Enlace Judío México e Israel – Funcionarios públicos, miembros de la diplomacia, representantes de la ONU, líderes comunitarios, activistas y un sinfín de actores de la vida pública de México se reunieron el pasado lunes 27 de enero, en el Museo Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México, a conmemorar a las víctimas del Holocausto en el aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz. 

Milly Cohen, presidenta del Museo Memoria y Tolerancia, dirigió el más largo y emotivo de los discursos que este día resonaron en las instalaciones de dicha institución, como parte de la ceremonia que cada año se realiza el 27 de enero, día que la ONU dispuso para conmemorar a las víctimas del horror nazi.

“Durante la creación del museo (Memoria y Tolerancia) visité Auschwitz, leí libros, escuché testimonios y vi terribles imágenes. Pero apenas hace una semana llegó a mis manos algo que nunca había leído: una recopilación de cartas escritas en los meses posteriores a la liberación, por sobrevivientes aún turbados por el horror vivido en los campos”, narró Cohen, quien después leyó un fragmento de una de esas cartas:

Queridos amigos: sabíamos que el mundo es malo con nosotros pero aún así confiábamos, en lo profundo de nuestro corazón, que si permanecíamos con vida hallaríamos un mundo que nos recibiría amablemente, que se arrepentiría de sus acciones. En realidad, el mundo está peor que antes de la guerra. Por lo visto, la humanidad ve en nosotros, las víctimas de sus acciones y, al verlas reflejadas en nosotros, se asustan de sí mismos y nos odian o se odian aún más. Pero nosotros tenemos una gran verdad en nuestros corazones: la verdad de nuestra inocencia, de nuestra rectitud, y eso nos da la fuerza para seguir adelante.

“Parecía que la pesadilla de las víctimas de los campos de concentración se hubiera hecho realidad: el mundo no quería saber, no se atrevía a imaginar. O, en otras palabras, deseaba desviar su mirada y tapar sus oídos al episodio más infame y vergonzoso de la historia”, dijo Cohen.

Un episodio “en donde se demostró la capacidad destructiva del hombre. Un mundo en el que todos se sabían responsables en una medida u otra, porque la historia y los Justos entre las Naciones demuestran que la conciencia es libre a pesar de la opresión, y la mudez de quienes pudieron hablar y no lo hicieron permitió el asesinato de millones de seres humanos.”

La vicepresidenta de Memoria y Tolerancia dijo que “hoy, que por fin el mundo escuchó y existen museos, memoriales y conmemoraciones como esta, la lucha es contra el olvido. Porque no hay que olvidar que lo inconcebible fue concebido, lo inimaginable fue imaginado, lo impensable fue pensado por mentes cultas, lo imposible fue posible por la colaboración de millones de personas. Pero lo incomprensible sigue siendo incomprensible.”

Dijo que es necesario seguir aprendiendo del Holocausto porque las masacres y los genocidios siguen ocurriendo hoy en día.

“El Holocausto y sus herramientas educativas no solo son relevantes cuando hay actos de antisemitismo, son relevantes siempre. Hoy más que nunca, con el resurgimiento de la violencia en contra del diferente, del extranjero, del blanco, del negro, del migrante, el rico o el pobre: desgraciadamente, la cara del odio es infinita.”

Múltiples funcionarios y representantes acudieron a la ceremonia, en la que un discurso predominó: el alarmante aumento del antisemitismo y otras formas de discursos y conductas de odio en el mundo.

Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, en un mensaje transmitido por video, dijo:

“En este día, nos reunimos para recordar uno de los crímenes más infames de nuestros tiempos: el asesinato sistemático de 6 millones de hombres, mujeres y niños judíos, y de muchos otros millones de personas por los nazis y sus cómplices en el Holocausto.”

Recordó que fue la revelación de los horrores de Auschwitz la que propició el surgimiento de la propia ONU, con la misión de que eventos así no se repitieran jamás. Por desgracia, dijo, el antisemitismo y otras formas de odio están volviendo a ser parte del mundo en que vivimos.

Frédéric Vacheron Oriol, representante de la Oficina de la UNESCO en México, alimentó con datos el pesimismo reinante:

“La encuesta de la Liga Antidifamación en 2014 registró que más de 1000 millones de personas en el mundo albergan actitudes antisemitas. Según datos del Ministerio del Interior de Francia y un estudio de la Universidad de Tel Aviv, los cuales revelan un aumento en los reportes de violencia antisemita por arriba de 70% en Francia —cuna de los Derechos Humanos— y Alemania entre 2017 y 2018.”

