Enlace Judío México e Israel – La serie Shtisel, que gracias a Netflix llega a casi cada rincón del mundo, ha cautivado a las audiencias insospechadamente. En entrevista con el rabino Mark Golub, sus protagonistas hablan sobre los retos que enfrentaron para personificar a esta familia ortodoxa israelí, pese a ser todos ellos judíos seculares. 

Para el elenco de la serie Shtisel, que retrata la vida íntima de una familia ultraortodoxa judía en Israel, dar vida a sus personajes representó tantos retos como satisfacciones. Sobre todo, la de ver cómo los muros imaginarios que los hombres tienden para dividirse pueden ser burlados.

Una historia poderosa y bien contada, interpretada magistralmente y producida con gran rigor, pero sobre todo, una que muestra que las pasiones humanas son universales, es capaz de romper los prejuicios que nos hacen ver a los otros como eso, como otros, como extraños, como ajenos.

DOV GLICKMAN, SHULEM SHTISEL

Quizá por eso Dov Glickman, protagonista de la serie, dice que “mi papel en Shtisel es el que más satisfacción me ha dado.” Antes conocido en Israel como un actor cómico, (participó en el show Zehu Ze!, que estuvo al aire por más de 20 años), Glickman interpreta a Shulem Schtisel, el padre de una familia ortodoxa de Jerusalén.

La transformación de Glickman en el patriarca de los Shtisel arranca durante el proceso de varias horas que lleva su caracterización hasta el momento en que el actor, un judío secular, se mira en el espejo y se reconoce como Shulem Shtisel.

“Siempre pensé en mí mismo como un ciudadano del mundo”, dice con cierto dejo de ironía, porque soy secular y no crecí en una familia religiosa. Mi madre era kosher porque tenía miedo… decía ‘soy secular pero como kosher, por que quizá, quizá…’.”

Sin embargo, Glickman admite que no fue realmente difícil convertirse en ese personaje ortodoxo que pretende guiar el destino de la familia que lleva su apellido, y cuya popularidad ha rebasado, gracias a su difusión masiva por la plataforma Netflix, las fronteras de Israel.

“Cuando hice Shtisel me di cuenta de que realmente soy un judío. Me lo enseñó, para bien y para mal, me enseñó: ‘tú eres un judío’.” Ser un actor es estar en una situación, dice. Risa, deseo, celos… las pasiones humanas que se exhiben en Shtisel son de lo que la serie se trata. “Es tan profundo lo que hicieron los escritores. Son genios esos escritores. Cuando leí (el guion) pensé que era algo en medio de Los Soprano y las películas de Bergman.”

No es una serie sobre religión sino sobre gente. “La gente ahí es religiosa, así que tienen prohibiciones, y pararse frente a Dios todos los días vuelve más precisos y profundos psicológicamente todos esos problemas de los que habla Shtisel.”

Un ejemplo de cómo una historia humana bien contada puede unir a los pueblos lo da Glickman, quien narra cómo una vez, mientras cenaba en un restaurante en París, unas mujeres se le acercaron para preguntarle si era el actor que interpretaba a Shtisel. Resultó que las mujeres se sentían profundamente conectadas con la serie, pese a ser libaneses musulmanas.

NETA RISKIN, GITI WEISS

Para entender a qué grado los actores han logrado encarnar a los personajes que representan, Neta Riskin, quien hace el papel de Giti en la serie, cuenta la siguiente historia:

“Hace como dos o tres años estaba caminando por la calle con el que en ese entonces era mi novio, nos estábamos abrazando, y de pronto vi a un judío lituano que venía de frente (…) y se detuvo, y estaba muy impactado, en el mal sentido, y me preguntó ‘¿eres Giti?’. ‘Sí, bueno, soy Neta pero… seré Giti (para usted)’, y él dice: ‘¡Qué decepción! Pensé que eras real’.”

“Me sentí muy bien de arruinarle la vida a este tipo”, bromea, “para mí, el mayor cumplido es que la gente piense que (el personaje que interpreto) es real.”

El reto que enfrentaron ella y sus dos compañeros, entrevistados para el programa L’Chayim, de la cadena JBS, que conduce el rabino Mark Golub, fue mayúsculo, considerando que los tres se consideran totalmente seculares.

“Aquí, en Estados Unidos, ustedes tienen esta cosa ‘reformismo’. ¿Qué es eso?”, dice Riskin, quien asegura que en Israel “o eres ortodoxo extremo o completamente ateo. Agua y aceite, no nos mezclamos. Fue interesante para mí en un sentido porque es una sociedad que me resulta muy extraña, nunca hablé con nadie de ellos, nunca había ido a esos barrios.”

No titubea la actriz, nacida en Tel-Aviv del matrimonio entre un lituano y un israelí, al decir que, más que judía, se considera “una israelí que habla hebreo”.

MICHAEL ALONI, AKIVA SHTISEL

“Me veo a mí mismo como un humano”, dice su compañero Michael Aloni, quien interpreta el papel de Akiva en la serie. “Sé que soy un judío. Creo en mi origen, cuando miro mis raíces, y sé que es bueno saber de dónde vienes para saber a dónde vas, y dónde estás en este momento.”

El actor reconoce que la serie ha tenido un gran impacto pues ha logrado “conectar polos en la sociedad y también al conectar seres humanos por lo que son. Los temas de los que se habla con más fuerza en la serie son los que hablan de la humanidad (…). Somos todos teniendo sueños y esperanzas y decepciones.”

Aloni menciona que la serie se hizo con un presupuesto limitado y hubo dos grabaciones, distantes de 3 meses: una de interiores, en Tel Aviv y en verano; y otra de exteriores, en Jerusalén y en invierno. Así que, cuando Akiva despierta en la noche porque su padre ronca y sale al balcón, se le tiene que recordar que, en 3 meses, grabará la escena del balcón y hará frío, así que tiene que llevarse una cobija.

La estrella tuvo que dejarse la barba para el papel y un inicio de “peyes” pero tuvo que afeitarsela para ser el presentador de “The Voice”, un popular concurso de canto. El inicio de los peyes, que no se quitó, fue la sensación del concurso. Posteriormente, se le diseñó una barba postiza.

Para Michael Aloni, amar es lo más difícil de hacer; odiar es mucho más cómodo.

Piensa que por eso recibe mensajes en sus redes sociales de gente de todo el mundo. “¿Por qué alguien en Hong Kong se interesa en una serie sobre una familia ultraortodoxa (…) que practica el judaísmo? Porque son humanos.” Y se alegra de que además de contar una gran historia, Shtisel tenga ese efecto colateral, el de “cambiar la perspectiva de la gente respecto de sí misma y en cómo ven a la gente del otro lado” de los muros que dividen a las personas según sus creencias y formas de vida.

LA FAMILIA SHTISEL

Te invitamos a disfrutar la entrevista completa, cortesía de JBS, donde podrás conocer más sobre el proceso de filmación y las repercusiones que ha tenido esta serie en la vida de sus protagonistas, tres talentosos actores que debieron cruzar un muro imaginario para mostrarle al mundo la intimidad de una familia que es, en buena medida, como todas las familias. Así de normal. Así de extraña.

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