Enlace Judío México e Israel – Una red de voluntarios que opera en la comunidad ultraortodoxa de Israel atiende a pacientes con COVID-19 en sus hogares, como alternativa al sistema de salud convencional sin el conocimiento de las autoridades, informó el Canal 12 israelí.

Según el reporte citado por el portal The Times of Israel, la iniciativa privada comenzó en el barrio de Mea Shearim de Jerusalén con el fin de evitar la hospitalización de los pacientes, pero se ha extendido a toda la comunidad a medida que los hospitales se saturan.

Los organizadores sostienen que la red de voluntarios proporciona un mejor tratamiento y alivia parte de la carga del sistema de salud de Israel. Ahora buscan ofrecer sus servicios fuera de la comunidad ultraortodoxa.

Más de 2,000 pacientes graves han sido atendidos por la red ultraortodoxa en los últimos seis meses y al menos 170 continúan en estado grave. Sólo un total de 10 a 15 pacientes requirieron hospitalización, de los cuales tres han fallecido.

Entre los que han recibido el tratamiento en casa se encuentran varios líderes ultraortodoxos, incluyendo el rabino principal de la secta jasídica Belz, que se recuperó totalmente.

Yitzhak Markovich, de la organización “Hesdei Amram” dijo al Canal 12 de Israel que los voluntarios revisan los niveles de saturación de oxígeno y la presión sanguínea de los pacientes.

“Un médico y una enfermera llegan a sus casas para tomar muestras de sangre, y las transferimos a un laboratorio legal. Hay dos laboratorios que trabajan con nosotros”, aseveró.

Markovich mostró una lista de 170 pacientes que actualmente requieren equipo médico y el gobierno de Israel no sabe de ellos. Otras 330 personas en Jerusalén, Beit Shemesh, Bnei Brak, Ashdod, Modiin Illit y Elad que ya no requieren medicamentos para tratar los síntomas tampoco están registrados en ninguna parte.

El Canal 12 filmó a un voluntario que visitaba el hogar de varios pacientes en estado grave, entre ellos un hombre de 76 años que estaba siendo atendido por un equipo médico que lo visitaba tres o cuatro veces al día. El paciente no podía hablar y tenía problemas respiratorios durante varios días.

Sin embargo, se negó a ir al hospital. Su familia alegaba que sería muy peligroso y que no recibiría el tratamiento adecuado debido a la sobrecarga del sistema y porque estaría aislado.

Según el reporte, el hombre fue finalmente llevado al hospital en contra de su voluntad y murió allí horas después.

Los médicos que participaron en el proyecto, todos de instituciones médicas establecidas en Israel, se negaron a ser nombrados públicamente.

“Yo, como médico, trato a los enfermos. Nuestro objetivo no es ayudar a la gente a romper la ley, sino ayudar al sistema y quitarle algo de carga. No se trata de un ‘Estado dentro de un Estado'”, expresó uno de ellos.

“Aquí tenemos autonomía”, dijo uno de los organizadores. “¿Robamos algo? ¿Hay algún peligro? Sólo estamos ayudando. Los pacientes se está recuperando y casi nadie muere, así que la gente puede decir lo que quiera, yo veo que estamos salvando vidas”.

Se estima que 7,000 israelíes tienen actualmente en sus casas tanques de oxígeno distribuidos por el grupo de voluntarios de ayuda médica Yad Sará, dijo su director general Moshé Cohen a la Radio del Ejército.

Cohen argumentó que sin Yad Sará, el sistema de atención médica de Israel se vería abrumado. La organización proporciona equipo médico a muchos miembros en la comunidad ultraortodoxa.

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