Enlace Judío México e Israel – El servicio de emergencia Maguén David Adom de Israel recogerá el plasma sanguíneo de pacientes con coronavirus que se han recuperado, para utilizar sus anticuerpos en el tratamiento de enfermos con síntomas graves.

IDO EFRATI

Los tratamientos con plasma se utilizan comúnmente para tratar otras enfermedades infecciosas como la poliomelitis, el sarampión y la gripe, pero aún no se ha demostrado su eficacia contra el COVID-19.

El médico militar Shangen Zheng, informó recientemente que ha tratado a 10 pacientes en la provincia de Hubei con plasma, y se están evaluando los datos de otros pacientes. Esta semana, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el uso experimental del plasma de pacientes recuperados para tratar a personas en estado crítico. El tratamiento ya se está utilizando en Nueva York, el epicentro del COVID-19 en Estados Unidos.

El Ministerio de Salud de Israel anunció hoy que 134 personas se han recuperado de la enfermedad. A medida que aumente el número de los pacientes recuperados, habrá una base para ampliar el uso del tratamiento de anticuerpos.

El uso de anticuerpos es un tratamiento pasivo, en el que los pacientes reciben una infusión de anticuerpos para ayudarles a hacer frente a enfermedades causadas por virus o bacterias. Esto contrasta con una vacuna, mediante la cual el sistema inmunológico del paciente produce sus propios anticuerpos, un proceso que ocurre durante varias semanas.

El plasma con anticuerpos se utilizó para tratar a pacientes durante el brote de SARS en 2002, y MERS 10 años después.

“Los pacientes que se han recuperado del COVID-19 serán invitados a donar plasma a través de un método especial llamado féresis, en el que recogemos sólo el plasma del donante y le devolvemos los demás componentes de la sangre. Nuestro objetivo es tomar tres unidades (de 500 a 600 mililitros) de plasma de cada persona que se ha recuperado”, indicó la profesora Eilat Shinar, subdirectora de servicios de sangre de Maguén David Adom.

“Algunas unidades del plasma se utilizarán para el tratamiento intravenoso y el resto se congelará de inmediato, a fin de acumular suficiente plasma para preparar concentrado de inmunoglobulina [anticuerpos] con el que posteriormente se tratará a otros pacientes”, explicó.

“Se requieren dos pruebas para determinar la eficacia del plasma y los anticuerpos. La primera se realiza para comprobar la cantidad de anticuerpos. Una cantidad baja no logra el efecto, añadió Sinar. “La segunda examina cómo los anticuerpos del donante combaten el virus”.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico