Enlace Judío México e Israel – Un estudio genético sobre el material de los rollos del mar Muerto, que llevó para su desarrollo cerca de 7 años, arroja nueva luz sobre el origen de los milenarios textos.

La investigación fue publicada este martes en la revista Cell, y tuvo como cabezas principales a Oded Rejavi, de la Facultad de Ciencias George S. Wise de la Universidad de Tel Aviv, y Noam Mizrahi, del Departamento de Estudios Bíblicos de la misma institución

La idea del estudio surgió cuando Rejavi y Mizrahi se conocieron un día en la universidad y se preguntaron de qué manera los campos de cada uno podrían conjugarse, de acuerdo con The Jerusalem Post.

De esta manera se plantearon averiguar si se podría saber acerca de una posible conexión entre los múltiples fragmentos de los rollos del mar Muerto a través de la información genética de los materiales con los que están hechos los documentos.

Los resultados del estudio de naturaleza interdisciplinaria que examinó 26 fragmentos, por medio de un proceso que no daño el material, indicaron que un total de 24 de ellos están hechos a base de cuero de oveja, una especie no extraña a los entornos del desierto de Judea.

Sin embargo, en los otros dos fragmentos restantes se identificó algo diferente: cuero de vaca, uno de los elementos que sorprendieron a los investigadores.

“La cría de ganado vacuno en principio no es posible en el desierto, ya que las vacas requieren mucha hierba y agua, por lo tanto, es muy probable que esos pergaminos no se hayan producido localmente, sino que se hubieran traído de otro lugar”, dijo Mizrahi al respecto.

“Esto es muy importante porque hay un debate de larga data entre los académicos sobre la procedencia de los Rollos del Mar Muerto y cuáles podrían ser un reflejo del mundo muy peculiar de la secta judía extremista que probablemente residió en Qumran, y cuáles fueron traídos desde el exterior y potencialmente reflejan de manera más amplia la sociedad judía de la época”, agregó.

Asimismo, los investigadores descubrieron que uno de esos fragmentos, que contiene texto del libro de Jeremías, no correspondía a una idea sostenida por años: que era parte de un mismo rollo del que quedan otros dos fragmentos del mismo libro.

Esto, de acuerdo con los investigadores, sugiere que hace más de 2,000 años circularon diferentes versiones del libro de Jeremías entre la población judía de la región, y que no habrían sido obra exclusiva de los escribas de Qumran y su visión religiosa del mundo.

Del mismo modo, los resultados del análisis genético de los fragmentos que llevan las llamadas “canciones del sacrificio de Shabat” sugieren que este texto también circulaba más allá de Qumran.

En el futuro, el equipo tiene como objetivo analizar más fragmentos, pero también comprender más sobre la genética de las especies utilizadas para producir el pergamino en el antiguo Israel, por ejemplo, mediante la extracción de huesos de animales contemporáneos.

Junto con Rejavi y Mizrahi colaboraron también el profesor Mattias Jakobsson de la Universidad de Uppsala en Suecia, Pnina Shor de la Autoridad de Antigüedades de Israel, Beatriz Riestra de la Facultad de Ciencias George S. Wise, y los profesores Dorothee Huchon-Pupko y Christopher E. Mason de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cornell.

Encontrados en las cuevas de Qumran cerca del mar Muerto a mediados del siglo pasado, así como en otros sitios alrededor del desierto de Judea, los antiguos rollos del mar Muerto cubren partes del canon de la Biblia hebrea, así como escritos sobre prácticas religiosas, documentos legales e himnos.

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