Veinticinco años después del asesinato de Yitzhak Rabin, el entusiasmo de una generación de jóvenes que prometió seguir la vía trazada por el exprimer ministro en busca de la paz con los palestinos parece haber disminuido, según un reportaje de la AFP.

El 4 de noviembre de 1995, dos años después de que su famoso apretón de manos en la Casa Blanca con el líder palestino Yasser Arafat sellara los históricos Acuerdos de Oslo, Rabin fue asesinado a tiros tras una manifestación por la paz en Tel Aviv.

Su asesinato por Yigal Amir, un extremista judío opuesto al proceso de paz, desencadenó manifestaciones de dolor de jóvenes israelíes conmocionados que acudieron en masa a encender velas en la Plaza de los Reyes de Israel en Tel Aviv, más tarde llamada Plaza Rabin.

Bajo el lema “No olvidaremos, no perdonaremos”, oleadas de jóvenes israelíes que afirmaron su demanda de paz llegaron a ser conocidos como la “Generación Rabin”.

Para la nieta de Rabin, Noa Rothman, cuyo emotivo pésame en el funeral de su abuelo captó la atención mundial, la sed de paz expresada por la juventud israelí hace un cuarto de siglo ha sido abatida por el constante estribillo de los escépticos.

“Se ha repetido que no hay socio para hacer la paz y se han puesto de lado las bases para construir un acercamiento con los palestinos”, dijo la joven de 43 años a la AFP.

“Mientras el trauma de su asesinato persiste, el llamado de la Generación Rabin para terminar el conflicto palestino ha disminuido”, y para una nueva generación de jóvenes israelíes terminar el conflicto no es una prioridad principal, afirma Ilan Greilsammer, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Bar Ilan.

Los jóvenes “han cambiado su enfoque”, dijo.

Sin embargo, facciones de la sociedad israelí continúan presionando por el cambio, como se manifiesta en las continuas protestas contra el primer ministro Benjamín Netanyahu.

“Los jóvenes se manifiestan contra la corrupción y los ataques a la democracia”, pero no por la paz con los palestinos, destaca Greilsammer. “La paz con los palestinos, central en la época de Rabin, ya no lo es”.

El profesor citó una lista de factores que han alimentado el “cansancio” por la paz, entre ellos, la Segunda Intifada palestina y el surgimiento del grupo islamista Hamás como gobernante de la Franja de Gaza.

La ocupación israelí, a la que Oslo pretendía poner fin, ha visto en cambio la continua expansión de la construcción de asentamientos judíos en Judea y Samaria, dijo.

En cuanto al partido laborista de Rabin, ahora con tres escaños sobre un total de 120 asientos en la Knéset, es un colapso devastador contra los 44 que tenía en 1992 cuando se negociaban los Acuerdos de Oslo.

“Es difícil identificar a alguien que pueda avanzar un impulso de paz”, subrayó Greilsammer.

Un grupo comprometido con la preservación del legado de Rabin llamado “Hozrim la Kikar” (Volvemos a la Plaza) celebró este miércoles una ceremonia en Tel Aviv para conmemorar el 25 aniversario del asesinato del exprimer ministro según el calendario hebreo.

Para Yotam Yakuba, de 31 años y miembro del foro “Hozrim la Kikar” no es sorprendente que la juventud israelí muestre un menor interés por el asunto palestino.

“El actual gobierno ha conseguido hacer creer a los israelíes que no es necesario hacer la paz con los palestinos” y que se puede “vivir con el conflicto”, afirmó Yakuba.

“No creo que se pueda vivir en un conflicto constante”, insistió.

Las manifestaciones antigubernamentales coincidieron esta semana con las ceremonias en memoria de Yitzhak Rabin.

Itamar Banit, que asistió a un mitin en honor a Rabin en Jerusalén asegura que algunos israelíes “intentan volver a poner el proceso de paz con los palestinos en el orden del día”.

Banit, que tenía 14 años cuando Rabin fue asesinado, se negó a admitir que la visión del exprimer ministro de un Estado palestino viable junto a Israel había desaparecido.

“Es cierto que hablamos menos de ello, pero la mayoría de los israelíes siguen apoyando una solución de dos Estados”, subrayó.

Para la nieta de Rabin, el hecho de que actualmente no haya un impulso político en Israel hacia las conversaciones de paz con los palestinos no hace que la causa haya desaparecido.

“Sólo porque una idea no sea popular, no significa que no deba defenderse”, apuntó Rothman.

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