Enlace Judío México e Israel – El domingo 24 de noviembre, en el ya tradicional ciclo de conferencias que se ofrecen en Bet El, se llevó a cabo la ponencia de Marina Cemaj titulada “Conflicto Medio Oriente: Las historias que nos contaron”, en la que la conferencista ofreció una visión amplia sobre el odio, la comunicación y la posibilidad de la paz. 

 

Marina Cemaj abrió su conferencia con un repaso breve de la historia del conflicto israelí-palestino, desde los antecedentes del sionismo moderna hasta la propia independencia del Estado de Israel. Hizo énfasis en la guerra de 1948 y en cómo afectó la vida de la región, para después hablar sobre el lado palestino, esa parte de la historia que no siempre se cuenta en foros judíos.

“Ellos (los palestinos) la llaman ‘la catástrofe'”, dice Cemaj sobre esa misma guerra, vista desde el otro lado. “700 mil palestinos huyeron de su tierra. Las razones son varias: líderes árabes les dijeron que se salgan, otro huyeron por miedo, a otros, los israelíes los sacaron (…) casi toda la población se salió de la tierra en ese momento.”

Pidió a la audiencia que prestara atención a ese hecho: mientras para los israelíes 1948 es un año que “podemos celebrar”, para los palestinos representa una catástrofe y un motor de identidad.

Luego, Cemaj habló de la Guerra de los Seis Días, a consecuencia de la cual, Israel triplicó su territorio, “pero también se hizo responsable de toda la gente que vivía en ese territorio”, dijo. Luego abordó el tema de la Resolución 242 de la ONU, “que dice que Israel tiene que regresar ese territorio que ganó en la guerra”, además de ratificar el derecho de Israel a defenderse.

Más tarde, la joven ponente recordó el episodio de la Guerra de Yom Kipur y la posterior paz con Egipto, “tierra por paz”, dijo. En 1982, dijo Cemaj, Israel se involucró en una guerra diferente, contra el Líbano, no por supervivencia ni obligado por las circunstancias sino por voluntad propia, lo que generó muchas críticas y movimientos pacifistas que repudiaron la intervención.

“En 1988 empezó la Primera Intifada”, dijo, y explicó que dicha revuelta ha sido reconocida por los historiadores como menos violenta que la segunda. Las imágenes que la prensa esparció por el mundo mostraban a niños palestinos que lanzaban piedras a los tanques israelíes, lo que modificó la imagen interna que se tenía del ejército de Israel y fortaleció la visión actual del conflicto en el resto del mundo.

También hubo un viraje: el conflicto de Medio Oriente pasó de ser entre Israel y sus enemigos árabes a ser un conflicto palestino-israelí. Luego vinieron las cumbres de 1991 y 1993, en las que los líderes israelíes “se sentaron” a dialogar con los líderes árabes y palestinos, respectivamente.

Así surgió la Autoridad Palestina y la promesa de que, tras cinco años, se crearía el Estado Palestino. Se aplazó para después la negociación sobre temas muy complicados, como Jerusalén y el asunto de los refugiados, recordó la conferencista.

Los intentos de paz fracasaron en cascada y la Segunda Intifada dejó una huella muy dolorosa tanto para los israelíes, que perdieron a más de 1000 ciudadanos en ataques terroristas, como para los palestinos, devastados por el ejército de Israel.

“Dos millones de personas viven en Gaza, que es un territorio de alrededor de 2000 kilómetros”, y muy pocos cuentan con el permiso de Hamás y de Israel para entrar o salir de dicho territorio, dijo Cemaj, que a partir de ese momento dedicó su conferencia a hablar de la situación actual que se vive en la región. “Los que se han podido ir describen Gaza como una prisión al aire abierto.”

Escuelas, hospitales, casas, infraestructura destruida. Eso configura el paisaje de una tierra avasallada por conflictos internos y por las repetidas guerras contra Israel. La ponente dijo que los culpables son múltiples pero que, en última instancia, lo importante no es quién tiene la culpa sino el hecho de que Gaza enfrenta una crisis humanitaria terrible y que sus pobladores necesitan ayuda.

Las cosas en el West Bank son diferentes. Israel y la Autoridad Palestina ejercen una suerte de gobierno conjunto sobre la población, mayoritariamente palestina en casi todas las principales ciudades pero mixta en la zona de los asentamientos, donde “los palestinos no tienen los mismos derechos.”

El muro, otro de los temas centrales del conflicto, fue una consecuencia de la Segunda Intifada y ha sido muy eficaz para disminuir los ataques terroristas dentro de Israel. Sin embargo, alerta Cemaj, no fue construido respetando el territorio que estrictamente le correspondía a Israel sino que abarca zonas palestinas y divide barrios y familias de ese origen.

También habló sobre el discurso de anexión de los territorios del West Bank y se dijo preocupada ante esta posibilidad, cuyas consecuencias podrían ser contraproducentes para Israel. Recordó que, de acuerdo con la Convención de Ginebra, un país que conquista territorios en guerra no puede ocuparlos con su población civil, de forma que la ocupación de territorios en esa área contraviene el derecho internacional.

Si Israel se anexa parcial o totalmente el territorio del West Bank, dijo Cemaj, las consecuencias internacionales pueden ser graves, y puso el ejemplo de Rusia, que anexo el territorio de Crimea, por lo cual fue excluida del G-8. Si Israel hiciera lo mismo, Rusia podría reclamar como su derecho esa anexión ilegal que le ha valido el repudio internacional.

Para concluir su plática, Cemaj hizo un repaso de la situación política que vive actualmente Israel, con dos candidatos fuertes que han sido incapaces de formar un gobierno, y con la posibilidad de enfrentar un tercer proceso electoral en menos de un año.

Al finalizar, Cemaj habló brevemente con Enlace Judío sobre el contenido de su conferencia. Puedes ver esa entrevista a continuación:

 

 

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