Enlace Judío México e Israel – Yisrael Katz instó a la comunidad internacional a reconocer a Jerusalén como capital de Israel y a que se detenga la ayuda a Gaza mientras Hamás no libere a los israelíes que mantiene en su poder.

En ausencia del primer ministro de Israel en la Asamblea General de la ONU, que se vio obligado a cancelar su participación ante los desarrollos políticos en el país luego de las recientes elecciones, Katz pronunció este jueves un discurso ante el pleno del organismo.

Al inicio de sus palabras, Katz, que destacó su origen como hijo de sobrevivientes del Holocausto, instó a la comunidad internacional a seguir los pasos del gobierno de Donald Trump en EE.UU. y reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. “Nadie puede separar al pueblo judío de su patria histórica. Y nadie puede separarnos de Jerusalén, nuestra capital eterna”, sentenció al respecto.

Afirmó que la mayor amenaza global y el mayor patrocinador del terrorismo es Irán, y acusó directamente a su líder supremo, Ali Jamenei, de orquestar el reciente ataque contra instalaciones petroleras en Arabia Saudita.

Hizo énfasis en un llamado a la comunidad internacional para que le ponga un freno a Teherán por sus acciones, y también pidió la ejecución de una máxima presión contra Irán a la línea de las políticas de Trump. “Debemos de detener a Irán hoy para evitar una guerra mañana”, señaló.

Pronunciando un refrán en farsi, Katz advirtió a Irán que “esto no se acaba, hasta que se acaba”.

Instó al organismo internacional a que declare a Hezbolá y a la Guardia Revolucionaria de Irán como grupos terroristas que operan en todo el mundo.

Al tocar el tema de Hamás, Katz exhortó a la ONU a que evite que la comunidad internacional ayude a Gaza hasta que el grupo terrorista que la gobierna no regrese a Israel los cuerpos de los soldados israelíes Hadar Goldin y Oron Shaul, y retorne con vida a los israelíes Avera Mengistu y Hisham Al-Sayed.

Katz también pidió a los palestinos que reanuden las negociaciones directas con Israel, pero se abstuvo de respaldar una solución de dos Estados al conflicto o incluso de plantear la posibilidad de un acuerdo de paz con Ramallah.

Manifestó la esperanza de la posibilidad de una posible paz entre Jerusalén y los países del golfo Pérsico, precisando el interés común entre ambos concerniente a Irán, y expuso detalles de los proyectos económicos planeados entre Israel y los países árabes.

El martes pasado, en su discurso ante el pleno, Trump también hizo un llamado a una normalización de relaciones diplomáticas entre Israel y sus vecinos árabes.

Katz trajo a colación la bronca que esta semana se generó entre el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.

Erdogan comparó a las acciones de Israel en Gaza con el Holocausto de los nazis contra los judíos, y ante la Asamblea General cuestionó las fronteras de Israel, además de condenar las intenciones de Netanyahu de extender la soberanía israelí en partes de Cisjordania.

Katz calificó a Erdogan como el último que podía darle clases de moral a Israel, ante sus acciones contra los kurdos y su cercanía a Hamás. “No eres el sultán y Turquía no es el Imperio Otomano. ¡Debería darte vergüenza!”, exclamó.

Al final de su discurso, Katz se colocó una Kipá y leyó el pasaje 56:7 del libro de Isaías, antes de desear un Shaná Tová a la Asamblea General de la ONU.

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