RABINO YOSEF BITTÓN

DESOBEDIENCIA DEBIDA

Los sabios se preguntaron: ¿cómo nos fue posible abandonar Egipto? La respuesta parece ser muy simple: gracias a la intervención milagrosa de HaShem, nuestro Dios y, por supuesto, Moshé y, en cierta medida, Aharón, su hermano.

Pero para nuestra sorpresa (o no), los sabios del Midrash formularon una respuesta diferente: בזכות נשים צדקניות נגאלו ישראל ממצרים, «Fue por el mérito de las mujeres virtuosas que el pueblo judío fue liberado de Egipto». Para comprender la lógica absoluta, y la belleza, de esta afirmación, debemos abrir la Torá y leer Shemot (Éxodo) de 1:15 a 2:10 .

En este texto leemos la orden del Faraón a las parteras de matar a los bebés judíos. Estas dos mujeres, Shifra y Puah (suponiendo que no eran judías), representan el primer ejemplo registrado en la Biblia, y creo que en la historia de la humanidad, de desobediencia civil.

La Torá declara claramente que fue gracias al coraje de estas mujeres que los judíos se mantuvieron fuertes y pudieron multiplicarse, en contra del plan de Faraón.

LA MADRE, LA HIJA Y LA MADRE ADOPTIVA

La Torá también nos cuenta sobre otras tres mujeres de gran coraje y valor. La madre de Moshé, Yojebed, que decidió tener un hijo a pesar del decreto del faraón de asesinar a todos los niños judíos recién nacidos.

Luego, cuando ya no era posible ocultar a su hijo, Yojebed colocó a su pequeño bebé en una canasta. Y esa canasta fue encontrada por la propia hija de Faraón, quien en un segundo y muy valiente acto de desobediencia civil contra su propio padre, rescató al bebé judío y lo adoptó como su propio hijo.

La Torá también menciona a otra mujer, Miryam, la hermana de Moshé, que observando la canasta que llevaba a su hermano pequeño a través del Nilo se acercó a la hija del Faraón para sugerirle que contratara a una mujer hebrea, la madre de Moshé, para alimentar a su hijo adoptivo.

Y como Moshé fue amamantado y criado por su propia madre durante los primeros años de su vida, supo de su identidad judía. Cada una de estas tres valientes mujeres desempeñó un papel crítico y fundamental, directa o indirectamente, en la liberación del pueblo judío de Egipto.

LA GRAN PREGUNTA

También hay un hermoso Midrash que pregunta: ¿cómo se les ocurrió a los hijos de Israel rezar por su liberación? En otras palabras: ¿cómo se dieron cuenta de que eran esclavos? La pregunta parece absurda.

A menos que recordemos la cueva de Platón. Si una persona nació, creció y vivió toda su vida en las profundidades de una cueva oscura, no sabrá lo que es la «luz». Pero tampoco sabrá lo que es la oscuridad. El reconocimiento de la oscuridad solo es posible cuando uno conoce la luz.

Sin conocer la luz, la oscuridad se convierte en la condición natural de la existencia. Los esclavos judíos nacieron, se criaron y vivieron durante varias generaciones en la esclavitud (140 años, según Maimónides). ¿Cómo fue posible que no se hayan acostumbrado a esta condición, y que de alguna manera hayan aspirado a la libertad?

HÉROES ENTRE NOSOTROS

También en este caso, el Midrash da el crédito principal a las esposas. Los sabios explicaron que todos los días, las mujeres judías iban al Nilo y recogían pequeños peces que se acumulaban en la orilla del río. Con una parte preparaban una sabrosa comida y con el resto hacían una pomada especial, un bálsamo.

Por las tardes, las esposas iban a ver a sus esposos, que se veían obligados a pasar la noche en los sitios de construcción, ya que los egipcios, deliberadamente, no los dejaban regresar a sus hogares. Las mujeres se prepararon en casa, embelleciéndose lo mejor que podían frente a unos espejos de cobre.

Cuando se encontraban con sus maridos, le frotaban la espalda castigada por el sol y el látigo con el bálsamo que habían preparado. Luego, le servían a sus maridos la sabrosa comida que les prepararon y pasaban la noche junto a ellos, en secreto, en los campos de manzanas.

Las mujeres judías alimentaron así a sus maridos con el sabor de la libertad, lo que los llevó a querer y rezar por más.

VER LA LUZ

Mientras los amos egipcios hicieron todo lo posible para humillar a los judíos, quebrar su ánimo y hacerles creer que estaban destinados a ser esclavos de por vida, las mujeres judías duplicaron sus esfuerzos para dar a sus esposos un sentimiento de dignidad.

Estuvieron a la altura de este tremendo desafío e hicieron todo lo posible para hacerles sentir que NO eran esclavos sino hombres libres, felices y afortunados.

En otras palabras: las esposas judías ayudaron a sus esposos a ver la luz en la oscura cueva. Para que así no olvidaran que la esclavitud no es el estilo de vida normal.

Según nuestros rabinos, fue este noble esfuerzo de las mujeres de Israel lo que impidió a los judíos resignarse a su condición de esclavitud, como le sucedió a tantos otros pueblos.

Fue gracias a las virtuosas mujeres de Israel, su coraje y su sabiduría para fortalecer nuestros espíritus en los momentos más difíciles de nuestra historia, que nuestra libertad de Egipto fue posible.

NOTA para 2020: Dedico este Debar Torá a mi esposa Coty y a todas las otras mujeres judías que nos están ayudando a mantenernos fuertes y sanos bajo esta cuarentena.

Especialmente ahora con los niños en casa, muchas mujeres están trabajando heroicamente para ayudar a alimentar y mantener a sus familias física, emocional y espiritualmente.

Con Pésaj tan cerca, este es el momento que nosotros, los maridos, hagamos nuestra parte, nos asociemos a este esfuerzo y AYUDEMOS de la manera que podamos.

Recordemos que en Egipto, nuestras esposas se sacrificaron en circunstancias, obviamente , mucho más apremiantes. En esta cuarentena, tenemos el deber — ¡y la oportunidad! –de compensar aunque sea un poquito, su enorme sacrifico.

 

 


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