Enlace Judío – Un estimado de 10,000 personas asistieron este domingo al funeral de un conocido rabino ultraortodoxo en Jerusalén, en violación a las normas fundamentales por COVID-19, lo que desató polémica ante la situación epidémica por la que transita el país.

El rabino Meshulam Dovid Soloveitchik, jefe de la Yeshiva Brisk en Jerusalén y de la dinastía rabínica Soloveitchik, murió el domingo a la edad de 99 años, de acuerdo con información de The Times of Israel. En 2020 contrajo COVID-19 y su salud se deterioró en la última semana hasta su deceso.

La procesión fúnebre partió de su casa, frente a su Yeshivá en el barrio de Sanhedria de Jerusalén, a las 11 a. m. Su cuerpo fue llevado al cementerio de Har Hamenuhot en el barrio de Givat Shaul.

La policía pidió al público que no se uniera a la procesión fúnebre o al entierro, pero no se hicieron esfuerzos para hacer cumplir las restricciones por COVID-19, que por el momento prohíben reuniones de más de 10 personas. Luego, las fuerzas del orden se justificaron argumentando que si hubieran hecho cumplir las normas, esto habría traído consigo un “baño de sangre”, de acuerdo con el Canal 12 israelí.

El funeral ocurre luego de una serie de violaciones a las normas desde algunos sectores de la comunidad ultraortodoxa, acusaciones de cumplimiento deficiente del confinamiento y protestas violentas contra elementos de la policía que han actuado para garantizar las restricciones.

Desde la cúpula política israelí, el primer ministro Benjamín Netanyahu fue acusado de nuevo de una actitud de indulgencia por parte de su administración hacia la población ultraortodoxa, cuyos líderes políticos son aliados clave en su gobierno.

En su reacción al funeral, el ministro de Defensa, Benny Gantz, subrayó su demanda de que la Knéset aprobara una legislación para duplicar las multas para los infractores del confinamiento, que finalmente se logró este mismo día.

“Así es como se ve una aplicación inequitativa de la ley”, tuiteó. “Millones de familias y niños están encerrados en sus hogares y se adhieren a las reglas mientras miles de ultraortodoxos se agolpan en un funeral, la mayoría de ellos sin cubrebocas”.

“No aceptaremos continuar con un confinamiento falso e ineficaz”, advirtió. “O todo el mundo está en confinamiento, o todo está abierto. Los días de la indulgencia han terminado”.

Yair Lapid, líder del partido Yesh Atid, tuiteó imágenes de video del funeral que mostraron a miles de personas durante el funeral. “Una ley para todos”, escribió. “¿Qué haríamos? Enviar a la policía en grandes cantidades”.

Gideon Sa’ar, un exministro del Likud que recientemente dejó el partido para establecer el partido Tikva Jadasha contra Netanyahu, tuiteó que las imágenes de la capital “demuestran que Netanyahu ha renunciado a hacer cumplir la ley por consideraciones políticas”.

Avigdor Lieberman, líder del partido Yisrael Beitenu y un crítico constante de la alianza de Netanyahu con los partidos ultraortodoxos, tuiteó: “Así es como se ve la aplicación selectiva [de la ley]”.

“¿Dónde está el primer ministro? ¿Dónde está el ministro de Seguridad Pública?”, Lieberman cuestionó, refiriéndose a Amir Ohana, aliado e Netanyahu, cuya dependencia es responsable de la policía.

Miki Zohar, del Likud, expresó críticas poco frecuentes a la comunidad ultraortodoxa y calificó las imágenes del funeral como “tristes”.

“Si bien la nación está luchando contra los crecientes contagios, no hay justificación para tales reuniones, sin importar las circunstancias”, escribió Zohar en un tuit. “Se necesitan pasos decididos para intensificar la aplicación de la ley contra las reuniones, en todas las comunidades”.

Las violaciones al confinamiento han ocurrido en todos los sectores, pero los reportes de infracciones en algunas comunidades ultraortodoxas, incluso abriendo escuelas, celebrando eventos festivos y bodas, han sido constantes a lo largo de la pandemia.

Las tasas de contagio en la comunidad ultraortodoxa son desproporcionadamente altas, probablemente debido a infracciones del confinamiento, así como a condiciones de vida hacinadas y otros factores.

La policía que intenta hacer cumplir las regulaciones en algunas áreas ultraortodoxas se ha encontrado con una resistencia violenta que ha incluido disturbios y ataques contra los oficiales, especialmente en la ciudad de Bnei Brak, cerca de Tel Aviv. Los líderes comunitarios ultraortodoxos han acusado a la policía de usar fuerza excesiva.

El tema del desacato a las restricciones desde la comunidad ultraortodoxa ha provocado reacciones públicas y luchas políticas internas en la coalición gobernante. Los partidos ultraortodoxos aliados con el partido Likud de Netanyahu se opusieron al aumento de las multas por violar las normas del confinamiento, mientras que el partido Kajol Lavan liderado por Gantz dice que los aumentos y otras medidas más estrictas son necesarias.

El estancamiento político ha atorado la votación del gobierno para prolongar el confinamiento, que expirará durante la noche de este domingo al lunes, pero que se espera que se extienda, debido a que las tasas de contagio se mantienen altas.

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