Enlace Judío México e Israel – Una boda judía celebrada este miércoles en el asentamiento de Giva’at Ze’ev, al noroeste de Jerusalén, se convirtió en un auténtico escándalo que causó conmoción incluso en la cúpula gubernamental de Israel.

El que sería probablemente el día más feliz en la vida de una joven pareja israelí, terminó con sangre, multas y arrestos, en un nuevo episodio de las tensiones que las restricciones por COVID-19 han generado en Israel.

Según el parte oficial de la Policía de Israel, un grupo de elementos llegó al domicilio en el asentamiento luego de un reporte que denunció la asistencia de “decenas de personas” en un evento matrimonial, en contra de las normas del confinamiento nacional por COVID-19.

Dentro del domicilio, relataron las autoridades, una oficial requirió a la dueña del hogar su identificación, pero fue en ese momento en que “fue agredida”.

A la dueña del hogar se le comunicó que sería detenida y se le solicitó en varias ocasiones que tenía que retirarse del lugar junto con los oficiales, indicó el parte oficial.

En seguida, según los policías, los asistentes a la boda comenzaron a hostigar a los elementos, lo que llegó incluso al lanzamiento de “botellas de vidrio con aceite”.

Uno de los asistentes, aparentemente el hermano de la novia, fue detenido debido a que, dijo la Policía, agredió a los oficiales y se resistió a su arresto.

Un video circulado en redes sociales muestra al detenido en el suelo, sometido por policías y sangrando del rostro.

Uno de los policías resultó herido, la propietaria fue multada con casi 1,500 dólares y el detenido fue llevado a una estación de Policía, donde recibió atención médica, concluyeron las autoridades.

La Policía de Israel aseguró que material de video “sesgado” fue difundido en redes para desprestigiar la actuación de los oficiales, y por ello, publico un video que mostró parte del incidente en el que se aprecia la acalorada discusión entre los festejantes y la policía.

El comisionado en funciones de la Policía de Israel, Moti Cohen, denunció los hechos como un “ataque” en contra de oficiales de seguridad en cumplimiento de su deber.

Cohen también lamentó que se haya tratado de desprestigiar a la Policía en vez de que se condenara la conducta mostrada por las personas involucradas en la boda y pidió al público respetar las normas sanitarias en vigor por COVID-19.

Pero nada de lo ocurrido fue pretexto para cancelar el evento: la fiesta continuó su curso luego de que los policías abandonaron el lugar, reportó el sitio Ynet.

Videos circulados en redes sociales muestran a los asistentes muy animados, incluidos los novios, algunos sin usar bien el cubrebocas y sin respetar el distanciamiento social, luego del tremendo incidente.

La versión de los hechos de la familia ofrecida a medios israelíes fue diferente y pintó una actuación desmedida de los elementos de seguridad.

Según ellos, el evento solo contó con familiares cercanos a los novios y se establecieron cápsulas divididas para cumplir con las restricciones del confinamiento por COVID-19.

El acto admitido por los asistentes a la boda que pareció ser la gota que derramó el vaso fue el hecho de que la madre de la novia arrebató el celular a una policía, con el que grababa la escena, para evitar que filmara dentro de su propiedad.

La novia afirmó que los policías trataron de detener y llevarse a su madre tras ello, lo que resultó en que sus demás hijos actuaran en respuesta y comenzara un jaloneo con los oficiales.

Según el testimonio de la novia, unos 12 policías trataron de detener a su madre, e incluso uno presuntamente le arrojó un vaso a su hermano en la cara, lo que le habría provocado la herida.

El padre de la novia, el rabino Uri Pollack, aseguró que el evento se llevó a cabo siguiendo lo permitido por la ley. “Pero los vecinos llamaron [a la Policía] y los policías llegaron, comportándose horriblemente. Le abrieron la cabeza a mi hijo“, dijo.

Cuando trataron de actuar contra su esposa, aseguró que los presentes mostraron las manos para que no solo la arrestaran a ella, sino a todos, y afirmó que su hijo fue agredido brutalmente.

La actuación de la Policía causó malestar entre políticos ultraortodoxos, algo que han denunciado por meses en lo que va de la pandemia de COVID-19. Líderes ultraortodoxos han acusado constantemente al gobierno de arremeter particularmente en su contra con las restricciones sanitarias.

El jefe del partido Yahadut Hatora, Yaakov Litzman, dijo sentirse conmocionado por la “severa violencia policiaca” en la boda y condenó la “fuerza excesiva” utilizada.

“No podemos quedarnos callados frente a estos espectáculos sangrientos e inhumanos”, agregó, instando a actuar al Ministerio de Seguridad Pública sobre los policías.

Por su parte, el ministro del Interior y líder del partido Shas, Aryeh Deri, se terminó por comunicar con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu para pedirle que se investigara el incidente, lo que calificó como un “incidente muy grave”.

Netanyahu se comprometió a la petición de Deri y discutió el asunto con el ministro de Seguridad Pública, Amir Ohana, según comunicó su oficina. En respuesta, el funcionario aseguró por medio de un mensaje de Twitter que se analizarán los hechos y se darán a conocer los resultados lo más pronto posible.

Ohana calificó las imágenes de los videos circulados en redes sociales como “duras y desafortunadas”, pero aseguró que no emitirá ningún juicio sino hasta que se conozcan a profundidad todos los detalles.

El comisionado del gobierno israelí para COVID-19, Ronni Gamzu, que ha criticado constantemente las violaciones a las normas sanitarias por parte de los israelíes, también fijó su postura sobre el incidente.

En un primer momento, según Ynet, Gamzu fue muy severo en su condena contra las ciudadanos involucrados en la boda y defendió lo hecho por los policías: “Este tipo de acciones continuarán. No toleraremos las congregaciones masivas y las bodas”, dijo.

En tono de amenaza, el funcionario sanitario llegó al punto de afirmar que lo sucedido fue un “mensaje” contra todos aquellos que actúen “con descaro e insensibilidad” en esta época de pandemia.

Sin embargo, luego de conocer que basó sus declaraciones en información incompleta sobre lo ocurrido, Gamzu se retractó y pidió disculpas.

“La policía se encuentra en una misión compleja y dura con el fin de mantener las directrices y la salud pública”, manifestó Gamzu, si bien no obstante exhortó a los israelíes a no realizar congregaciones masivas que signifiquen un riesgo sanitario.

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