Enlace Judío México e Israel.- Llamó mucho la atención que hace un par de días Benjamín Netanyahu se reunió con Benny Gantz y otros destacados miembros de Kajol Laván —la coalición que compite contra Likud en las próximas elecciones— para ponerlos al tanto de asuntos de seguridad.

IRVING GATELL EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

El panorama militar de Israel es complejo, pero todavía se mantiene bajo control. Se habla de cinco frentes posibles: Gaza, Cisjordania, Líbano, Siria e Irán. Por supuesto, todos están conectados, y en caso de una conflagración mayor, sería muy lógico suponer que el régimen de Teherán movilizaría a todos sus agentes en Líbano y Siria, además de convencer a los palestinos, de que se lanzaran al ataque.

No es algo que Israel no haya tomado en cuenta. Una de las principales razones por las que Israel siempre ha tenido un éxito rotundo en sus confrontaciones con sus enemigos, es que siempre está un paso adelante.

Lo acabamos de ver en el episodio del ejército de drones “suicidas” que estaban preparándose en Siria, por órdenes de Suleimani, cabeza de la Fuerza Quds, un batallón iraní creado específicamente para destruir a Israel. El golpe contra Israel se venía preparando discretamente desde hacía tiempo, y fue demasiado grande y desagradable la sorpresa que se llevaron Suleimani y compañía cuando, a unas horas de lanzar el ataque “sorpresa”, la aviación israelí los sorprendió destruyendo el complejo militar donde estaban los drones, dejando además a varios militares iraníes muertos.

Suleimani y su lacayo Hassan Nasrallah de inmediato hicieron declaraciones incendiarias y amenazaron a Israel, aunque —por supuesto— no tomaron ninguna medida práctica. ¿Cómo lo iban a hacer, si les acababan de poner un susto mortal? Les quedó claro que prácticamente nada se escapa a la inteligencia del Estado judío. Lo dicho: Israel siempre va un paso adelante.

De todos modos, el panorama es delicado. En realidad, sería una imprudencia descomunal si Irán se lanzara a la guerra, y además arrastrara a Líbano, Siria y a los palestinos. Lo cierto es que no están en condiciones de combatir contra Israel.

De entrada, si por una parte Israel está bien informado de los movimientos de Irán y sus aliados, así como de los recursos militares y tecnológicos que disponen, Irán no está al tanto de cuántos avances puede tener Israel en una guerra que ya no sólo depende de tener muchas bombas, sino de tener tecnología de punta.

Lo acabamos de ver también hace un par de días: Un dron, seguramente “suicida”, que se iba a lanzar contra Israel fue “desorientado” por el propio ejército de Israel y no funcionó. Es decir, ya se cuenta con tecnología que puede afectar la programación de las armas iraníes.

Eso pone a Irán y compañía en clara desventaja.

Pero además están los problemas internos de Irán: altísima inflación, crisis económica, el pueblo descontento, y una absoluta insensibilidad e irresponsabilidad por parte del régimen de los ayatolas, que no toman decisiones encaminadas a mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Siguen obstinados en un plan expansionista que sólo los está haciendo gastar dinero a lo tonto, aferrados a un dogma religioso medieval que ha resultado nocivo y contraproducente para ellos.

Y justamente eso es lo que los hace peligrosos. Si se lanzan a la guerra, no sería porque realmente crean que la pueden ganar. Sería por la irracional convicción de que D-os tiene que darles la victoria.

Por eso, Israel no baja la guardia. Lo sorprendente fue que en ese estatus de no bajar la guardia, Netanyahu se reuniera con sus contrincantes políticos.

¿Qué puede haber detrás de esa reunión?

Una opción sería que Netanyahu esté viendo como altamente probable la posibilidad de perder las elecciones, y que Gantz sea el próximo primer ministro.

Pero eso es difícil. Gantz va a tener los mismos problemas que Netanyahu para integrar una coalición, así que no podemos considerar esta como la primera opción.

¿O será que los líderes de los mayores bloques parlamentarios están empezando a considerar la posibilidad de hacer gobierno juntos? Como ya lo he señalado en notas anteriores, una coalición entre Likud y Kajol Laván tendría entre 65 y 70 escaños, suficiente para formar gobierno y prescindir de los chantajes de los partidos pequeños.

En ese caso, sería muy interesante ver cómo se negocian los cargos de primer ministro, ministro de defensa y canciller. Actualmente, los tres los ocupa Benjamín Netanyahu.

En caso de un triunfo contundente de Likud, es obvio que Netanyahu se mantendría como primer ministro, y muy seguramente como canciller. Pero es probable que Gantz —militar de carrera— pudiera ocupar la cartera de defensa, si hay acuerdos solventes con Netanyahu.

Si el resultado en las próximas elecciones es otra vez un empate entre Likud y Kajol Laván, entonces se podría acordar una rotación en el cargo de primer ministro. Netanyahu lo ocuparía dos años, y Gantz los otros dos. Sólo habría que acordar quién primero y quién después. En ese caso, es probable que también la cartera de Defensa pudiera rotar.

Pero bueno. Todo esto no es más que especulación.

Lo que parece claro —y eso es buena noticia— es que, independientemente del cauce que vayan a tomar las cosas, Netanyahu y Gantz parecen estar en la misma frecuencia en temas de seguridad nacional, así que sin importar los resultados del próximo proceso electoral, Israel mantendrá sus esfuerzos por seguir un paso —o más— delante de los iraníes.

Y es lógico. Israel es el único país del mundo que no se puede dar el lujo de perder una guerra.

Hasta el momento, el saldo del trabajo de Netanyahu como ministro de Defensa es excepcionalmente bueno, y se nota en que Israel está muy aventajado en todo sobre Irán.

Y esperamos a que siga siendo así.

 

 

 

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