Enlace Judío México e Israel.- La patraña antigua de la ‘doble lealtad’ tiene también circulación en países europeos occidentales como España y Bélgica.

WILLIAM A. GALSTON

Durante la década pasada, mientras las luchas internas han preocupado a EE.UU, el resto del mundo no ha estado quieto. China ha ascendido, como lo ha hecho el nacionalismo populista—y así también, resulta, lo ha hecho el antisemitismo.

El último sondeo global conducido por la Liga Anti-Difamación (ADL) encuentra que las actitudes antisemitas han aumentado significativamente desde el 2015 en Europa Central y Oriental, las que antes del Holocausto fueron hogar de la mayoría de la judería europea.

Según el índice de 11 preguntas de la ADL, en uso por más de 50 años, la parte de la población adulta que expresa un nivel alto de visiones antisemitas subió del 37% al 48% en Polonia, 32% al 46% en Ucrania y 23% al 31% en Rusia. Hungría mostró un incremento más modesto de 2 puntos, pero desde una base elevada de 40% en el 2015.

En estos cuatro países, prevalecieron los estereotipos clásicos. Indagados acerca de si “los judíos tienen demasiado poder en el mundo empresarial,” un 72% de ucranianos concordó, como hizo el 71% de los húngaros, 56% de los polacos y 50% de los rusos. El 68% de los ucranianos, 67% de los húngaros, 56% de los polacos y 40% de rusos concordaron en que “los judíos tienen demasiado poder en los mercados financieros internacionales.” El 56% de ucranianos, 51% de húngaros y 40% de polacos cree que “los judíos tienen demasiado control sobre los asuntos globales.” (Los rusos siguieron en el 29%, tal vez porque ellos creen—correctamente—que Vladimir Putin es más poderoso que una conspiración judía mítica.)

Los ciudadanos de estos cuatro países también resienten que se les recuerde el Holocausto. Sondeados sobre si “los judíos todavía hablan mucho sobre lo que les sucedió” en el genocidio, 74% de los polacos respondió afirmativamente, como hicieron 59% de húngaros, 50% de los rusos y 44% de los ucranianos.

Esta visión es generalizada en Europa Occidental también. El 52% de los austríacos ven la discusión del Holocausto como excesiva, como la ven el 42% de los alemanes, el 40% de los belgas, el 38% de los italianos y el 37% de los españoles.

La demografía hace una diferencia. En una extensión destacable, el antisemitismo es ahora (y quizás siempre ha sido) un fenómeno predominantemente masculino. En los 14 países europeos que estudió ADL, los hombres tenían más probabilidad que las mujeres de expresar altos niveles de sentimientos antijudíos, a menudo por grandes márgenes—22 porcentuales en Polonia, 15 en Hungría y 11 en Ucrania. En la mayoría de estos países, además, los ciudadanos más ancianos tienen más probabilidad que los más jóvenes de expresar estos sentimientos. Una excepción significativa es Hungría, donde los de 50 años y más grandes eran significativamente menos probable que expresen prejuicio.

La creación del Estado de Israel ha provisto un nuevo punto focal para la acusación antigua de deslealtad judía. A lo largo de los países europeos sondeados, partes destacablemente elevadas de la población concuerdan en que “los judíos son más leales a Israel que a los países en que viven.” Incluso en Suecia, la cual la ADL encuentra que es uno de los países menos antisemitas en el mundo, el 25% de los ciudadanos abraza esta visión.

La ADL no volvió a sondear a EE.UU en el 2019, pero en el 2015 éste clasificó bajo en el espectro global, con apenas el 10% de los adultos expresando un alto nivel de antisemitismo. Aun así, el 33% total de los estadounidenses pensó que los judíos eran más leales a Israel que a EE.UU, una cifra acerca de la que todos los estadounidenses— judíos tanto como no judíos—deberían reflexionar. Es improbable que esta cifra haya caído durante los últimos cuatro años, un período en el que los incidentes antisemitas han aumentado abruptamente.

La acusación de deslealtad es un hecho penetrante de la vida judía contemporánea. A nivel global, el 38% de los sondeados por el estudio de la ADL concordaron en que los judíos eran más leales a Israel que a los países en los cuales vivían, generalmente como ciudadanos. En la mayoría de las respuestas para todos los 102 países que ha encuestado la ADL, la mayoría de la población en exactamente la mitad—51 países—pensaba que la primera lealtad de los judíos era hacia el Estado judío. No es evidente lo que se puede hacer acerca de esto.

La mayoría de los eruditos creen que el antisemitismo refleja una antipatía profundamente arraigada hacia los judíos y el judaísmo como tal, más que una crítica de la conducta judía. No obstante, el 45% de los polacos y el 42% de los ucranianos creen que “la gente odia a los judíos debido a la forma en que se comportan los judíos,” una visión repetida por el 32% de los austríacos y el 31% de los alemanes.

El resurgimiento del antisemitismo sugiere que las batallas antiguas deben ser luchadas nuevamente, con todo el vigor que pueden comandar los defensores de la democracia liberal, si vamos a evitar regresar a épocas oscuras.

 

 

 

Fuente: The Wall Street Journal

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México