Enlace Judío México e Israel – Un fragmento de oro y plata labrado de 2,600 años de antigüedad descubierto en el Monte Sión en Jerusalén arroja luz sobre la historia de la destrucción de la ciudad por el imperio babilónico, informó este domingo el periódico Haaretz.

El valioso fragmento, revelado el pasado sábado, da peso a la hipótesis de que la Jerusalén de la Edad de Hierro fue una ciudad próspera y no una austera localidad, sugieren los profesores involucrados en la excavación, Shimon Gibson y James Tabor de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte, así como el Dr. Rafi Lewis de la Universidad de Haifa.

El oro conforma una especie de campana, en tanto que la plata está presente en el diseño de un racimo de uvas, aunque debido a lo poco que queda del objetivo original, es difícil precisar cuál fue su fin o uso original.

Esta es la primera vez que se ha encontrado un artefacto parecido a esto en el claro contexto arqueológico de la destrucción babilónica de la ciudad, aseguró Lewis. “Nunca antes se había encontrado evidencia de este tipo de riqueza de cultura material dentro de los muros de Jerusalén”.

“Los libros bíblicos de Reyes y Daniel detallan la riqueza de Jerusalén que Nabucodonosor llevó a Babilonia, y describen banquetes usando recipientes de oro y cobre que provinieron de la ciudad”, señala Lewis. “Este pequeño artefacto muestra el potencial de cuán rica era realmente Jerusalén”.

Lewis descarta que el fragmento de material precioso tuviera un nexo con el Templo de Jerusalén, pero estima que “definitivamente pertenecía a alguien aristocrático”.

“No es algo que un campesino hubiera perdido o dejado atrás”. Además, sugiriendo que fue una víctima inerte de la destrucción babilónica, está de acuerdo con Gibson en que nadie en su sano juicio simplemente arrojaría un artefacto precioso como ese.

El equipo de arqueólogos, liderado por la universidad norteamericana, también encontró en dicho sitio capas de ceniza, lo que señalan como evidencia de la propia destrucción que sufrió la ciudad.

“Para los arqueólogos, una capa de ceniza puede significar varias cosas diferentes”, dijo Gibson.

“Podrían ser depósitos de ceniza retirados de hornos; o podría ser la quema focalizada de basura. Sin embargo, en este caso, la combinación de una capa de ceniza llena de artefactos, mezclada con puntas de flecha y un adorno muy especial indica algún tipo de devastación y destrucción. Nadie abandona las joyas de oro y nadie tiene puntas de flecha en su basura doméstica”, señala.

Además, localizaron una estructura de la Edad de Hierro en la zona, cubierta bajo otros estratos de épocas posteriores, el cual aún espera su excavación completa.

Esta estructura respalda la opinión de que Jerusalén había crecido hacia el oeste en el siglo VIII AEC, con una población incrementada debido a refugiados del norte del Reino de Israel, dice Lewis.

El edificio está en línea con un muro de fortificación encontrado en la década de 1970 en el Barrio Judío de la Ciudad Vieja, que evidentemente había sido construido en preparación para el asalto de los asirios en 701 AEC. Y la ceniza sugiere que algo más tarde, la batalla de Babilonia se extendió colina abajo también.

“Sabemos que esta no es una zona de tiradero de basura, sino el vecindario del suroeste de la ciudad de la Edad del Hierro”, dijo Gibson. Durante el siglo VIII AEC el área urbana de Jerusalén creció desde lo que ahora se llama la Ciudad de David hacia el sureste, al menos hasta el sitio de excavación”.

La conclusión de los arqueólogos es que no es sorprendente encontrar el edificio de la Edad de Hierro en el Monte Sión, sino el hecho es que no se había encontrado antes. Parece que esta área era importante no solo durante el período del Segundo Templo, sino también en el período del Primer Templo.

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