Enlace Judío – La semana pasada me habló mi nuera para decirme que había fallecido el ingeniero David Serur. Ella sabía que yo llevaba una amistad con David y la noticia me impactó porque no esperaba que David se hubiera ido.

En esta época de pandemia han sucedido varios acontecimientos tristes y ya nos estamos acostumbrando a la desaparición de muchos amigos.

A David le tenía un cariño especial porque en una ocasión le hice una entrevista durante la cual le pregunté: Si sus padres estuvieran vivos, ¿se sentirían orgullosos de él? Le salieron las lágrimas y me contó que durante su juventud había padecido muchas penurias y me explicó que se tuvo que ir a vivir a Cuernavaca porque la altura de la Ciudad de México afectaba la salud de su padres y para tener un poco de dinero tenía que limpiar los parabrisas de los autos para que le dieran algunas monedas y poder comprar algunos dulces; también me contó tenía que ir con el señor Ambe de la directiva de la Comunidad para que le sellara las recetas médicas para que pudiera adquirir los medicamentos para sus padres sin costo.

Tuvo una voluntad férrea para cursar su carrera universitaria y graduarse de ingeniero y fueron estos conocimientos los que le dieron la idea que lo inmortalizó, la construcción del segundo piso del Periférico, misma obra que se llevó acabo y facilitó el tránsito en la ciudad que era muy complicado en esos días.

Al tener noticia de su fallecimiento, el mismo presidente López Obrador y la jefa de gobierno de la ciudad, Claudia Sheinbaum le mandaron un mensaje de condolencias a su viuda y su familia.

Fue a raíz de esa entrevista que nuestra amistad y mi admiración se afianzó. La Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México les concedió un premio a él y a su esposa Jenny en una celebración multitudinaria en el templo de la colonia Álamos por la creación del Instituto Cultural México-Israel. Gracias a su dedicación y a la creación de este instituto en la calle de Republica del Salvador, donde se otorgaron premios, se reconoció a un sin número de personalidades y se llevaron a cabo muchos eventos culturales durante años y enaltecieron la amistad entre nuestro país e Israel.

Su preocupación y el amor al Estado de Israel y al pueblo judío lo impulsaron a edificar este instituto que llevará su nombre y el de su esposa para las generaciones futuras.

Es gracias a David y su esposa y muchos como ellos que han dejado su huella en la historia de nuestro pueblo. Es la dedicación y el sacrificio de estas personas los que han enaltecido al pueblo judío durante generaciones.

 


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