El Tehilim es uno de los libros más bellos de la historia, escrito por el Rey David y con una poesía que ha cautivado los corazones de millones. El Salmo 32 representa una forma de encontrar la calma entre la tempestad, a través de la misericordia.

De acuerdo a varias fuentes bíblicas, cada uno de los salmos tienen una función específica, que ayuda a su orador con ciertas dificultades que vivimos normalmente, a éstas interpretaciones se les conoce como Segulot y en este caso, el salmo 32, está dedicado a impulsar a las personas a encontrar calma, a través de la compasión divina.


Salmo 32

(1) De David. Maskil. Feliz de aquél cuya rebelión es perdonada; absuelto está su error.

(2) Feliz  del hombre a quien  El Eterno no le considera culpa alguna y que en su espíritú no hay engaño.

(3) Mientras callé se consumieron mis huesos, por mi angustioso gemido, todo el día.

(4) Porque de día y de noche Tu mano cayó pesadamente sobre mí, y mi vigo se transformó en sequedades de verano. Selah.

(5) Mi pecado te revelé y no oculté mi culpa. Me dije: “Confesaré mis transgreciones al Eterno”, y Tú perdonaste la culpa de mi error. Selah.

(6) Por eso, que todo piadoso a Ti te rece, al descubrir  (sus transgreciones); que las poderosas corrientes de agua a él no le alcancen.

(7) Tú eres mi amparo, de la angustia me guardarás. De voces de salvación me rodearás. Selah.

(8) “Te haré entender y te mostraré por cuál camino debes andar. Te aconsejaré. Mis ojos (están puestos) sobre ti”.

(9) No seáis como un caballo o como una mula sin entendimiento, que con freno y cordel su boca ha de ser reprimida. ¡Que a ti no se acerque! (que no te suceda).

(10) Alegraos en el Eterno y regocijaos (vosotros), los justos y gritad de alegría todos los rectos de corazón.


También existen salmos, que de acuerdo a las segulot, sirven para purificar el corazón, tener éxito en el trabajo, para agradecer bien a Dios y hasta para conseguir milagros.


Este Tehilim (Salmo) proviene de la traducción del Tanaj y contiene la traducción más fidedigna del Tehilim que hemos encontrado de la Torá.