Enlace Judío México e Israel – ZS. Rita ¿cómo surgió tu interés por el arte?

RE. Viene de la educación que recibí en casa. Mi padre tocaba el violín y tenía gran pasión por la danza, la ópera y la pintura. Mi hermana es una destacada restauradora. Cuando entré a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM tomé unas clases extraordinarias de historia del arte que impartía Ida Rodríguez Prampolini. Ambas cosas definieron mi interés por la historia del arte.

ZS. Rita, vayamos a la época de los setenta, tiempo en el que empezaste a dar clases y a trabajar en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, ¿nos platicas sobre del giro que ocurría en el arte en México, qué sucedía durante esos años?

RE. A mediados de los años setenta lo que se perfilaba de manera diferente y nuevo eran los grupos, la idea central, era separarse del trabajo individual y proyectarse como un colectivo. Hubo toda una reconsideración de cómo se organiza el trabajo artístico.

ZS. ¿Estos cambios se reflejaron en los métodos utilizados en la creación artística?

RE. Al inicio de la década de los 80 hubo un cambio estructural en el sistema del arte. Se utilizaban nuevos medios, otros soportes, materiales diferentes y la intervención del cuerpo en el arte fue ganando terreno.

Los artistas buscaban reinventar un arte con un sentido político. La obra individual no era más el objetivo y había reservas con el mercado del arte. Entonces se organizaron, como ya he dicho antes, los grupos interesados en diversos campos del arte como la escultura, otros se reunieron para editar obras de arte, otros más en el campo de la fotografía. Las acciones e intervenciones eran formas de establecer conexiones entre el arte y la calle. Esa etapa fue considerada el comienzo del arte contemporáneo en México. Uno de los grupos, el No Grupo empezó a hacer arte conceptual, eso restaba importancia al producto acabado y la materialidad y enfatizaba la idea y el uso del lenguaje dentro de la obra misma. Ese fue un momento interesante.

ZS. Rita, durante los años noventa, fuiste curadora en jefe con Helen Escobedo. La exposición que se presentó en el Museo de Arte Moderno aparece detallada en tu libro: Tiempo de fractura: el Arte contemporáneo en el Museo de Arte Moderno durante la gestión de Helen Escobedo. ¿Cómo defines la curaduría y por qué el título de tu libro?

RE. La curaduría se refiere al trabajo de investigación; significa poner en escena la obra artística desde la reflexión y el análisis, es una práctica compleja y multidisciplinaria. El libro da cuenta de un tiempo de cambio y se refiere a la forma cómo se concebían las exposiciones. Además, rinde memoria al trabajo de Escobedo entre 1982 y 1984, ella y su equipo articularon un importante precedente en la construcción de un discurso museológico sobre el arte contemporáneo en México; sin embargo, quedan pocos registros de aquella gestión. Por esos motivos, decidí ese título.

ZS. Dentro de tus más recientes trabajos está el de Miguel Covarrubias del que hablas en tu texto Los territorios artísticos de Miguel Covarrubias: contactos culturales en las Américas y el Pacífico ¿Cómo llegaste a él, si de alguna manera, no forma parte integral de la historia del arte?

RE. Antes de trabajar sobre Covarrubias, escribí: Narraciones: Pequeñas historias y grandes relatos en la pintura de Antonio Ruiz (1935-1949).

El tema del libro se desarrolla a partir de algunas obras del pintor Antonio Ruiz, El Corcito (1892-1964), que se caracterizan por complejos planteamientos visuales alusivos a la vida social y política de México de la primera mitad del siglo XX. Este corpus de imágenes, se refiere solo a cuatro obras de Ruiz. Las analizo para reflexionar sobre las historias que cuenta Ruiz en sus cuadros.

