Enlace Judío México e Israel.- La Orden Negra fue formada por Heinrich Himler con tres objetivos principales: investigar el alcance territorial y el espíritu de la raza germánica, rescatar y restituir las tradiciones alemanas, y difundir la cultura tradicional alemana entre la población.

En 1925, uno de los personajes más cercanos a Hitler creó un cuerpo de guardias personales cuyo principal cometido era proteger al futuro dictador alemán. Con el tiempo, la conocida como Orden Negra sería una de las fuerzas más siniestras y misteriosas del Tercer Reich, cuyos ritos, prácticas ocultistas y extravagantes creencias conducirían inexorablemente a Europa hacia la destrucción. Heinrich Himmler, conocido por algunos como el “mago negro”, quiso crear un auténtico Estado de las SS.

Para crear su cuerpo de élite, con el que soñaba instaurar un orden racial en una nueva Europa pagana, el Reichsführer-SS se inspiró en la antigua Orden medieval de los Caballeros Teutónicos o Deutsche Ritterorden, fundada por Heinrich Walpot von Bassenheim en el año 1198. Asimismo, tomó como modelo los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola -a pesar de su odio a los jesuitas- para los ejercicios de introspección de sus caballeros negros de más alta graduación, que realizarían sus ritos en el castillos de Wewelsburg, en Westfalia, una especie de Vaticano de las SS que se convirtió en el bastión místico y en el museo personal del Reichsführer.

En mayo de 1944, la Orden Negra era imparable, las SS habían llegado a ejercer un dominio absoluto en todo el Reich, hasta el punto de que trescientas de las mil doscientas personalidades de Alemania, entre ellas industriales y financieros, formaban parte de la siniestra organización.

Una vez que consolidó su poder en 1934, en plena ebullición del poderío nazi, Himmler, que ya controlaba la temible Gestapo y que acabaría al frente de la R.S.H.A. u Oficina Central de Seguridad del Reich e incluso siendo Ministro del Interior, dio rienda suelta a sus obsesiones medievales y al pasado mítico alemán. A través de las instrucciones de su consejero, Karl Maria Wiligut, una especie de místico conocido como “el Rasputín nazi”, creó una especie de instituto de investigación, la Ahnenerbe o “Sociedad Herencia de los Ancestros”, a través del cual enviaría a expertos en diferentes campos por todo el mundo tras los vestigios de la raza aria ancestral, su principal obsesión vital junto a los objetos de poder como el Grial o el Martillo de Thor.

Friedrich Hielscher fue el responsable del departamento de los estudios estrictamente esotéricos dentro de la Sociedad Herencia Ancestral, encargados de la búsqueda de dichos objetos. El medievalista alemán Otto Rahn, miembro de la Orden Negra, siguió la pista del Grial en el Languedoc francés y el propio Himmler visitó la abadía catalana de Montserrat con la intención de encontrarlo.

Hasta los últimos momentos de su vida, cuando fue acorralado por las fuerzas aliadas, Himmler estuvo obsesionado por los objetos de poder, la raza aria y el pasado mítico germano. Se sabe que hacia el final de la guerra, encargó a una empresa al servicio de las SS que fabricara una especie de arma milagrosa basada en la electricidad e inspirada en el Martillo de Thor de los antiguos germanos. Evidentemente aquello fue un imposible y ningún artilugio maravilloso pudo salvar a Himmler, uno de los principales responsables del Holocausto y a su Orden Negra de soldados criminales, de su funesto y merecido final.

 

 

Con información de: infobae