Enlace Judío México e Israel – La peste negra o peste bubónica, alcanzó su punto máximo entre 1347 y 1353, y aunque no existen cifras exactas, se estima que cobró la vida de por lo menos la mitad de la población en Europa, sin embargo el pueblo judío no tuvo la misma afectación que el resto del mundo debido a una práctica poco usual en Europa de la época.

Esta enfermedad que había llegado de Asia, y era transmitida por pulgas que habitaban en ratas y otros roedores, mató a entre 20 y 80 millones de personas.

La mortal bacteria es conocida hoy como yersinia pestis, Pero en esos tiempos no se conocía el origen de la peste.

La explicación que dio la facultad de medicina de París fue que la peste negra se debía a la “desalineación” de 3 planetas en 1345: Marte, Júpiter y Saturno.

Esto causó una “gran pestilencia en el aire, una especie de mal aire”. Pero la gente común, las masas, tenían su propia teoría de quiénes eran los verdaderos culpables de la peste negra.

Había una razón adicional que alimentaba estas falsas sospechas, los judíos no eran afectados por esta enfermedad como sus vecinos no-judíos.

En Europa medieval no se conocía la importancia de la higiene en la prevención de las enfermedades. Las calles estaban sucias, con animales vivos o muertos, y abundantes parásitos, pulgas y piojos que facilitaban la transmisión de enfermedades.

La gente no se bañaba regularmente. Los monjes, por ejemplo, tenían prohibido bañarse más de 2 o 3 veces por año. Los judíos, sin embargo, tenemos una regla que se cumple desde hace más de 2 mil años atrás, bañarse en honor al Shabat.

Así, en la antigüedad, los judíos se higienizaban totalmente por lo menos una vez por semana. Algo absolutamente excepcional en esas épocas.

De acuerdo a la tradición judía, es obligatorio lavarse las manos antes de rezar, esto es 3 veces por día.

Uno también tiene que lavarse las manos antes de comer pan o cualquier alimento que haya sido inmerso en algún condimento líquido.  Hay que tener en cuenta que en ese entonces se comía con las manos (no existían los tenedores).

La ley judía también establece que uno debe lavarse las manos al salir del baño.

Un judío, en resumen, se lavaba las manos varias veces por día. Y esto, que hoy nos parece normal, no era la práctica de la gente común en Europa medieval, ya que el agua corriente no abundaba.


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