Enlace Judío México e Israel – El domingo 29 de diciembre se encendió la última vela de Januká con un emotivo concierto en la Sinagoga Histórica Justo Sierra, a cargo de Jedidiah Thomas y el grupo Sol de Enverano.

Como cierre de actividades de la Sinagoga Histórica Justo Sierra, y del grupo Sol de Enverano —especializado en música balcánica y oriental—, se llevó a cabo un emotivo evento que incluyó música, juegos (de sevivón, por supuesto), charlas y el encendido de velas de Januká.

La cita fue a las 18:00 horas en este recinto que, originalmente, fue la primera sinagoga Ashkenazí de México, abierta al público en 1941 y hecha como réplica de una sinagoga lituana, pero que se ha convertido en un importante museo que difunde la cultura judía a todo el público.

La directora de la Sinagoga Histórica, Mónica Unikel, no pudo estar presente debido a su participación como ponente en Limud, en Birmingham, Inglaterra. Quedó a cargo Vania Martínez y el entusiasta staff de la Sinagoga Histórica.

La producción y organización fueron de la maravillosa Maty Braverman, siendo Irving Gatell el director musical. La participación musical fue de Jedidiah Thomas como solista, y del grupo Sol de Enverano.

Este conjunto multi-instrumental se ha especializado en música balcánica y oriental, y tienen un estilo muy particular en sus interpretaciones, todas ellas de altísima calidad y que siempre dejan encantado al público.

Uno de sus repertorios favoritos es el de música sefardí en ladino, aunque en esta ocasión nos sorprendieron con una canción en inglés (“My Dreydl”, obligada para Januká), y otra del repertorio sefardí marroquí, cantada en jaketiya (“Mi ze yemalel”).

Estas fueron las canciones con las que abrieron su participación después de que Irving Gatell diera una breve introducción respecto a lo que es Januká, y al éxodo sefardí de 1492, para entender la diferencia entre el ladino y la jaketiya.

Luego vino el bloque de canciones en ladino: “La fiesta de Januká”, “Ocho días de felicidad”, “Canción para Januká”, “Ocho kandelikas”, y “Azeremos una merenda”. A muchos les tomó por sorpresa que este repertorio se tocara con una combinación de instrumentos más bien parecida a la de la música klezmer (acordeón, guitarra, contrabajo y percusiones, con ocasionales intervenciones de saxofón y flautas), pero es que esa es una de las cosas más interesantes que hace el grupo Sol de Enverano: interpretar la música sefardí en el estilo balcánico, tal y como se tocaba en ciudades como Sarajevo.

El recital concluyó con una canción en hebreo (Sevivón), antes de la cual, Irving Gatell explicó la historia de la perinola, juguete tradicional judío vinculado con la festividad de Januká.

Después de esta última canción se procedió al encendido de velas, hermoso momento en que frente a la Janukía se colocaron las aproximadamente 260 personas que abarrotaron el lugar. El momento concluyó, cual debe ser, con Jedidiah Thomas, Irving Gatell y el grupo Sol de Enverano interpretando “Maoz Tzur”. Finalmente, el público pidió un encore, y los músicos obsequiaron una singular interpretación de la canción romántica israelí “Erev Shel Shoshanim”, traducida al ladino.

Terminado el concierto, se organizaron grupos de personas para jugar al sevivón. De ese modo los asistentes tuvieron la maravillosa experiencia de vivir desde adentro las tradiciones milenarias del pueblo de Israel.

 

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