Enlace Judío México e Israel – El domingo 15 de marzo de 2020 el equipo femenil de las Pumas jugó por primera vez en Ciudad Universitaria y en el Teatro Rafael Solana, Jesús Ochoa y Diana Bracho apadrinaron la nueva puesta en escena de “Entre Pancho Villa y una mujer desnuda”.

Estoy consciente de ambos eventos porque fueron lo último que hice en espacios públicos antes de atrincherarme en casa. Fútbol, buena comida y teatro; reírme a carcajadas y emocionarme con mi familia y mis amigos. Me parecen una buena despedida para el mundo que fue.  Espera lo mejor y prepárate para lo peor, me repetí esa noche mientras rezaba con mis niños. Aún me lo repito todos los días desde hace cuatro meses.

¿Cómo mantener la pulsión de vida cuando el ángel de la muerte anda suelto, sin pudor y por tanto tiempo?

¿Cómo estar en paz sabiendo que lo que fue no será?

En la emergencia, la verdad emerge. En estos tiempos convulsos hemos tenido que imaginar otras formas de socializar, mantener los ritos, educarnos, trabajar. Por más parálisis que haya ocasionado el “quédate en casa” la vida sigue avanzando y los días siguen pasando. El tiempo no se detiene. Un buen punto de arranque para “la nueva normalidad” es reconocer las habilidades que hemos desarrollado, ya sea por necesidad o voluntad; hacer el inventario de todas las innovaciones, ocurrencias y adaptaciones que hemos construido estos cuatro meses. Esta es la larga noche de la verdad de nuestra generación. Mentirnos nos va a explotar en la cara. Otro mundo es posible y lo sabemos. La buena noticia es que no lo hemos visto, por lo tanto, hay todo por construir y de paso reparar lo que ya no servía.

* La autora es terapeuta en TEAM CBT


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