Enlace Judío México e Israel-La triste melodía “El Male Rajamim”, (Dios lleno de compasión), en voz de Ari Litvak y del coro Shirati, sonó estremecedora entre las paredes de la comunidad Bet El, para recordar a “todas las almas de nuestros hermanos santos y puros, cuya sangre fue derramada por los asesinos en Auschwitz, Belzec, Bergen Belsen, Dachau, Majdanek, Sobibor, Treblinka y otros campos de exterminio en Europa; quienes fueron asesinados, estrangulados, quemados y enterrados vivos para la santificación de Tu Nombre”.

En este evento, realizado en colaboración entre la Kehilá Askenazí y Bet El, se proyectó el mensaje del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.

El salón estaba enmarcado por una exposición alusiva al tema, enviada por Yad Vashem.

Tras la bienvenida en palabras de Eli Arbitman, iniciaron las ponencias de Jaime Laventman, médico y escritor, quien abordó la indiferencia del mundo ante el asesinato en masa de los judíos; y de Miriam Grynberg, psicoanalista, que disertó sobre la “conspiración del silencio”, pues nadie quiso, en un inicio, escuchar a los sobrevivientes, debido a los traumas heredados de la II Guerra Mundial.

Grynberg basó su presentación audiovisual en el libro “La Segunda Generación; lo que no le dije a mi padre” de Michel Kafka.

Se escuchó, en voz de Silvia Bialik, el poema ” Auschwitz” de León Felipe.

Aquí, Laventman relata lo sucedido con una de sus pacientes, la sobreviviente  que no podía abrir la boca:

 

Allí mismo, entrevistamos a Raquel Schlosser, hija de sobreviviente: