Enlace Judío México e Israel.- Netanyahu cae víctima de su propio éxito político.

EDITORIAL THE WALL STREET JOURNAL

Benjamín Netanyahu recibió un revés sorprendente el miércoles cuando no logró formar una coalición gobernante, hundiendo a Israel en una nueva campaña electoral menos de dos meses después del aparente triunfo de su Partido Likud. Se esperaba que el Likud de centro-derecha de Netanyahu volviera a ensamblar su coalición con partidos religiosos tanto como con el nacionalista laico Israel Beiteinu de Avigdor Lieberman. Las tensiones entre esas dos facciones han sido evidentes hace mucho tiempo, pero esta vez probaron ser muy amplias como para ser cerradas, negando a Netanyahu una mayoría en la Knéset.

La base laica de Israel Beiteinu, compuesta en su mayoría de inmigrantes rusos, choca con los ultra-religiosos, conocidos como haredim, en un rango de cuestiones de Estado-Iglesia desde casamientos a carne kosher. Por su parte, los haredim dudan que algunos inmigrantes rusos sean judíos según la definición rabínica.

Las negociaciones explotaron por la exención del servicio militar que beneficia a los estudiantes haredim. Esta exención fue concedida por el primero de los primeros ministros de Israel, David Ben-Gurión, cuando los haredim eran una fracción pequeña de la población de Israel. Hoy son aproximadamente un 10%. En las conversaciones de coalición, Lieberman insistió en aprobar un proyecto de ley que empujaría a más haredim en edad de hacer el servicio militar dentro de las Fuerzas de Defensa de Israel. Los miembros de la Knéset del partido religioso, en su mayoría, se plantaron temiendo que el servicio militar asimilaría a los jóvenes dentro de la sociedad laica.

Si bien las elecciones hacen peligrar el futuro político de Netanyahu, también destacan el éxito a largo plazo de su visión política. En las elecciones del 2009, 2013 y 2015, Netanyahu derrotó efectivamente a la izquierda de Israel. Entonces en abril él derrotó — o al menos negó la victoria a — una coalición de centro respaldada por mucho del establishment militar a pesar de las acusaciones de corrupción colgando sobre su cabeza. La marginalización de los partidos israelíes de la vieja izquierda ha envalentonado a las facciones en la derecha para exigir más en sus prioridades específicas. El duro Lieberman no necesita tanto a Netanyahu si las concesiones a los palestinos están en su mayoría fuera de la mesa sin importar quien gane.

Cuando la mayoría de los estadounidenses piensan en Israel, piensan en el conflicto israelí-palestino, pero esta visión es anacrónica. El rechazo de los palestinos de la solución de dos estados en el año 2000 y subsiguiente segunda intifada; el ascenso de Hamás luego de la retirada de Israel en el 2005 de Gaza; y la desestabilización de los vecinos de Israel luego de la Primavera Árabe del 2011 han convencido a la mayoría de los israelíes que crear un Estado palestino, al menos por ahora, sería suicida.

Israel fue fundado como un estado laico y estilo europeo con una minoría religiosa. En décadas posteriores, como en mucho del resto del mundo, el tradicionalismo religioso se ha vuelto más prominente. Esa cuestión fue suprimida mientras Israel estuvo preocupado por sobre todo con su supervivencia. El éxito de Netanyahu en convertir al país en una potencia regional y hacer a los israelíes más seguros ha hecho más notorias las divisiones inter-judías. Esta guerra cultural desordenada podría definir la política israelí en los próximos años tanto como el conflicto palestino.

 

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México