Enlace Judío México e Israel – Queda por verse si Gantz y el Estado de Israel están preparados para ver a los ciudadanos árabes y sus representantes como socios legítimos que pueden ayudar a establecer la agenda nacional.

JACK KHOURY

La decisión de la Lista Conjunta de recomendar al líder de Kajol Laván, Benny Gantz, para primer ministro será constantemente examinada por el público árabe.

Gantz ya se ha unido a dos generales que lo precedieron. En 1992, los partidos árabes respaldaron al fallecido primer ministro Yitzhak Rabin, quien hizo grandes avances para promover el proceso político y los graves problemas civiles en la comunidad árabe de Israel. En 1999, el entonces primer ministro Ehud Barak, a diferencia de Rabin, no necesitaba la recomendación de los partidos árabes y obtuvo un apoyo abrumador del sector árabe en las elecciones directas para primer ministro en las que compitió contra Benjamín Netanyahu.

Pero el público árabe siempre recordará a Barak como el líder del gobierno durante los eventos de octubre de 2000, una semana de violentos enfrentamientos entre la Policía de Israel y los ciudadanos árabes del país, que dejaron 13 muertos, y llevaron al colapso del proceso político.

Es cierto que la recomendación de la alianza árabe es un movimiento preliminar y no determina si Gantz formará el gobierno, pero la expectativa de la Lista Conjunta y del sector árabe en general es que Gantz aprecie el gesto y los corresponda.

Con respecto a cómo la comunidad árabe realmente ve a Gantz, la respuesta no es inequívoca. Durante la campaña electoral de Kajol Laván, Gantz habló sobre formas de lidiar con los flagelos que afectan a la sociedad árabe, incluida la lucha contra la violencia desenfrenada y el tema de la planificación y la construcción, sabiendo que el proceso político no es una prioridad principal en la agenda del sector árabe.

Al mismo tiempo, Gantz ignoró por completo a la Lista Conjunta y buscó formar un gobierno de unidad con el Likud. Los miembros de la alianza árabe se dan cuenta que han adoptado una postura compleja. El presidente de la Lista Conjunta, Ayman Odeh, habló de una decisión histórica destinada a poner fin al gobierno de Netanyahu. Este objetivo justifica recomendar a Gantz para primer ministro, aunque finalmente se forme un gobierno de unidad. Odeh, junto con Mansour Abbas de la Lista Árabe Unida y Ahmad Tibi de Ta’al, intentan transmitir otro mensaje: los ciudadanos árabes de Israel quieren entrar al juego y la influencia política. El respaldo a Gantz es un paso en esa dirección.

A diferencia de Tibi y Abbas, Odeh apostó en su propio partido Hadash. Para él, esto demuestro su capacidad de liderazgo. Pero es probable que pague un precio elevado si al final Gantz toma medidas y decisiones contra el público árabe y palestino. Odeh, Tibi y Abbas señalaron que recomendar a Gantz no es la opción conveniente, sino más bien una continuación directa de su campaña electoral, que se centró en derribar a Netanyahu.

Balad estaba decidido a no recomendar a nadie, pero en la práctica el partido dejó en claro que, a pesar de su oposición a apoyar a Gantz como primer ministro, la recomendación no conduciría a la disolución de la alianza. Balad sabe muy bien que en las elecciones de abril estuvieron a punto de ser eliminados. No se cambia un caballo ganador (Sin embargo, esta mañana Balad retiró su apoyo a Gantz).

Mientras tanto, hasta que se aclaren las cosas, la Lista Conjunta ha logrado transmitir al público general israelí que desea influir en quién será el próximo primer ministro de Israel. La pregunta es si Gantz, Kajol Laván y el Estado de Israel están preparados para ver a los ciudadanos árabes y sus representantes como socios legítimos que pueden ayudar a establecer la agenda nacional, o los ignorarán, enviando un mensaje a todo el público árabe.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico

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