Enlace Judío México e Israel.- Hace unas semanas el emblemático The New York Times, diario de la gran manzana, afirmó con creces una vez más que lo único valioso que le queda es ese gran nombre, una de las marcas perfectas en el mundo de los periódicos, un branding y marketing envidiable, pero que su publicación solo sirve si se le busca el lado útil como violento correctivo para perros, letrina de pájaros o juego de sábanas para vagabundos. Tristemente hoy en día en el lado equivocado de la historia, algo así como “el lado obscuro” en Star Wars, lanzó su grosera ofensiva sin ningún respeto por las pascuas cristianas ni el pésaj hebreo y solo después de publicar la salvajada nauseabunda sobre que Jesús era un “palestino”, y no un israelita, despojando a esa figura de sus verdaderos orígenes judíos, prácticamente destruyendo toda la fe judeocristiana en unas cuantas penosas letras.

El peligroso, ignorante y rampante radicalismo liberal en el que ha caído la llamada “elite media” de la cual el New York Times es pilar, y estando lejos de detenerse en su intento de borrar, reescribir la historia o minimizarla, la famosa empresa ubicada en el 620 de la octava avenida en Manhattan publicó, pasando todos los filtros como si fueran mantequilla, un cartón político que indignó a medio mundo. Una vez más el antisemitismo “maquillado” de antisionismo, utilizó recursos de las caricaturas de la Alemania nazi, un cartón digno de aparecer en “der sturmer” y que le hubiera sacado un par de risas al alto mando Nazi, vemos a un Trump judaizado usando kipá, ciego, siendo guiado por un lazarillo con el rostro del Primer Ministro Israelí “Bibi” en donde se exageran los rasgos de Netanyahu con recursos del pueril cartonismo nazi, como lo eran el aumento de las narices y las frentes, la utilización de la Estrella de David de forma ofensiva, denigrando ese símbolo nacional, cultural, histórico, religioso y de unificación de uno de los pueblos protagonistas de la historia de occidente; repite también la utilización del “perro” como comparación ofensiva que tanto los grupos terroristas islámicos y los nazis utilizaron y utilizan de forma muy libre sin que parezca que dicha denigrante comparación molestase a los editores del “NY Times”.

The Nazi York Times

Por si eso fuera poco, dicho cartón político es una copia de uno que se imprimió en la Alemania Nazi, en donde un Primer Ministro Británico Winston Churchill es guiado por un hombre judío que lo lleva caminando sobre el mundo, haciendo exactamente la misma irresponsable y equivocada referencia al cartón mencionado aquí, mismos recursos peyorativos contra el pueblo judío y misma visión antisemita del mundo diseñada para crear falsos conceptos y estereotipos que lamentablemente la historia nos ha enseñado hacia dónde se dirigen o esa al menos parece ser la intención de los publicistas y “fans” de este tipo de imágenes ignorantes llenas de recursos inflamatorios.

Pero que no se malentienda, no significa que Trump en su apoyo a Israel o el mismo Netanyahu sean acríticos o intocables, que no lo son; el cartón político es un recurso para mostrar, criticar, denunciar o burlarse de la clase política y todo lo que lo rodea, a eso están expuestos, es parte del circo mediático, es parte del trabajo y es algo que resulta saludable socialmente. Tampoco se trata de censurar al sentido del humor o la crítica, pero dicha crítica y en este caso la del cartonísmo político, se debe basar en las políticas mismas empleadas por la clase del poder ejecutivo y no en criticar a los políticos por su origen racial, por su religión, por su cultura, por su historia, por su nacionalidad o por alguna enfermedad como por ejemplo, digamos una enfermedad en la piel que provoque que esta tenga un tono o coloración naranja y que la falta de ética y moral de la prensa considere burlarse de una persona por esa enfermedad haciéndole bullying de primaria a un político por ese simple hecho, que nada tiene que ver con la clase política ni las políticas ni ideologías en ningún sentido.

El denigrante cartón del rotativo de la ciudad emblemática de Woody Allen falló, si ese hubiera sido el caso, en criticar con justicia y veracidad a Trump, Bibi, su amistad y/o políticas en conjunto. Para eso, no se debió usar una clara referencia de un cartón antisemita de la época nazi impreso por el departamento de difamación y propaganda Nazi que tenía como único objetivo sembrar conceptos antisemitas y anti británicos en la época de la segunda guerra mundial. Tampoco se debió utilizar simbología religiosa o nacional del pueblo judío de forma ofensiva e incoherente ni exagerar ciertos rasgos de acuerdo a la escuela de cartonísmo nazi, que se dedicaba a crear conceptos negativos y humillantes de cualquiera que no era parte del nazismo, pero el diario de “la ciudad que nunca duerme” lo hizo una vez más.

