar en grupo o no, un hombre judío está obligado a rezar con un minián (grupo de diez hombres) sin embargo, puede rezar sólo si en el lugar que se encuentra no existe minián o no sabe de su existencia y tiene permitido viajar a lugares en los que se vea forzado a rezar sin minián. Lo único que no tiene permitido es viajar a lugares en los que no podría rezar en las horas adecuadas.