Enlace Judío México e Israel.- Sin duda una de las fortalezas de la comunidad judía de México es su red escolar, hay una gran variedad de opciones para ofrecer a los padres de familia, que varían según su nivel religioso, su apego a Israel, si buscan más inglés o más ciencias, nivel académico o social o si es el Colegio de la comunidad a la que pertenecen; en fin, las escuelas están ahí y logran captar a una gran mayoría de la población escolar de la comunidad.

MARGARETH MICHAN*

Pero, ¿están nuestras escuelas compitiendo con las mejores de México? ¿Preparan a los estudiantes para enfrentarse al mundo competitivo y cambiante en el que nos encontramos? ¿Están logrando formar jóvenes fuertes en su judaísmo? Sin afán de ofender o juzgar, y sin pretender ser este artículo un estudio académico de los egresados, quiero compartir mi visión sobre nuestras escuelas y me atrevo a hacerlo porque trabajo en educación.

¿Qué estamos haciendo bien y qué nos falta por hacer?

Uno de los aciertos de los Colegios es el ambiente escolar, la gran variedad de excursiones, actividades, festividades y estímulos que experimentan los alumnos conlleva la formación identitaria fuerte y sólida que da un sentido de pertenencia.

Las instalaciones pueden competir con cualquiera de las mejores del mundo, por su belleza, vanguardia, amplitud, recursos, en fin, es un placer estudiar y enseñar en las escuelas de la red de México.

La búsqueda constante de mejora, diría yo que es otra de las grandes bondades que tenemos. Voluntarios y profesionistas inquietos por encontrar el mejor modelo educativo para implementar en su Colegio, invirtiendo en programas que persiguen alcanzar mejores resultados.

Pero no todo es color de rosa… y sí hay mucho por hacer, empezaría por decir que la disciplina y los límites tienen que mejorar, si las escuelas son los profesionales en educación no pueden ceder ante las demandas de los padres , que buscan seguir sobreprotegiendo y solapando a sus hijos porque “se cansan y no pueden hacer tarea” “necesitan irse de viaje porque sus abuelos cumplen aniversarios y no pueden presentar exámenes” “tienen problemas de aprendizaje y hay que bajarles el nivel” “no pueden ir a un museo porque les queda lejos” y podría seguir con las razones de los padres, en las que ceden las escuelas dejando a los estudiante sin límites claros ni exigencia en la etapa más productiva que tienen para formarse como seres humanos; porque las reglas dan estructura y las necesitamos para crecer más sanos.

Otro de los aspectos que debemos mejorar está en los modelos educativos que se implementan y modifican sin hacer una evaluación seria de los resultados que se están obteniendo y pareciera más que se eligen por “moda”, “competencia” o sugerencia de personas bien intencionadas que pretenden reproducir lo que vieron en otros Colegios, sin tomar en cuenta las circunstancias y contexto en el que se desarrolla ese modelo, cualquier intento de implementación debe ser estudiado y tropicalizado al lugar donde se quiere llevar.Hablé de las bondades de las instalaciones, pero también me atrevo a decir que la inversión en paredes no puede sustituir la inversión de capital humano, porque el posicionamiento de los maestros debe mejorar para convertirse en un trabajo digno, respetado y reconocido.

Y no menos importante son los resultados, pocos de nuestros alumnos destacan internacionalmente en el ámbito académico o profesional, unos cuantos estudian en el extranjero y menos aún trabajan; algunos destacan en México en distintas profesiones, pero, para las condiciones tan favorecedoras con las que cuentan, deberíamos tener muchos más jóvenes exitosos a nivel nacional, porque en comparación con escuelas del mismo rango económico y social, los egresados continúan en negocios familiares contando con la capacidad y el nivel para incurrir en diferentes ámbitos.

Mi propuesta es que seamos más honestos con los resultados y busquemos soluciones integrales, profundas y duraderas que permitan a los jóvenes enfrentarse y competir con cualquier persona del mundo; que capitalicemos la red escolar que tenemos para sumar esfuerzos. Más que competir, se necesitan estudios serios y dejar las simulaciones de perfección para buscar la mejora que podemos tener, porque la voluntad existe, los recursos también, así que comencemos el diálogo para encontrar propuestas de solución.

*Margareth Michan Djaddah es licenciada en Ciencias de la Educación con Maestría en Estudios Judaicos. Cuenta con más de 20 años de experiencia de trabajo en educación, como directora, docente, diseño curricular, formación de profesores, entre otros… Apasionada de aprender, enseñar, compartir y aportar.

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