Enlace Judío México e Israel – ¿Debe Israel atacar en suelo libanés y arriesgarse a una guerra?

AMOS HAREL

La tensión en la frontera norte parecía acercarse a su fin el domingo por la noche. Hezbolá, desde su perspectiva, saldó cuentas con Israel disparando varios misiles antitanque contra una base de las FDI y un vehículo militar cerca del Moshav Avivim en la frontera con Líbano. No hubo víctimas. Aunque este parece el final de esta ronda de violencia, el ejército israelí tendrá que mantener un alto nivel de alerta a lo largo de la frontera, al menos durante unos días, para asegurarse de que Hezbolá no esté preparando otra sorpresa.

Esta ronda comenzó con dos ataques en Siria y Líbano el 24 de agosto. En un principio, la Fuerza Aérea de Israel atacó una célula de la Guardia Revolucionaria de Irán al sur de Damasco, matando a dos operativos, ciudadanos libaneses que trabajaban con la Fuerza Quds y que, según las FDI planeaban infiltrarse en los Altos del Golán con drones. Unas horas más tarde, una instalación crítica para la fabricación de misiles de precisión de Hezbolá fue detonada en el vecindario Dahieh en Beirut.

Al cabo de unas horas, en la tarde del 25 de agosto, aviones de combate bombardearon vehículos de la milicia chiíta iraquí cerca de la frontera entre Irak y Siria. Israel se atribuyó la responsabilidad del ataque en Siria, mientras que Hezbolá y los medios árabes también le atribuyeron los otros dos ataques.

El secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, intervino en dos ocasiones después de los ataques. En el primer discurso, amenazó con una respuesta severa y sugirió a los soldados de las FDI en la frontera con Siria y Líbano actuar con cautela. En el segundo, pronunciado el sábado por la noche, fue más moderado. La respuesta llegará, advirtió pero insinuó que sería limitada. Eso fue lo que sucedió el domingo por la tarde. La respuesta fue acorde a las evaluaciones anteriores: un ataque con misiles Kornet a lo largo de la frontera libanesa, contra blancos militares, no civiles.

Al parecer, las FDI estaban debidamente preparadas para el ataque. Hace unos días, el ejército reforzó su presencia en el Comando del Norte, con unidades de artillería, fuerzas blindadas y aviones de combate. Al mismo tiempo, se restringió el movimiento de vehículos militares a lo largo de la frontera (para no proporcionar ningún blanco a Nasrallah) y se hicieron cambios en la preparación de los puestos fronterizos. Los misiles no causaron víctimas, a pesar de que uno de ellos apuntó a una ambulancia militar tripulada en movimiento, que no fue alcanzada.

Durante las dos horas posteriores al incidente, parecía que el ejército prefería mantener una ambigüedad sobre lo relacionado con los ataques. Hubo rumores de bajas israelíes, y los medios libaneses afirmaron que los soldados que viajaban en un vehículo militar habían muerto. Además,la Fuerza Aérea de Israel envió un helicóptero para evacuar a soldados de la zona fronteriza a pesar de que no se habían reportado víctimas.

El ministro Yoav Galant, miembro del gabinete de seguridad, fue el primero en disipar la ambigüedad cuando dijo a la Radio del Ejército que no habían bajas israelíes. Poco después, el primer ministro Benjamín Netanyahu pidió a sus ministros que no hablaran del incidente, pero más tarde, el portavoz de las FDI, general Ronen Manelis dejó en claro que no había víctimas.

El domingo por la noche parecía que ese sería el caso esta vez. A pesar de toda su retórica de combate, Nasrallah ya se había quemado lo suficiente en enfrentamientos anteriores con Israel. La disuasión mutua sigue siendo efectiva. Parece que el líder veterano tiene el control de las cosas y frenó a aquellos en el ala militar de Hezbolá que podrían haber tenido ideas más radicales. Pero si hay una respuesta adicional de Hezbolá, demostrará que Israel se apresuró demasiado al marcar su éxito.

En los últimos días, Nasrallah ha hecho un esfuerzo considerable para minimizar la importancia del ataque en Dahieh y, en su lugar, destacar la conexión de Hezbolá con el ataque israelí en Siria. Los dos libaneses muertos fueron declarados mártires por la organización terrorista. Pero en realidad, su conexión con Hezbolá fue, en el mejor de los casos, limitada. Oficiales de seguridad israelíes dudan de que Nasrallah hubiera tenido conocimiento del plan del comandante de la Fuerza Quds, Qassem Soleimani de atacar a Israel con drones.

Nasrallah tuvo que difuminar lo que sucedió en Dahieh porque la información proporcionada por Israel reveló detalles delicados y algo vergonzosos sobre el “proyecto de precisión” de Hezbolá. Cuando la organización contrabandea armas de precisión e intenta fabricarlas en suelo libanés, está exponiendo al país a la posibilidad de otra guerra que podría terminar con una destrucción sin precedentes.

Sin embargo, el proyecto de precisión está lejos de completarse. Israel ha declarado durante años que el suministro de armas de precisión a Hezbolá y el establecimiento de líneas de producción para tales armas en el Líbano son líneas rojas. La decisión de lanzar el ataque, según los informes, surgió de la preocupación de que la instalación pronto se trasladará a un escondite subterráneo. Pero aunque sea difícil para los iraníes y Hezbolá pasar de contrabando una instalación o componentes similares del proyecto en el futuro, se puede suponer que los esfuerzos continuarán.

En otras palabras, es muy probable que en el futuro los líderes israelíes a cargo de la toma de decisiones enfrenten el dilema de atacar en suelo libanés y arriesgarse a una guerra para evitar que el enemigo se fortalezca.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico

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