El mismo “Times” y los defensores de este tipo de “controversias” argumentan que se trata de “anti-sionismo”, otra cosa aislada, algo que es sobre un asunto político y no de un prejuicio racial rancio como lo es “el anti-semitismo” y cualquier forma de racismo, pero ¿lo es realmente? ¿Es algo “aislado”?

Antisemitismo vs. Antisionismo

Veamos: el antiguo antisemitismo era un ataque a los judíos por su religión, un pueblo que se negó a adorar otras culturas, dioses y religiones distintas a la de ellos. La independencia religiosa les valió persecuciones y rechazo como ocurrió en muchos períodos, como la Inquisición Española. En épocas más recientes el antisemitismo se basaba no en una práctica religiosa, amparados en libertades de culto que otorgaban los nacientes estados Europeos en los últimos siglos, pero al judío se le rechazó allí ahora por su raza, como los pogroms en Rusia o en la Alemania Nazi por citar el ejemplo más notorio, y después de la Fundación de Israel en 1948 a los judíos se les rechaza ya no por su religión, tampoco por su raza, nos dicen que eso está en el olvido, pero sí por su nacionalidad y por su apoyo a la misma, nacionalidad ligada a una serie de difamaciones panfletarias que cualquier persona con cultura básica sabrá rechazar.

En resumen, al final el antisionismo sigue rechazando al judío por razones totalmente “distintas” al “antisemitismo” según…

La realidad: el problema aquí es la afirmación constante y perversa que pretende negar al judío de independencia religiosa, racial, cultural o nacional. Más de 150 países cristianos, más de 50 países musulmanes, y solo un país judío, y resulta que el problema y el motivo de justificación de la discriminación hacia este pueblo es el antisionismo, que acusa a Israel de ser el “desestabilizador” del Medio Oriente; curiosamente el antisemitismo acusaba en el pasado al pueblo hebreo de desestabilizador en general, pero debe ser una “casualidad”, siendo Israel la única democracia real en la región, el único país primer mundo de la zona con Universidades del top mundial como La Hebrea de Jerusalén donde colaboró el mismo Einstein, País con derechos para la mujer y las minorías, tecnología de punta, alto índice de alfabetismo, etc. Israel ha ganado guerras de defensa y nunca ha destruido a sus vecinos, ¿Se podría decir lo mismo de sus vecinos si ese hubiera sido el caso? Mientras que en esa región, en ese barrio peligroso del mundo no hay democracias; hay dictaduras militares, dictaduras islámicas, o reinados, emiratos, etc., que no otorgan muchos de ellos derechos para la mujer como lo es el “voto”, ni para los homosexuales o diferentes minorías étnicas y religiosas, mantiene altos índices de analfabetismo, sumidos en crisis económicas crónicas, tercer mundo, algunos considerados estados fallidos y penetrados por un radicalismo religioso nocivo y por demás violento en extremo.

Aun así el antisionismo asegura que los desestabilizadores de la región son los progresistas de tipo occidental. En resumen: el antisionismo no es más que una fachada más del viejo antisemitismo, algo así como una vieja actriz llena de operaciones y botox que a nadie convence “su juventud”, y esa ideología de odio es lo que engloba la política del cartón aquí mencionado.

Lo preocupante es que no es el primer caso de estos, hay un antes y un después. Justo al día siguiente de que el cartón en cuestión recibió una oleada o mejor dicho tsunami de miles de críticas y descalificaciones mundiales contra el infame diario de la gran manzana por imprimir tal afrenta a la decencia y a la memoria de los millones de muertos a causa del Nazismo, y solo después de imprimir una “disculpa” con cara de justificación, imprimieron otro cartón denigrando otra vez a Netanhayu rodeado de simbología israelita. Si bien ese cartón no cayó dentro de los vomitivos parámetros del mencionado aquí, la falta de tacto del “newspaper” de la ciudad a blanco y negro para publicar una vez más otro cartón ofensivo deja muy en claro que el alguna vez defensor de las causas nobles apoya hoy en día al radicalismo que plantea dicho por los mismos radicales “continuar con el trabajo de Hitler”. Como dije al inicio, se pasaron al lado obscuro si es que alguna vez estuvieron en el lado de la ”Luz”, el periodista y politólogo Norteamericano Mark Levin en su reciente libro “unfreedom of the press” disecciona el trazo del New York Times durante la Segunda Guerra Mundial, mientras que los diarios europeos y muchos Latinoamericanos atacaban abiertamente al Nazismo y publicaban historias sobre el destino de los judíos europeos el NY Times decidió no hacer nada en pro de la decencia, Tal vez las cosas no hayan cambiado lo suficiente. Ahora es tiempo de vomitar.


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