Enlace Judío México e Israel –  El resultado final de la tercera ronda de elecciones en Israel dio como ganador al partido Likud de Binyamin Netanyahu, pero no a la coalición de derecha que le hubiese permitido formar gobierno con 61 parlamentarios.

EZRA SHABOT PARA ENLACE JUDÍO

Al haber conseguido obtener el Likud, más los partidos ultraortodoxos, más la derecha radical de Yamina, un total de 58 de 120 bancas, la única alternativa para formar gobierno era convencer de cualquier manera a tres diputados de Kajol Lavan, el partido de Gantz, o de Avoda-Guesher-Meretz, de desertar hacia su bando para obtener la mayoría deseada.

El gran temor de cualquier miembro del bloque de centro-izquierda de abandonar a Gantz y unirse a Netanyahu radica en la situación legal del primer ministro en funciones, quien ya ha solicitado formalmente la posposición del inicio del juicio en su contra por los cargos de abuso de confianza, corrupción y fraude, de los cuales difícilmente puede salir ileso. Por ello su apuesta es a convertirse en primer ministro antes de que dicho juicio inicie, y con ello cubrirse con la inmunidad que el cargo le otorga.

Para Gantz, la salida es también compleja básicamente porque requiere de los votos de la Lista Unida árabe en la cual militan muchos radicales islámicos y su definición es básicamente antisionista. A pesar de contar ya con el apoyo de Liberman y la izquierda laborista, esto no le da más que 47 bancas por lo que el apoyo de los partidos árabes es indispensable para formar y mantener el gobierno.

Nadie quiere una cuarta ronda electoral, y la única posibilidad del Likud y Kajol Lavan de Gantz para que lleguen a un acuerdo que les permitiría gobernar en conjunto, es la salida de Netanyahu de la ecuación. De eso se trata todo, y esto se definirá en un futuro inmediato.

 


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