Enlace Judío México e Israel.- El Presidente Trump anunció el miércoles que Estados Unidos impondrá nuevas sanciones sobre Irán, y más tarde propuso una coalición internacional en las Naciones Unidas para dar forma a una respuesta. Es probable que ninguna de estas iniciativas disuada a Irán de más ataques, ya que sus líderes concluyen que Trump no tiene ningún deseo de una respuesta más dura.

EDITORIAL THE WALL STREET JOURNAL

El miércoles Arabia Saudita develó pruebas que, dijo, probaban que los ataques del fin de semana vinieron desde Irán. Esto se suma a afirmaciones públicas de EE.UU. hechas por el Secretario de Estado Mike Pompeo, y especulación más vacilante por parte de Trump. Los últimos informes dicen que los ataques pueden haber incluido misiles crucero disparados desde territorio iraní, lo cual significa que los mulás ya no sienten más la necesidad de ocultarse a través de milicias satélites.

Los ataques intensificados contra la producción petrolera y buques petroleros están claramente dirigidos a presionar a Trump para dar de baja su campaña de “presión máxima” contra Irán. En particular, Irán quiere que se levanten las sanciones sobre sus exportaciones petroleras, las que son su fuente principal de financiación. Los precios petroleros en aumento, que podrían provocar una recesión, podrían causar que los europeos ignoren las sanciones estadounidenses y compren petróleo iraní.

La buena noticia es que los mercados petroleros se han estabilizado esta semana, en parte gracias a los esfuerzos saudíes para lograr que la mayoría de su producción esté nuevamente en funcionamiento de manera rápida. La producción y exportaciones de petróleo shale de EE.UU. han ayudado a llenar la brecha dejada por las ventas iraníes perdidas, y la demanda petrolera en todo el mundo está en baja. Qué diferencia hace la revolución de la extracción de shale de Estados Unidos. Si esto fuera el 2008, el precio del petróleo podría estar saltando nuevamente por encima de u$s100 el barril.

Pero nadie debe esperar que Irán detenga sus provocaciones, especialmente cuando concluyes que hay poco costo al intensificarlas. La agresión del fin de semana llega después de que Trump canceló un ataque aéreo en junio para tomar represalias por el derribo de un dron de vigilancia estadounidense de u$s130 millones. El martes, el Senador Lindsey Graham dijo en Twitter que los ataques del fin de semana muestran que Irán ve la cancelación del ataque por parte de Trump como “una señal de debilidad.”

El Presidente contraatacó que fue una señal de fuerza que “alguna gente simplemente no entiende.” Pero los hechos están del lado de Graham. Trump ha dejado muy claro que está reticente a seguir la opción militar, y en el Medio Oriente los adversarios sólo respetan la fuerza. Estados Unidos y los saudíes han mostrado que no pueden proteger los campos petroleros, y el siguiente ataque puede golpear los Emiratos Árabes Unidos o Kuwait.

Mientras tanto, Trump dijo el miércoles que ha elegido a Robert O’Brien, ahora enviado especial presidencial para asuntos de rehenes en el Departamento de Estado, como su próximo asesor en seguridad nacional. O’Brien llega a la Casa Blanca con un buen historial en asegurar la liberación de los rehenes estadounidenses en el exterior. Él también ha escrito incisivamente sobre la debilidad de la política exterior de Barack Obama, prediciendo que el acuerdo nuclear del 2015 con Irán alentaría más aventurismo.

El desafío O’Brien será que Trump quiere ser su propio asesor en seguridad nacional, y el asesor más influyente del Presidente en política exterior puede ser el Senador Rand Paul, el republicano de Kentucky que se opone casi a cualquier uso de fuerza militar. Si el mensaje para Irán es que Trump ha sacado de la mesa la fuerza militar, el Medio Oriente se vuelve más peligroso y Trump puede ser respaldado al regresar al acuerdo nuclear de Obama.

Trump quiere reducir toda controversia extranjera a una negociación con algún jefe de Estado, y los actores malos del mundo están descifrando eso. Teherán tiene una política clara de convertirse en la potencia dominante en el Medio Oriente, y sus acciones—incluida la agresión para desestabilizar a sus vecinos árabes—apoyan esa política. Mejor que Trump se prepare para más problemas iraníes.

 

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México