Mientras que Marco Hernández Legaspi, director general de Vinculación Interinstitucional de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, quien asistió en representación de la señora Rosario Piedra Ibarra, titular de la dependencia, citó a José Zamora, en coincidencia con los otros participantes: ‘las condiciones que hicieron posible su existencia no han desaparecido definitivamente, nuestro mundo no es completamente diferente a aquel en el que ocurrió Auschwitz.”

El enviado de la CNDH dijo que esta  “no es una fecha más en un calendario de eventos relevantes a celebrarse en el año, sino que su importancia radica en la constante reflexión que debemos tener sobre la barbarie como expresión del agotamiento de la modernidad y la cosificación como característica última e irracional de la sociedad tecnificada de masas. Así mismo, del avance del totalitarismo, que encuentran en el racismo, la discriminación, la desigualdad y el fanatismo, campo fértil para su aparición.”

Giancarlo Summa, director del Centro de Información de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en México, opinó que “nuestra solidaridad común frente al odio es necesaria hoy, más que nunca, ya que estamos, desafortunadamente, viendo un resurgimiento preocupante del discurso del odio en todo el mundo. Los neonazis y los supremacistas blancos están surgiendo, organizándose y difundiendo su venenosa ideología en las redes sociales (…), políticos sin escrúpulos están apoyando estos movimientos.”

El funcionario advirtió que “hay un resurgimiento del antisemitismo en el mundo. Un resurgimiento que no puede verse aisladamente de un aumento extremadamente preocupante de la xenofobia, la homofobia, la discriminación y el odio en muchas partes del mundo.”

Tania Ramírez Hernández, directora general adjunta de Vinculación, Cultura y Educación del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, coincidió en la tónica general de los discursos, al recordar que “cuando los fascismos perdieron la guerra, en 1945, se pensó que con ellos se acabarían las posiciones políticas basadas en el odio y la intolerancia. Sin embargo (…), hoy vemos con preocupación que han regresado y con fuerza discursos y agendas políticas que atacan abiertamente a ciertos grupos de población y que buscan restringir sus derechos o libertades.”

Lamentó que dichos discursos hayan servido para que algunas personas o grupos lleguen o se mantengan en el poder. Dijo que el desprecio con que muchos hablan de las caravanas de migrantes que llegan a México es un ejemplo de cómo comienzan los discursos del odio.

“Los prejuicios no son inofensivos y las prácticas discriminadoras que generan no son irrelevantes”, dijo antes de referirse al antisemitismo que, dijo,  “reúne tres de las características más nocivas en términos de discriminación y es por eso que su abordaje es importante (…) el abordaje del antisemitismo es un bien social.”

La xenofobia, el racismo y la intolerancia religiosa, dijo, son esas tres características implícitas en el odio al pueblo judío.

El nuevo presidente del Comité Central de la Comunidad Judía de México, Marcos Shabot Zonana, dirigió un discurso igual de enérgico y, como sus predecesores, coincidió en que el antisemitismo es una realidad que no solo se mantiene sino crece en el mundo contemporáneo.

“A pesar de lo dramático e impactante que fue este genocidio, hoy vuelven a surgir voces que niegan la existencia de este hecho. En el mundo, líderes de países autoritarios y pseudointelectuales revisionistas de la historia tratan de negar esta verdad. Y yo me pregunto cómo es posible que quieran negar un hecho histórico documentado por miles y miles de documentos, muchos de ellos, de los perpetradores nazis mismos, que dentro de su sistema metódico, guardaron y documentaron en archivos, fotografías e incluso películas todas estas matanzas. Apenas han pasado 75 años de estos hechos y volvemos a ver con tristeza que no se ha aprendido  la lección de la historia.”

Al final de los discursos, que incluyeron a representantes de la CONAPRED y de Yad Vashem México, además del embajador de Israel en este país, el señor Zvi Tal, panelistas y público se pusieron de pie para guardar un minuto de silencio en memoria de las víctimas del mayor genocidio de la historia de la humanidad. Un silencio que decía: ¡nunca jamás!

 

 

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