Enlace Judío México e Israel – El juez Luiz Fux asumió el pasado jueves la presidencia del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, el máximo tribunal del país, por un periodo de dos años.

De 67 años, Fux es el primer presidente judío en la historia del STF, nieto de inmigrantes judíos originarios de Rumania que huyeron de la persecución nazi.

El nombramiento responde a la tradición de la Corte Suprema brasileña de dar la presidencia al integrante más antiguo que aún no ha asumido el cargo.

En razón de la nueva pandemia de coronavirus, la ceremonia de asunción tuvo lugar de manera restringida, solo con autoridades y familiares más cercanos al ministro.

Estuvieron presentes el presidente Jair Bolsonaro; los presidentes de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, y del Senado, Davi Alcolumbre, también de origen judío como Fux; el procurador general de la República, Augusto Aras, y el presidente del Superior Tribunal de Justicia, Humberto Martins.

En su discurso de asunción, Fux rindió homenaje a las víctimas de COVID-19 en el país, reafirmó el compromiso del STF de asegurar los derechos de la Constitución, la libertad y la democracia, y resaltó la importancia de la armonía entre los poderes públicos.

“Mi norte será la lección más elemental que aprendí a lo largo de décadas en el ejercicio de la magistratura: la necesaria deferencia a los demás poderes en el ámbito de sus competencias, combinada con altivez y vigilancia en la tutela de las libertades públicas y de los derechos fundamentales. El mandamiento de la armonía entre poderes no se confunde ni con contemplación ni con subordinación”, señaló, de acuerdo con la agencia Xinhua.

Fux manifestó su preocupación con el hecho de que el Poder Judicial y el STF son instados a decidir cuestiones de orden político, sobre las cuales no tiene capacidad institucional, y que esa práctica los ha expuesto a un protagonismo que corroe su credibilidad.

“El STF no detenta el monopolio de las respuestas ni es el legítimo oráculo para todos los problemas morales, políticos y económicos de una nación. Tanto como sea posible, los poderes Ejecutivo y Legislativo deben resolver sus propios conflictos, y cargar con las consecuencias políticas de sus propias decisiones”, resaltó.

Fux concluyó que no admitirá ningún tipo de retroceso en el combate a la corrupción y que no escatimará esfuerzos para fortalecer la autoridad de la Corte Suprema.

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