Estados Unidos no apoyaría a esos grupos y ONG antisemitas de ninguna manera e instaría a otros gobiernos a hacer lo mismo, publicó The Jerusalem Post.

SARAH CHEMLA

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha decidido conformar un nuevo proceso mediante el cual Estados Unidos puede declarar antisemitas a grupos y ONG, han confirmado tres personas cercanas al tema, aunque señalaron que podría retrasar la realización de un anuncio,  informó Politico.

Los informantes no nombraron organizaciones específicas; sin embargo, en octubre, el sitio de noticias políticas estadounidense informó que Pompeo estaba sopesando si etiquetar a Human Rights Watch, Amnistía Internacional y Oxfam como antisemitas debido a su presunto apoyo al Movimiento de boicot, sanciones y desinversión [contra Israel] conocido como BDS.

El año pasado, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva para adoptar la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA), una definición en la que se espera que se base el proceso, ya que enumera el antisionismo como un ejemplo de antisemitismo. El movimiento BDS, en este marco, puede por tanto considerarse antisemita.

Los representantes de Oxfam dicen que su organización no apoya el movimiento, mientras que Human Rights Watch y Amnistía Internacional dicen que no toman posición al respecto, según Politico. Sin embargo, otros argumentan que si bien los tres grupos no respaldan explícitamente el movimiento, han publicado informes críticos de las acciones de Israel en Gaza y Judea y Samaria (Cisjordania).

Un informe sobre el trabajo de Amnistía Internacional por David Collier, encargado por Jewish Human Rights Watch y publicado el año pasado, afirmó que la ONG está fuertemente predispuesta contra el estado judío y otros actores, como India, mientras ignora las violaciones de derechos humanos cometidas por Pakistán.

“Los objetivos no se eligen por sus acciones, sino más bien por su identidad”, escribió Collier.

Después de monitorear docenas de cuentas de redes sociales mantenidas por la ONG y a las personas que trabajan para ella, Collier concluyó que la cantidad de odio que Israel recibió estaba más allá de cualquier proporción y había alcanzado un nivel antisemita.

Ninguna de las organizaciones recibe fondos importantes, si los hay, del gobierno de los Estados Unidos. Pero bajo el proceso de Pompeo, el gobierno dejaría en claro que no apoyaban a las organizaciones e instaría a otros gobiernos a no darles financiamiento.

Varios miembros del personal y legisladores del Departamento de Estado se opusieron enérgicamente a la propuesta, alegando que podría generar preocupaciones sobre la libertad de expresión e incluso provocar enredos legales.

Al solicitar una declaración de Politico el miércoles, un portavoz del Departamento de Estado dijo: “No comentamos sobre comunicaciones supuestamente filtradas”.

Sarah Ben-Nun y Hagay Hacohen contribuyeron a este informe.

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