Enlace Judío México e Israel – Las patrias no son huérfanas, fueron logradas por padres fundadores que a través de una gran lucha hicieron de cada país una realidad.

La historia del Estado de Israel está llena de grandes personajes, arquitectos que tuvieron la capacidad de imaginar y visualizar un país sin tener la más mínima autoridad para crearla y ese es el caso de Golda Meir.

Golda nació en el Imperio ruso el 3 de mayo de 1898, fue la séptima de 8 hijos y su niñez estuvo llena de miseria debido a la pobreza que reinaba en toda la región y por supuesto a los distintos pogromos, esas masacres antisemitas que sucedían continuamente en Europa oriental.

En 1903, el padre de Golda Emigró a EE.UU para buscar mejor suerte, 3 años después Golda, su madre y sus hermanas emigraron también. De este modo, la ciudad de Milwaukee en Wisconsin vio crecer a la pequeña Golda.

Cuando llegó a la adolescencia, Golda comenzó a ser presionada por sus padres quienes la incitaban constantemente a encontrar a un buen hombre con quien contraer matrimonio, Golda, que estaba convencida de continuar su educación y no casarse a tan temprana edad, se escapó de su casa y se fue a vivir a Denver con su hermana, sin embargo fue justo ahí, en Denver, donde Golda conoció a Morris Meyerson, su futuro esposo.

Después de un año Golda volvió a Wisconsin, se unió a Poalei Sion, una organización juvenil sionista y terminó sus estudios, no había punto de retorno. Golda estaba convencida de que los judíos debían establecerse en su ancestral tierra prometida.

De este modo Golda comenzó a trabajar: congresos, convenciones, visitas, sin embargo, sus padres y su entonces novio Morris presionaban a Golda con el matrimonio, así que a la joven sionista no le quedó otra más que aceptar, pese a ello puso una condición: después de la boda, inmigraría con su esposo a la entonces Palestina, y justamente así sucedió.

 


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