Enlace Judío México e Israel – Muchos de nosotros estamos encerrados en casa como precaución a la situación que se vive durante la pandemia que está afectando, literalmente, a todo el mundo.

IRVING GATELL EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

Eso provoca que mucha gente tenga más tiempo libre del acostumbrado, y eso puede provocar trastornos o crisis de ansiedad. Por ello, la lectura siempre es una buena estrategia para ocupar nuestro tiempo de un modo constructivo. He aquí mis recomendaciones para estos días de cuarentena, tomando en cuenta que han coincidido con la festividad de Pésaj, y la próxima semana lo harán con Yom Hashoá.

El cementerio de Praga
Autor: Umberto Eco (2010)
Editorial Lumen

Una obra maestra de Umberto Eco, célebre por sus trabajos como lingüista, pero también por novelas memorables como El nombre de la Rosa, Baudolino o La isla del día de antes.

En El cementerio de Praga, Eco nos introduce al retorcido mundo de los prejuicios antisemitas de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. El personaje protagónico —un falsificador profesional que de pronto tiene una extraña relación por correspondencia con un clérigo católico— es el medio con el que Eco retrata a la perfección la psicología del prejuicio insano, lo mismo misógino que xenofóbico. Por supuesto, se trata de un ficción. Sin embargo, está perfectamente documentada, al punto que recrea de un modo no sólo realista, sino profundamente verosímil, el entorno en el que se gestó la obra antisemita más famosa de toda la Historia: Los Protocolos de los Sabios de Sión.

La extraña relación entre el falsificador y el clérigo tiene un desenlace de lo más bizarro, y el final de la novela es estrujante. En resumen, es una novela que debe ser leída por todo aquel que esté interesado en el antisemitismo como fenómeno social e histórico, especialmente si dicho interés tiene un enfoque especial en cómo se pudo llegar a un crimen de la magnitud del Holocausto.

En busca de Klingsor
Jorge Volpi (2008)
Editorial Seix Barral

Un científico se enreda en un lío de faldas y eso le hace dar un giro drástico a su vida, convirtiéndose en una mezcla de espía, detective, militar y físico-matemático. El momento histórico es el peor posible: La Segunda Guerra Mundial.

Jorge Volpi aprovecha ese planteamiento para profundizar en la psicología de todo tipo de personajes, unidos por la ciencia. Lo mismo nazis que aliados, lo mismo ficticios —como el protagonista y sus amigos—, que históricos —como Einstein, Von Neumann, Heisenberg o Cantor—. Los personajes principales son un norteamericano y un alemán que crecen y se avocan a la ciencia durante las primeras décadas del siglo XX. Ambos se verán impelidos a colaborar para resolver la enigmática identidad de un supuesto científico asesor de Hitler, en el marco de la Alemania destruida y derrotada.

La narrativa de Volpi es soberbia. Aprovecha a la perfección las posibilidades de una narrativa no lineal en cuanto a lo temporal, y lo mismo recurre al relato en primera que en tercera persona. De ese modo, construye una fascinante trama de suspenso, pero también explota la posibilidad de observar el interior de sus personajes, todos ellos profundamente humanos y verosímiles, inmersos en los momentos más terribles que haya pasado la humanidad. Judíos, estadounidenses y alemanes van y vienen sin terminar de entender que el destino los ha puesto frente a los acontecimientos más intensos y trágicos de la Historia Moderna. Todos, cada uno a su modo, al final de cuenta sólo están luchando por sobrevivir o reconstruirse. El desenlace se antoja complicado, pero al final de cuentas sólo es un fiel retrato de lo que fue aquella convulsa época.

La noche, el alba, el día
Elie Wiesel (1988)
Colección Raíces no. 7
Milá Editor – AMIA (Argentina)

Una desgarradora novela en la que Elie Wiesel (ganador del Premio Nobel de la Paz en 1986) nos confronta con el profundo impacto que el Holocausto dejó en el alma de muchos seres humanos. 

Todo gira alrededor de un personaje y tres momentos críticos de su vida —representados, respectivamente, por la noche, el alba y el día—. Comienza con su experiencia en Asuchwitz y el drama de sobrevivir a lo indecible, incluyendo el profundo dilema moral que acarreaba el anhelo de venganza. Continúa en la Palestina del Mandato Británico, en los momentos previos a la independencia de Israel, lugar y tiempo en el cual el protagonista tiene que luchar contra los fantasmas que le aquejan desde los tiempos del Campo de Concentración. Y concluye en Nueva York, donde el protagonista —ya adulto y alejado de los conflictos árabes-israelíes— trata de reconstruirse por medio de una relación sentimental con una mujer.

La técnica narrativa de Wiesel para ofrecernos una novela es impecable. Sin embargo, el final recurre a una técnica más propia del cuento, y las últimas páginas nos obligan a reconsiderar todo lo que hemos leído desde una óptica que nunca se nos habría ocurrido. Es un final terrible en muchos sentidos, que nos pone de frente y sin filtros ante la fragilidad del ser humano, el horror de la guerra, y el complejo misterio que es la vida.

La ecuación Dante
Jane Jensen (2008)
Ed. La Factoría de Ideas (Madrid)

Una alucinante y trepidante novela en la que la ciencia protagoniza un enredo que hace que varias personas terminen dispersas en diferentes dimensiones. Y todo comienza porque un rabino de nombre Aharon Handalman descubre que en la Biblia está codificado el nombre de otro rabino: Yosef Kobinski.

¿Quién habría sido este personaje, tan importante como para que los códigos secretos de la Biblia lo mencionaran? Quienes se involucran en la frenética búsqueda de pistas para descifrar el enigma de la personalidad de Kobinski —y, sobre todo, la posibilidad de que él hubiera escrito el texto más importante de la Historia— terminan envueltos en una situación irreal en las inmediaciones de Auschwitz, y de pronto descubren que el universo es más rico de lo que se imaginaban. Las realidades paralelas se despliegan ante ellos y cada uno tiene que enfrentarse con el bagaje que carga, y a veces hasta satura, a sus respectivas almas.

Detrás de cada drama personal, aflora el drama del propio Kobinski y del nazi que fue el verdugo de su familia. Ambos, al final de cuentas, siguen envueltos en una lucha literalmente infernal, que ha trascendido al tiempo, el espacio, e incluso el nivel de conciencia propio del ser humano.

 


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