Enlace Judío México e Israel – El Éxodo es uno de los pasajes más leídos y explorados en el mundo. Ha servido de inspiración en revoluciones, independencias y luchas contra la tiranía de cualquier tipo. Mucho más que cualquier otro mito, obra literaria, discurso político o recuento histórico; hay algo al interior de su narración que ningún otro texto ha podido trasmitir en igual dimensión el sentimiento de esperanza y la fuerza necesaria que se requiere para abandonar un lugar cómodo pero rodeado de opresión. Sobra decir que en el judaísmo este texto es crucial, pues en la salida de Egipto se basan una gran parte de nuestras acciones, la recordamos en Shabat, en los rezos diarios, después de comer, en las puertas de nuestras casas y en todas las festividades. No hay día que un judío practicante no mencione a la salida de Egipto al menos una vez en sus rezos ¿Por qué cual es la importancia tan remarcada de este evento? Las razones son múltiples, sin embargo, una de las más remarcadas por comentaristas es que dicho evento concentra en sí mismo todos los principios más importantes de la fe judía. Los siguientes principios son algunas de las enseñanzas que la salida de Egipto trajo al mundo.

Unicidad de D-os y el materialismo

La plagas son uno de los eventos más malentendidos de la Torá. Largo y tendido se ha hablado del D-os vengativo que castiga brutalmente a sus criaturas. La Edad Media y el Renacimiento sobretodo lograron plasmar en sus pinturas imágenes de ese D-os sediento de venganza. Sin embargo, la interpretación judía no podría estar más lejos de esa imagen. El D-os de las plagas no es el D-os de la justicia sino el D-os de la bondad. Cuando uno lee a profundidad el texto notará que el ritmo y las imágenes trasmiten más una sensación de paz que de angustia. Hay un aspecto de belleza en cada una de las plagas y cada una de ellas se considera un milagro, puesto que D-os se estaba revelando en el mundo.

El mundo antiguo era un mundo basado en el poder y la fuerza física, el Nilo era el máximo D-os y el faraón mismo era considerado un dios en la Tierra. Las plagas revirtieron el orden natural de todas las fuerzas conocidas hasta el momento y de esa forma se demostró que existe un orden superior al natural. Además la idea de un Sólo Creador fue plasmada en el mundo, pues sólo aquel que creó al agua podría ordenarle que alterará su materia, sólo aquel que creó la tierra podría convertirla en insectos al elevarse al aire. También se demostró que no eran muchas fuerzas juntas sino un Sólo Creador, pues el agua y el fuego se unieron y los elementos más dispares de la Tierra trabajaron juntos.

Sin embargo, ése no fueron el milagro más grande de todos, el milagro más grande fue que un pueblo de esclavos pudiera levantarse contra la potencia más grande del mundo. De esta forma D-os le demostró al mundo que la fuerza natural no es la que domina nuestra realidad y debemos aprender a concebirnos como tal. En plano personal Pésaj debe ayudarnos a liberarnos de las presiones materiales y darnos cuenta que nuestra identidad no depende de nuestra fortaleza material o intelectual, sino de nuestra calidad moral; de la conexión que tenemos con Ese Creador que es la fuente de toda vida.

Intervención en el mundo y libre albedrío

Una intervención de la magnitud que tuvieron las plagas demostró al mundo que existía un sentido detrás de la Creación, ya que como en el Diluvio, el mundo fue redirigido nuevamente. En la idea de “intervención divina” y “dirección” se encuentran los principios de la justicia. La idea de castigo divino en el judaísmo no existe como tal, la perspectiva hacia la cualidad de justicia se basa primordialmente en la idea de corrección. D-os no castiga para lastimar, al mundo que creó, D-os enseña al hombre; cualquier intervención divina implica una enseñanza.

El orden sobre el cual el mundo existe, al cual se dirige esa enseñanza es lo que entendemos como justicia; las leyes básicas morales sobre las cuales el mundo entero existe. Irónicamente el hecho de que exista un orden al cual el mundo se dirige hace posible la idea de libre albedrío, porque las acciones del hombre se vuelven relevantes. Sin un orden, sin una aspiración futura, sus acciones no podrían trascender el plano personal y se convertirían en caprichos o deseos, la libertad real no existiría. La salida de Egipto trajo nuevamente dicha revelación al mundo y Pésaj al ser la festividad de la libertad no los recuerda continuamente.

Revelación e intimidad con D-os

Muchas de las enseñanzas que se aprendieron a raíz de la salida de Egipto los hebreos creían en ellas por la tradición que habían recibido de los patriarcas ¿por qué entonces era necesaria una Revelación? ¿No basta con el conocimiento intelectual de D-os? La respuesta es que la Revelación trae consigo mayor intimidad con D-os, porque la persona vive en carne propia la manifestación de la divinidad. Y uno se relaciona con D-os primordialmente a través de la experiencia y las emociones antes que con el intelecto. La salida de Egipto representó que la intimidad con D-os al nivel que hubo en ese momento era posible. Como varios rabinos han señalado hoy no hay milagros ni señas de ese estilo, sin embargo, cada persona presencia diariamente milagros naturales, señales de que D-os existe: el contacto con la belleza, con la bondad y con todas las cualidades del mundo que nos muestran Su Presencia. Esos pequeños milagros personales es la verdadera base de la fe al punto tal que Najmánides mismo en sus comentarios llega a afirmar que aquel que no es capaz de verlos en su vida, no cree en D-os realmente y así mismo tampoco cumple el mandato de recordar la salida de Egipto.

La necesidad de la acción

La última enseñanza se basa en el sacrificio de Pésaj. Ésta fue una de las acciones más difíciles que el pueblo judío tuvo que realizar. El cordero era considerado un dios para los egipcios, sacrificarlo en sus casas significaba el posible aniquilamiento por parte de un pueblo más poderoso que ellos. Fue un acto de fe y de confianza plena en D-os que los llevó a su liberación final. Lo que el sacrificio nos enseña es que las creencias deben ponerse en práctica para realmente alcanzar una liberación. El judaísmo es una religión de acciones.