Enlace Judío México e Israel- Este jueves 21 de mayo, el virtuoso del violín Adrián Justus (Ciudad de México, 1970) ofreció un recital de violín a través de una plataforma virtual —como debe ser, para no exponer a nadie a contagios en estos momentos todavía difíciles por la pandemia de COVID-19—, en un proyecto organizado por Cadena, Enlace Judío y Matilde Braverman, que además contó con la participación del Primer Actor David Ostrovsky.

IRVING GATELL

“Jerusalén, ciudad portuaria en la costa de la eternidad

El Monte del Templo es un barco enorme, un navío de placeres, lujoso.

Desde las rejillas de su Muro Occidental otean santos alegres, viajeros.

Jasidim en el muelle agitan los brazos en saludos, gritan hurra y hasta la vista.

Ella,  siempre arribando, siempre partiendo.

Y las vallas y los muelles y los policías y las banderas y los altos mástiles de iglesias y mezquitas y las chimeneas de las sinagogas y las naves de elegías y olas de montañas.

Se escucha el sonido de trompeta: una más partió.

Los marineros de Yom Kipur en uniformes blancos trepan entre escaleras y cordeles de plegarias probadas.

Y el regateo y las puertas y las cúpulas de oro: Jerusalén es la Venecia de Dios”

Fue una velada deliciosa, en la que lo mismo pudimos escuchar dulces melodías tradicionales judías, que obras virtuosísticas para el violín escritas por Bach o Paganini.

La música siempre es un buen pretexto para conjuntar esfuerzos por causas nobles. En esta ocasión, el dinero recaudado por el boletaje se destinó a apoyar al personal médico que trabaja en el combate a la pandemia de COVID-19, por medio de equipos de protección adecuados que les permitan seguir atendiendo a los pacientes y salvando vidas.

Destacó la presencia del Excelentísimo embajador de Israel en México, Zvi Tal, quien expresó el sentir de Israel hacia su eterna e indivisible capital.

También tuvimos el gusto de escuchar dos formas de bendecir a esta legendaria ciudad, de boca de un rabino. Rab. Abraham Tobal, rabino principal de Alianza Monte Sinaí; como de parte de un pastor, Felipe García Hernández de PAAZ, Institución Sionista Cristiana de México para Latinoamérica.

CADENA es una institución con amplia trayectoria en este tipo de esfuerzos para apoyar en momentos difíciles. Es un programa que invita a jóvenes mayores a 18 años a prepararse de diversos modos para apoyar en casos de emergencia. Entre otras actividades de entrenamiento, pasan tres meses en Israel donde son capacitados para atender personas con diversos tipos de traumatismo.

En México tienen una larga trayectoria de apoyo en comunidades rurales afectadas por huracanes, inundaciones o terremotos.

Por su parte, Enlace Judío es una agencia de noticias fundada hace diez años que se ha posicionado como el medio virtual judío de habla hispana más leído a nivel mundial. Su oferta de contenidos es de lo más completa, y además apoya colaborando en este tipo de eventos. No sólo con la transmisión, sino además con la organización, producción y la logística.

Matilde Braverman se ha destacado como productora de eventos literarios y musicales, destacando su colaboración con Robert Schwendeman e Irving Gatell en el proyecto Música Silenciada, que ha presentado conciertos con música escrita por autores proscritos por el nazismo. Sus eventos se han presentado en el Palacio de Bellas Artes, en la Sinagoga Histórica Justo Sierra o en el Templo Yehudá Halevi de la Comunidad Sefaradí de México, entre otros.

 

Por su parte, David Ostrovsky tiene una amplísima trayectoria como actor en México, y ha participado en decenas de telenovelas, películas y series de televisión, entre las cuales destacan Rosa Salvaje, María Mercedes, El vuelo del Águila, Alma de Hierro, los Simuladores, Como agua para chocolate y Morirse está en hebreo. Sus intervenciones en esta ocasión fueron la guía para disfrutar del recital de violín.

Pero el papel estelar lo tuvo Adrián Justus, destacado violinista mexicano que ha hecho una formidable carrera internacional. Se ha presentado exitosamente en todo el país, así como en Estados Unidos, Israel, y en diversos países de Europa y extremo Oriente.

Su recital parecía inusual: él, solo con su violín. Sin ningún tipo de acompañamiento, algo a lo que no mucha gente está acostumbrada. Se trata de un formato que es todo un reto para el instrumentista, porque depende de él solo que el público mantenga la atención.

Sin embargo, Justus demostró tener la suficiente experiencia para esto, y durante un poco más de una hora deleitó a todos los espectadores con las notas sacadas de un pequeño instrumento que no mide siquiera el medio metro, que sólo tiene cuatro cuerdas, pero que tiene una gran cantidad de recursos técnicos, acústicos y expresivos.

El virtuosismo de Adrián Justus quedó fuera de toda duda. Los comentarios que fluyeron a lo largo de la transmisión dieron cuenta del éxito del evento.

La presente nota no puede concluir sin dar un agradecimiento especial a Leslie Mizrahi, Mark Achar, Rubén Braverman y Edgar Hernández. Su apoyo fue invaluable para la realización y éxito de este singular concierto.

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