Enlace Judío México e Israel.- La organización pro derechos humanos, Amnistía Internacional, con sede en Londres, ha señalado que las protestas de la población en Irán entre el 15 de noviembre pasado y hasta el inicio de diciembre han dejado más de 200 muertos en virtud de la violenta represión ejercida por el régimen de los ayatolas; otras fuentes “creíbles” consideran que el número de víctimas es más elevado, especialmente en la ciudad de Shabrian, provincia de Teherán; resulta inaudito el desprecio de las autoridades iraníes por la vida humana, las fuerzas de seguridad dispararon contra civiles desarmados, la masacre, como en el pasado reciente, fue sanguinaria. Las protestas sacudieron a más de 120 ciudades.

LEÓN OPALÍN

Las manifestaciones comenzaron tras la decisión gubernamental de subir el precio de la gasolina, entre 50.0% y 300.0%, en virtud de que las finanzas gubernamentales se han visto afectadas seriamente por la reimposición de sanciones económicas de EUA, y el bloqueo de este último a la exportación de petróleo iraní, la principal fuente de divisas del país.

Las protestas tuvieron como trasfondo la carestía, el creciente desempleo y la corrupción que han deteriorado el precario nivel de vida de la mayoría de los iraníes; de aquí que la población desconfíe cada vez más de las instituciones públicas.

En este contexto, el presidente del Parlamento iraní acusó a EUA, Israel, Arabia Saudita y a grupos opositores en el exilio, de haber provocado deliberadamente los disturbios. Por su parte, el Secretario de Estado de EUA, Mike Pompeo, ha señalado que el rechazo al autoritarismo de los regímenes clericales ha sido el factor que ha provocado las protestas populares, no solo en Irán, también en Irak y Líbano. Pompeo ha indicado que la reciente renuncia del primer ministro iraquí, Adel Abdel-Mahadi, fue debido “a que la gente exigía libertad y las fuerzas de seguridad habían matado a docenas de personas”.

En Irán, durante los últimos 6 meses, el tipo de cambio se ha triplicado, afectando el desempeño de la actividad económica en su conjunto, empero, especialmente a los sectores que dependen de materias primas importadas. Las autoridades no reconocen el acelerado incremento de la inflación, más de 50.0% a tasa anual. El frustrado plan del Ejecutivo de asignar divisas a la importación al tipo de cambio oficial solo ha provocado la ampliación del mercado negro y la corrupción, lo que ha tenido un impacto negativo en la imagen pública de las autoridades, y en general, del sistema islámico.

“Las mafias del poder disfrutan del monopolio en el sistema económico iraní y controlan la toma de decisiones”. En este sentido, ha aumentado el acaparamiento de bienes por parte de los productores a fin de venderlos a precios más elevados. Grupos de poder saquean los recursos naturales y las reservas internacionales; se estima que sacaron del país más de 20,000 millones de dólares en el primer trimestre de este año.

La crisis económica está calando fuerte en el empleo, se estima que en el próximo semestre más de un millón de personas podrían perder su trabajo”. En este ámbito, se ha incrementado la emigración de profesionistas y estudiantes de Irán que tratan de obtener su admisión en universidades del extranjero con la intención de encontrar un trabajo y quedarse en otro país tras terminar sus estudios.

Varios grupos de la población, conservadores o reformistas debieran reconocer a Israel, amigo de Irán en tiempo del Shah, como un factor clave para que pueda recuperar un lugar preponderante en el Medio Oriente y en el mundo. Mientras los más radicales contemplan una guerra contra Israel como salida a la crisis que vive Irán, los más progresistas piensan que Teherán debe dejar de inmiscuirse en los asuntos regionales, que tienen un elevado costo económico, y reconocer la realidad de que Israel “no se va a mover de donde está; “los iraníes deben pensar más en sus problemas internos y gastar menos en los de sus vecinos”. Ante el status quo, el nivel de frustración de la población ha llegado a un máximo y puede desembocar en una explosión social o que países vecinos intenten capitalizar a su favor esa frustración.

Es evidente que las sanciones de EUA a Irán están ejerciendo una considerable presión sobre los mulás (persona versada en el Corán) y su capacidad para financiar el terrorismo, hace dos años Irán exportaba más de dos millones de barriles de crudo diario, en el presente exporta menos de 200 mil; “Irán tiene grandes dificultades para financiar su aventurismo militar en la región y a un importante número de milicias y organizaciones terroristas”.

A pesar de que el Líder Supremo iraní, ayatolá Ali Jameni, “presuma de que su país es autosuficiente”, varios altos cargos han admitido que la situación económica es muy grave; Irán está viviendo uno de los años más difíciles desde la Revolución Islámica de 1979”. El Fondo Monetario Internacional, en su proyección más reciente, ajustó su provisión de crecimiento para Irán a -9.5% en el 2019, frente a la estimación previa de -6.0%, está claro que, si Teherán logra desarrollar con éxito su capacidad para fabricar armas nucleares, “acabará utilizándola para chantajearles con ellas”.

Si el presidente Donald Trump logra superar el proceso de destitución o revocación de su mandato al que posiblemente sea sujeto el próximo año y además gana la elección presidencial de EUA en noviembre del 2020, los atayatolas tendrán que atenuar o renunciar a sus políticas terroristas.

 

 

 

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