Nira Khurana para Enlace Judío México- El 18 de julio de 1994 Rita Worona llegó temprano a trabajar a la Asociación Mutual Israelita Argentina. Tenía un curso y posteriormente asistiría a una ceremonia que formaba parte de los festejos por los 100 años del centro comunitario.

Tras el curso había quedado de ver a su padre para la ceremonia, pero la reunión nunca llegó. A las 9:53 de la mañana un coche bomba explotó y destruyó el edificio dejando 85 víctimas entre personal que se encontraba en la AMIA y gente que estaba en los alrededores.

El cuerpo de Rita, quien tenía 37 años en ese momento, fue rescatado tres días después y fue su cuñado quien la reconoció, recuerda Rosa Dibner, madre de Rita, quien relató lo sucedido desde el Eishe Nuestro Hogar, la residencia para adultos mayores de la Comunidad judía de México.

Rosa tiene 87 años y vive en México desde hace 19. Aunque han pasado 25 años del atentado, reconoce que es imposible olvidar los detalles. En su mirada trasluce la pesadumbre, el dolor inalterado de recordar aquella mañana y los días, los años que siguieron. “Es algo que no se puede olvidar por nada del mundo”, dice mientras niega con la cabeza.

“Yo estaba en la casa, pero mi esposo ya estaba en la fábrica y una persona se le acercó y le dijo que hubo un atentado en la AMIA, por lo que se fueron corriendo al edificio. Yo escuché en la radio lo ocurrido, cómo habían quedado las víctimas y el edificio”.

A pesar del dolor personal, primero por no saber nada de su hija y posteriormente al recuperar el cuerpo, Rosa reconoce que este hecho unió a toda Argentina. “Se juntaron cuadras y cuadras de personas para rendir honor en los días que siguieron.”

Aunque no ha llegado la justicia para los perpetradores, cada año la familia Worona Dibner recuerda a Rita, quien hoy tendría 62 años. “Mi nieto la recuerda con su foto y encendemos velas”, cuenta Rosa quien recuerda que en Argentina acudían a las ceremonias oficiales.

“Cada vez que era el aniversario, a la madrugada nosotros ya estábamos con mi esposo en (la calle) Pasteur, para el acto. En uno de los aniversarios del suceso, Rosa y su marido entraron en un café, pues hacía mucho frío y era muy temprano. Ahí vieron la edición de ese día del periódico El Clarín, que mostraba la foto de su marido con su nieta, la hija de Rita, en la portada, “inmensa. No sabes lo que fue eso.”

También en México se recuerda el atentado. Rosa dice que en Bet El se sigue conmemorando el evento cada año. “El rabino, el jazán… todos son argentinos”, dice, y cuenta que el primer año hasta la televisión cubrió los actos conmemorativos. “Fue impresionante la cantidad de gente que hubo para el recordatorio del atentado, sí, en Bet El”, dice en ese tono que es al mismo tiempo dulce y severo, mientras su mirada, su expresión toda, lucha por hallar la cifra que la sostenga en el marasmo de recuerdos.

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