Enlace Judío México e Israel – El autor especialista en temas del Holocausto, Mario Sinay nos compartió un relato inédito sobre la noche de “Kristallnacht”, que es parte de su nuevo libro “Rescatar a los rescatadores”, en donde  trata de rescatar del olvido, la desmemoria y el silencio interminable, las historias de los rescatadores judíos durante la Shoá.

Sinay nos relató la historia inédita del rabino Abraham Kupershtock, jefe de una academia rabínica en Varsovia durante la época del dominio ruso sobre Polonia.

De acuerdo a las investigaciones de Sinay, esta yeshiva tenía alrededor de 100 estudiantes jasídicos, cuando los rusos reclutaron por la fuerza a jóvenes polacos y judíos para su ejército y todos aquellos que se atrevían a desertar eran ejecutados.

Entre los desertores se encontraban tres estudiantes del rabino  que fueron llevados a la plaza del pueblo y colgados por oficiales rusos a la vista  del público y una gran multitud de polacos antisemitas.

El rabino fue testigo de la ejecución y estaba decidido a vengar el asesinato de sus estudiantes. El rabino Abraham Kupershkotch, había sido un héroe en Alemania por haber entregado al ejercito alemán en la primera guerra mundial, un mapa crucial antes de la batalla de  Tannenberg en 1914, esto incluía diagramas de los túneles que conducían a las fortificaciones y las barricadas rusas.

El autor, resaltó que algo que ha quedado sin explicación hasta el momento es cómo consiguió el mapa el rabino Kupershtock.

Sin embargo, Kupershtock lo entregó a los alemanes, por ello él y sus estudiantes del seminario religioso habían sido bienvenidos a Berlín por el Kaiser William II y también recibieron la ciudadanía alemana.

Al final de la guerra, el rabino estableció su yeshiva en Berlín, y recibió una pensión vitalicia por parte del gobierno alemán, además las autoridades alemana subvencionaban la academia. El ejercito alemán le rindió honores por su contribución patriótica en aquella batalla crucial e incluso tenía una carta de protección firmada por el propio Hitler.

Durante la “Kristallnacht“, el 9 de noviembre de 1938 la yeshiva, que continuaba existiendo durante el régimen nazi, fue custodiada por los soldados alemanes, quienes evitaron que la gente le hiciera daño.

Esta protección especial continuó durante el régimen nazi durante 8 años más, sin embargo la yeshiva se cerró y los estudiantes fueron deportados al campo de concentración de Sachsenhausen y el rabino Kupershtock viajó a Sachsenhausen y obtuvo la liberación de sus estudiantes.

Finalmente el 2 de marzo de 1940 el rabino murió de muerte natural, fue enterrado en el cementerio de Berlín en donde su lápida se encuentra hasta el día de hoy.

Sinay, detalló que en su nuevo libro “Rescatar a los rescatadores”, recopiló 33 historias inéditas de judíos que rescataron a otros judíos, que además es el tema de este año para la conmemoración de la Shoá.

Destacó también que su libro es un esfuerzo por sacar de la oscuridad este tema tan importante. “Tratamos de rescatarlos del olvido, de la desmemoria y del silencio interminable, las historias de estos judíos que rescataron judíos, que arriesgaron sus vidas para salvar a los demás”, señaló Sinay.

Además, Sinay hizo énfasis en que gracias a la audacia y la determinación de muchos judíos, decenas de miles se salvaron. Se estima que entre 100 mil a 200 mil judíos fueron rescatados por sus hermanos y lamentó que sea poco probable confirmar el número de rescatistas, así como sus historias, ya que muchos perecieron durante el rescate y se convirtieron en víctimas de la guerra.

Finalmente el especialista en temas del Holocausto, lamentó que se tenga tan poco conocimiento de la resistencia por parte de los prisioneros judíos en los campos de concentración, que organizaron por lo menos 49 rebeliones dentro de estos centros de muerte, además de otros 120 intentos que fueron frustrados por los nazis.

“Alguien osó decir que fueron como ovejas al matadero. Y eso tenemos que erradicarlo de nuestro vocabulario y de nuestro pensamiento. Ellos lucharon, hicieron todo lo posible en la medida que comprendían lo que estaba pasando y en la medida de sus posibilidades. Porque recordemos contra quienes luchaban, eran los jóvenes de los movimientos juveniles, desarmados prácticamente, contra el ejercito más potente de toda Europa. Y tienen que ser recordados, la memoria judía es suficientemente grande para inculcar otras rebeliones que no conocemos, podemos conocer un poquito más”, concluyó.

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