Enlace Judío México e Israel.- No dudamos de que el presidente AMLO tenga una auténtica intención de reducir la pobreza en el país. Es por ello que ha creado medidas basadas en subsidios a los NINIS, a los adultos mayores, y a poblaciones vulnerables. No obstante, la paradoja de este asunto es que ninguna de estas medidas es suficiente o siquiera efectiva cuando un país se empieza a hundir en una crisis económica. Esto se da por una sencilla razón: La desaceleración económica suele polarizar a la sociedad.

ENRIQUE PRESBURGER CHEREM

Cuando entramos a un periodo de bajo crecimiento económico e inflación, las clases bajas son las más desfavorecidas. Esta situación se explica por la pérdida de poder adquisitivo de la población más vulnerable; donde existe mayor desempleo, menor consumo, y suben los precios en insumos familiares básicos. Los micronegocios a su vez se debilitan ante el menor consumo de la clientela, la dificultad de acceder al crédito y la falta de liquidez por el alargamiento de plazos de pago de los clientes. Es así que las empresas chicas entran a un estado crítico y desaparecen, y las empresas grandes se consolidan para aumentar su tamaño.

De esta manera, se crea un estado crítico de pauperización para la clase trabajadora del país:

1. Promedio salarial bajo: El promedio nacional de salarios entre trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ronda 10 mil 562 pesos mensuales

2. Brecha de género: La brecha de género muestra que las mujeres ganan un promedio de 7 mil pesos mensuales, es decir un 30% menos que los hombres.

3. La informalidad refuerza la pobreza: Al integrar los promedios salariales al resto de la población ocupada en el país ubicada en la informalidad, el sueldo promedio baja drásticamente a 6 mil 117 pesos mensuales.

4. El salario no es suficiente para generar patrimonio: La mayoría de mexicanos no pueden comprar casa, se les va 61% del salario en renta

5. Brechas económicas regionales: Nuevo León, Ciudad de México y Baja California gozan del sueldo promedio de 10 mil pesos mensuales, mientras que estados volcados a la economía primaria como Morelos, Oaxaca y Chiapas, presentan un sueldo entre 50 y 60% menor (los trabajadores hombres ganan entre 4 mil y 5 mil pesos, y las mujeres de 3 mil 500 a 4 mil 500 mensuales).

6. “Paraísos fiscales” de informalidad: En cuanto a informalidad, existen también disparidades muy importantes. Oaxaca, Chiapas y Guerrero presentan niveles de informalidad de entre un 78 a 80.4% de la población ocupada; mientras que Nuevo León, Chihuahua y Coahuila tienen los menores índices de informalidad, con rangos que van de 35.6 a 36.7%.

Así, más allá de la situación de PEMEX y las calificaciones bajas que nos pongan las agencias internacionales, hay que ser conscientes de que existe un problema estructural más importante y urgente de resolver: La gran polarización que existe en la sociedad mexicana en materia económica-laboral.

Si esta brecha no se resuelve, la crisis política, violencia social y malos manejos de las finanzas públicas serán tan sólo consecuencias de este fenómeno que se manifestarán de manera continua.

 

 

 

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