La Universidad de Tel Aviv tiene previsto lanzar un nanosatélite de investigación, del tamaño de una caja de zapatos, en una nave espacial que será enviada a la órbita de la Tierra por la NASA y la firma aeroespacial estadounidense Northrop Grumman para reabastecer la Estación Espacial Internacional (EEI) en el primer trimestre de 2021.

Una vez que esté en la EEI, un brazo robótico lanzará el nanosatélite TAU-SAT1 a la órbita terrestre baja. El nanosatélite realizará varios experimentos mientras está en órbita, incluida la medición de la radiación cósmica en el espacio.

El TAU-SAT1 se está sometiendo actualmente a pruebas previas al vuelo en la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA). Desde Japón, el satélite se enviará a EE. UU., donde alcanzará a la nave espacial de reabastecimiento, dijo la Universidad de Tel Aviv en un comunicado este domingo, de acuerdo con The Times of Israel.

“Este es un nanosatélite, o satélite en miniatura, de la variedad ‘CubeSat’”, dijo Ofer Amrani, director del laboratorio de satélites en miniatura de la Universidad de Tel Aviv, en el comunicado.

“Las dimensiones del satélite son de 10 por 10 por 30 centímetros, del tamaño de una caja de zapatos y pesa menos de 2,5 kilogramos. TAU-SAT1 es el primer nanosatélite diseñado, construido y probado de forma independiente en el ámbito académico en Israel”.

El TAU-SAT1 fue creado, desarrollado, ensamblado y probado en el nuevo Centro de Nanosatélites en Tel Aviv, una empresa interdisciplinaria de las Facultades de Ingeniería y Ciencias Exactas y la Escuela Porter de Medio Ambiente y Ciencias de la Tierra de la Universidad de Tel Aviv.

Aproximadamente a 400 kilómetros sobre el nivel del mar, el nanosatélite orbitará la Tierra a una velocidad de 27,600 kilómetros por hora, o 7.6 kilómetros por segundo, completando una órbita alrededor de la Tierra cada 90 minutos.

“Sabemos que hay partículas de alta energía que se mueven a través del espacio y que se originan a partir de la radiación cósmica”, dijo Meir Ariel, director del Centro de Nanosatélites de la universidad. “Nuestra tarea científica es monitorear esta radiación y medir el flujo de estas partículas y sus productos”.

El espacio es un entorno hostil, no solo para los humanos sino también para los sistemas electrónicos, explicó Ariel. Cuando estas partículas golpean a los astronautas o equipos electrónicos en el espacio, pueden causar daños importantes.

“La información científica recopilada por nuestro satélite permitirá diseñar medios de protección para los astronautas y los sistemas espaciales”, dijo Ariel.

Uno de los desafíos es cómo extraer los datos recopilados por el satélite TAU-SAT1, y para ello los investigadores instalaron una estación satelital en la azotea del edificio de ingeniería de la Universidad de Tel Aviv.

“Nuestra estación, que también sirve como estación de radioaficionado, incluye varias antenas y un sistema de control automatizado”, dijo Amrani. “Cuando TAU-SAT1 pase sobre el Estado de Israel, es decir, en un radio de unos pocos miles de kilómetros desde el rango de recepción de la estación terrestre, las antenas rastrearán la órbita del satélite y se producirá un proceso de transmisión de datos entre el satélite y la estación. Dichas transmisiones se realizarán unas cuatro veces al día, y cada una durará menos de 10 minutos”.

Además de su misión científica, el satélite también servirá como estación de retransmisión espacial para las comunidades de radioaficionados de todo el mundo. En total, se espera que el satélite esté activo durante varios meses. Debido a que no tiene motor, su trayectoria se hundirá con el tiempo como resultado de la resistencia atmosférica. Se quemará en la atmósfera y volverá a la tierra como polvo de estrellas, dijo la Universidad de Tel Aviv.

El lanzamiento del TAU-SAT1 es el primer paso de la Universidad de Tel Aviv para unirse a la revolución espacial global en la que la investigación se está abriendo a instituciones y empresas civiles.

El nanosatélite de la Universidad de Tel Aviv se construyó y probó con la ayuda de un equipo de estudiantes e investigadores, que construyó toda la infraestructura, incluidas las salas blancas, varias instalaciones de prueba, como la cámara de vacío térmico y la estación de recepción y transmisión.

Ahora que se ha creado la infraestructura, los investigadores de la Universidad de Tel Aviv ya pueden comenzar a desarrollar TAU-SAT2, según el comunicado.

“La idea es que cualquier investigador y cualquier estudiante, de cualquier facultad de la Universidad de Tel Aviv, o fuera de ella, pueda planificar y lanzar experimentos al espacio en el futuro, incluso sin ser un experto en el campo”, dice el comunicado.

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