Enlace Judío México e Israel- “Holanta es el nombre con el que mis niños me conocían. Mi nombre es Irena Sendler, Irena Sendlerova. Un nombre común, una mujer común y corriente, que tenía una vida como cualquiera y trabajaba como los demás- cuando inició la Segunda Guerra Mundial”.

Así inicia la obra en la que Fanny Sarfati da vida a Irene Sendler, Justa Entre las Naciones, una valiente mujer cuyo coraje y conciencia salvaron de una muerte segura a 2,500 niños del ghetto de Varsovia, que extraía en cajas de verdura, en montos de cascajo, en ataúdes.

Sarfati dio muestra de su excepcional talento al sacarle lágrimas a la audiencia reunida en la tarde del 27 de enero, Día Internacional de Recuerdo a las Víctimas del Holocausto, en el auditorio del Museo Memoria y Tolerancia.

Este monólogo de Sarfati, escrito por Tomás Urtusástegui y dirigido por Carlos Rangel, es una apuesta al talento del director y de la actriz, debido a la utilería minimalista y al hecho de que su puesta en escena se logró en tres meses, a marchas forzadas; la meta era estrenar la obra en esta fecha tan significativa.

Requirió de una investigación exhaustiva del personaje. Hasta el año 2000, cuando la investigación de unos alumnos norteamericanos la encontró en su natal Polonia, el mundo creía que Irena Sendler había muerto.

Uno de los detalles que impactó a la actriz que la representa, es la tragedia “de esta mujer que salva a miles de niños y que pierde a dos de sus tres hijos” comenta Sarfati.

“El Ángel de Varsovia” reseña los momentos clave la vida de esta heroína de la Segunda Guerra Mundial, que guardaba nombres originales de los niños judíos, así como nombres dados por quienes los adoptaron en frascos que enterraba en el jardín vecino.

Al ser arrestada por la Gestapo, Sendler fue torturada. Aún con brazos y piernas quebrados, no develó la identidad de los niños que salvó.

Fue liberada por la Zegota, también llamada “Consejo de Ayuda a los Judíos”, una sociedad secreta creada por la resistencia polaca, que sobornó a uno de los guardias.

En un episodio impactante de la obra, que puede apreciarse en nuestro video, una madre entrega a su hijo a Sendler, pidiéndole lo cuiden y lo amen, a sabiendas que nadie puede sustituir a una madre y que quizás nunca más lo volvería a ver.