Enlace Judío México. – Heijal HaTorah enseña los grandes textos tanto de las tradiciones judía como occidental.

ELLIOT KAUFMAN

Los graduados de Heijal HaTorah deben ser “eruditos en ciernes del Talmud,” dice el Rabino Aryeh Stechler, director de la escuela secundaria yeshivá judía ortodoxa para varones. Eso no es todo. Los chicos también deben apreciar “cuan únicos son los valores de este país, y cuanto ha hecho Estados Unidos por los judíos.”

Durante dos años, Heijal HaTorah ha pilotado el Currículum de Humanidades Tikvah, una senda de honores de Grandes Libros para chicos de 9° y 10° que estudian historia, literatura y filosofía occidentales. El Fondo Tikvah, la fundación detrás del currículum, cree que Heijal es la única escuela judía secundaria en Estados Unidos con un programa de educación clásica.

En algunas escuelas ortodoxas, materias tales como inglés, historia y matemáticas toman un lugar secundario ante el análisis de los textos judíos. Otros, especialmente en las comunidades ortodoxas judías, vuelven a marcar los estudios judaicos en cierta forma para proporcionar educación rigurosa completa. Ellos generalmente hacen eso, sin embargo, imitando a las principales escuelas laicas, adoptando programas progresistas que pueden ser hostiles hacia los valores tradicionales.

Heijal HaTorah es prueba de que hay un camino mejor, sugiere el Rabino Mark Gottlieb, director principal del Fondo Tikvah. Mejor, dice, “infundir las humanidades con el espíritu judío” que “buscar sobre el propio hombro la última moda,” sean novelas contemporáneas vulgares o manuales de historia revisionistas que Howard Zinn podría aplaudir. Heijal HaTorah, que publicita una “educación de yeshivá clásica y un programa de estudios generales superiores,” articula una visión diferente de la educación judía de última generación.

Los estudiantes de honor de Heijal exhiben un alcance impresionante en el aula. Allá por junio, alumnos de 9° estaban leyendo a Meister Eckhart, un teólogo medieval alemán, y discutiendo la comprensión evolutiva de Dios y el hombre por parte del Occidente. Surgió una pregunta y un estudiante gritó una línea relevante de la Torá, citándola en hebreo. Mientras me esforzaba por conectar los puntos, otro estudiante comparó la visión de Eckhart con una más antigua de mitos sobre Hércules. Un tercero citó a Cicerón.

“Es como estudiar Talmud,” dijo Shaya Zimerman, de 16 años. “Incluso en un poquito, hay tantas opiniones diferentes. Así que comienzas por el principio, vas en profundidad, lees las opiniones y trabajas a través de ellas.” Las anotaciones agresivas en los márgenes de su hoja fuente dan testimonio de su entrenamiento.

Pocos están mejor preparados para apreciar los grandes textos de hace tiempo que los estudiantes de yeshivá. “Por supuesto las viejas discusiones del Talmud dan forma a las leyes judías que seguimos,” dijo Tzvi Ginzberg. “Pero ‘Sentido Común’ de Thomas Paine también influencia cómo vivimos, ahora mismo, en Estados Unidos. Influencia lo que creemos.”

Pregunté al azar acerca de las ideas de la Revolución Francesa, que habían estudiado anteriormente en el año. Rápidamente, un chico de 10° grado explicó que el universalismo de los revolucionarios alentó tristemente a Francia a exportar su revolución por la fuerza. Más ampliamente, Tzvi dijo que él desaprueba la teorización sobre la política del “estado de la naturaleza.” Pregunté si eso significa que los revolucionarios estadounidenses estuvieron errados también. “No todos ellos eran lockeanos,” respondió él, rechazando mi premisa. “Principalmente sólo reclamaban los derechos tradicionales de los ingleses, los cuales Gran Bretaña estaba violando claramente.”

El Rabino Mitch Rocklin del Fondo Tikvah sonríe con orgullo. Él es el instructor principal de la senda de honores en Heijal HaTorah, y está en una misión para revivir la educación judía clásica, una vez un requerimiento en muchas escuelas ortodoxas principales en la Europa de preguerra. “Permite a los estudiantes verse como parte de una tradición occidental viva para la cual su fe judía es fundamental,” sostiene. El Rabino Rocklin destaca las conexiones incluyendo textos judíos contemporáneos en sus lecciones. “Los estudiantes empiezan a amar su religión judía de una nueva manera,” dice él.

Él trata de mostrar a los judíos “lo que su religión tiene que ver con su cultura, y lo que su cultura tiene que ver con su religión.” Parece estar funcionando. Este año la senda de honores de Heijal se expandirá al 11° grado y se lanzará un nuevo programa de Tikvah en Bais Yaakov Majon Ora, una escuela judía ortodoxa para niñas en Passaic, N.J.

El Rabino Rocklin, quien es tanto un estudiante de posdoctorado en Princeton como capellán en la Guardia Nacional del Ejército en New Jersey, dijo a sus estudiantes que el curso que él enseñaba sería el más difícil que hubieran tomado alguna vez. El ha trabajado igualmente duro, incluso como voluntario para grabar una lección mientras estaba en el deber en Erbil, Irak. (A los chicos no les importó cuando el despegue de un avión Osprey V-22 interrumpió su lección.) Encontrar gente dispuesta y capaz de enseñar un currículum de tan amplio rango puede ser un obstáculo para el crecimiento de la educación judía clásica. Otro es que muchos padres quieren a sus hijos preparados intensivamente para los exámenes de Colocación Avanzada. El Rabino Rocklin dice que sus estudiantes estarán listos, pero insiste en que él no se inclinará “ante el altar de CA.”

Sin dudas serán necesarios algunos compromisos. Pero si las escuelas tradicionales van a enseñar temas laicos, tiene sentido enseñarlos tradicionalmente. Los estudiantes del Rabino Rocklin merecen aprender lo mejor que el Occidente ha enseñado y dicho. Es su patrimonio, también.

 

 

*Elliot Kaufman es editor adjunto de características editoriales en el Journal. Ha asistido y ayudado a seleccionar participantes para los programas educativos del Fondo Tikvah.

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México