El Corcito, pintaba cuadros chiquitos en plena época del muralismo. Me sorprendió el formato y la capacidad del pintor para integrar una imagen compleja que integre una diversidad de elementos relacionados. En mi libro trabajo cuatro cuadros: México, 1935; Verano; El sueño de la Malinche y el Ptolemaeus y Copernicus, para demostrar que la historia del arte es una disciplina diferente a la Historia porque nosotros trabajamos sobre la imagen y desde ahí construimos el significado.

ZS. ¿Por qué te interesó la obra de Miguel Covarrubias?

RE. En 1923, el momento fundacional del muralismo mexicano, Covarrubias (1904-1957), con sólo 19 años de edad, aceptó la sugerencia del poeta modernista José Juan Tablada de probar suerte en Nueva York como caricaturista y dibujante.

El talento de Covarrubias fue reconocido al poco tiempo de su llegada y pronto fue contratado por la revista Vanity Fair y The New Yorker. En las caricaturas para la revista combinaba la comunicación popular con la alta cultura. A través de la caricatura hizo retratos de los artistas y las celebridades del momento. Sus caricaturas están relacionadas con el medio artístico y la modernidad, Covarrubias se enfoca, mientras vivió en Nueva York, en la vida urbana con sus nuevos atuendos y diversiones como el teatro, la danza y la música. Uno de los barrios de Nueva York que ejercieron fascinación sobre él fue Harlem y participó activamente en el “Harlem Renaisance”. Pasaba mucho tiempo en ese barrio y realizó cantidad de trabajos sobre la vida y diversiones en el Harlem de los años 20.

Hacia 1939, Covarrubias emprende un viaje a Bali, sus siguientes proyectos intentaron cambiar el cartabón de la mirada occidental ante la cultura de los pueblos del Pacífico y las Américas. Poco después, le ofrecieron pintar los mapas del Pacífico, seis grandes mapas y con este trabajo pudo iniciar su exploración de las relaciones entre las culturas del Pacífico y Las Américas. Su interés por el tema será más plenamente desarrollado en sus libros: El águila, el jaguar y la serpiente: arte indígena americano (1954) y México Sur, expresa su inquietud sobre el estudio de las culturas indígenas y sobre su idea de la conexión entre ellas. En este libro logrará el estudio de las culturas indígenas del norte de América, es decir Canadá y los Estados Unidos. Es una vida muy compleja e interesantísima.

ZS. ¿Algo que nos puedas compartir en relación con la pandemia que estamos viviendo en relación con el arte?

RE. Una de las ideas principales de Covarrubias es que el mundo está conectado, la idea de las migraciones. Pero, lo que pasa ahora es justo el fin de la conexión, no queremos conectarnos con nadie. El efecto político y el económico van a durar más que el sanitario.

ZS. ¿Cómo trabajas durante la pandemia?

Estoy trabajando sobre eso, vamos a sacar otro libro sobre Miguel Covarrubias. Seguimos la interacción con los alumnos por zoom. Con ellos y su colaboración quizá tendremos un libro original que esperamos entregar al final de este año.

ZS. Por último, ¿Cómo recibes ser emérita?

RE. Tengo un enorme respeto por la institución donde trabajo, así que es un gran honor y sobre todo una enorme alegría.

*Rita Eder, nacida en la Ciudad de México, es doctora en historia del arte. En 1975, ingresó al Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM del cual fue directora de 1990 a 1998. Eder es especialista en arte moderno de México y América Latina. Ha organizado numerosos proyectos como: El arte desde América Latina: temas y problemas. También ha curado varias exposiciones, entre ellas Desafío a la estabilidad. Procesos artísticos en México 1952-1967. Ha escrito numerosos artículos y libros. En el 2013 recibió el Premio Universidad Nacional en Artes. Ha sido integrante de varios comités académicos en México y el extranjero, entre ellos el Getty Research Institute (2008-2015) y actualmente forma parte del comité asesor del Humboldt Forum en Berlín

* La autora es Doctora en Filosofía Política, Maestría en Filosofía y en Periodismo Político y Psicoanalista


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