Enlace Judío México e Israel – Comencemos por el principio; por La primera vez. Si preguntamos a cualquier persona acerca de su primera vez, casi seguramente pensará en la primera vez que realizó el acto sexual, el coito, esto es, que, en una pareja heterosexual, el pene penetró en la vagina y que, probablemente, experimentó un orgasmo.

Antes de este evento, la persona es considerada como virgen y parecería que se marca un antes y un después de dejar de serlo. En la mayoría de las sociedades esto representa un cambio de situación, de estado, hasta de calidad personal. Esta clasificación acostumbra estar regulada social, cultural, legal y hasta religiosamente. En algunas culturas es un motivo de festejo mientras que, en otras, dependiendo de las circunstancias puede llegar a ser una desgracia y un pecado que se paga hasta con la vida.

Sin embargo, el coito no es el primer acto sexual de los humanos. Tenemos experiencias sexuales desde nuestros primeros días, con nosotros mismos, al explorar nuestro cuerpo y experimentar placer y después, con otros, comenzando por juegos y tocamientos.

Una de las definiciones de diccionario de “virgen”, es “aquella persona que no ha tenido una experiencia sexual.”

En las mujeres, en la entrada de la vagina se encuentra una delgada membrana llamada “himen”, que tiene una perforación por donde sale el producto de la menstruación. Tanto el grosor y la dureza del himen como el tamaño de la perforación varían mucho de un cuerpo a otro. Esta membrana generalmente se rasga al penetrar cualquier objeto a la vagina, como puede ser el pene. Al rasgarse, puede sangrar y producir dolor. El sangrado puede ser, desde unas pocas gotas hasta una hemorragia abundante y la intensidad del dolor también varía de persona a persona. Sin embargo, la membrana puede ser tan elástica que no se rasgue durante la penetración.

El himen también puede rasgarse sin que haya contacto sexual, al realizar la mujer algún tipo de ejercicio o actividad, como montar a caballo o en bicicleta.

Lo que suceda con el himen durante la primera penetración se ve afectado de manera importante por el estado emocional de la mujer. Si llega a ese momento con tranquilidad, paciencia y buen trato por parte de su pareja, el trance será prácticamente sin dolor y placentero, mientras que, si se lleva a cabo con rudeza o violencia y sin preparación previa, llega a ser muy doloroso y traumático, afectando el futuro sexual de la persona.

Esto es porque la preparación adecuada previa al acto sexual produce relajación en el cuerpo, en la vagina y el himen, así como lubricación que facilita la penetración. Lo contrario, que sería un estado de angustia, tensión y miedo en ella, causará tensión y resequedad, dificultando la penetración, haciéndola desagradable y molesta, por decir lo menos.

En cuanto al cuerpo masculino, no hay ninguna manifestación fisiológica de la virginidad, pero, aunque la cópula es un acto para el que estamos genéticamente programados, es indispensable el conocimiento de lo que va a pasar para que este resulte placentero, ya que la primera vez dejará una huella que influirá en nuestra conducta sexual durante el resto de la vida.

Se debe tomar en cuenta que la primera vez puede ser la primera solamente para ella, para él o para ambos y que es un momento de extrema ansiedad. curiosidad, miedo o deseo por parte del primerizo.

El coito puede dividirse en las siguientes etapas, aunque esta división es muy variable, ya que depende de la personalidad de cada uno y de la interactuación de los dos ya que los cuerpos de cada uno reaccionan de diferente manera.

Así como una pareja aprende a bailar, a seguir el ritmo de la música con los pasos adecuados y coordinados para lograr un acoplamiento casi perfecto, en el sexo, aunque se tengan aptitudes físicas, se debe aprender, saber cuando acelerar, cuando esperar, cuando llevar y cuando dejarse ser llevado.

El ciclo sexual tiene cuatro fases principales; La Excitación, La Meseta, El Orgasmo y La Resolución. Cada integrante de la pareja las experimenta de manera y a ritmo diferentes. El conocer estas diferencias ayuda a intensificar la experiencia sexual. En alguna de las etapas la mujer es más rápida y en otras el hombre, sin que haya normas o reglas ni que esto signifique que algo se esté haciendo mal.

Fase 1: Excitación.

Esta fase puede durar desde algunos minutos hasta horas. Y se caracteriza por:

  • Aumento de la tensión muscular.
  • Aceleración del pulsoy de la respiración.
  • Enrojecimiento de la piel (rubor).
  • Endurecimiento y erección de los pezones.
  • Incremento del flujo de sangre a los genitales, lo que hace que se hinchen el clítoris y los labios vaginales interiores de la mujer. El útero se eleva, haciendo que la vagina crezca. En el hombre se produce la ereccióndel pene, la piel del escroto se tensa y aumenta de grosor, y los testículos se elevan.
  • LA vagina de la mujer se comienza a lubricar
  • Los pechos de la mujer se vuelven más llenos, y las paredes vaginales se hinchan.
  • Los testículos del hombre se hinchan. Empieza a segregar un líquido lubricante que es parte del semen y contiene espermatozoides.
Fase 2: Meseta.

 Es el período entre la excitación inicial y el orgasmo.

  • Los cambios de la fase anterior se intensifican.
  • La vagina sigue hinchándose, debido al incremento del flujo de la sangre, y las paredes vaginales toman un tono rojo oscuro.
  • El clítorisde la mujer se vuelve muy sensible,
  • Los testículos del hombre aumentan de tamaño y la cabeza del pene aumenta de tamaño.
  • La respiración, el ritmo del corazón y la presión arterial siguen en aumento.
  • Aumenta la tensión muscular y pueden experimentarse espasmos musculares en diferentes partes del cuerpo.
Fase 3: Orgasmo.

 Este es el clímax del acto sexual. Es la fase más corta, y por lo regular es de muy corta duración. En el hombre dura de 7 a 20 segundos y en la mujer puede llegar hasta 45 segundo.

  • Hay contracciones musculares involuntarias. En la mujer la vagina y el útero se contraen rítmicamente. En el hombre, la próstata y el pene se contraen rápidamente, y se produce la eyaculación del semen. La intensidad y la frecuencia de las contracciones comienzan a disminuir después de la primera eyaculación.
  • La presión arterial, el rimo cardíaco y la frecuencia de la respiración están en su mayor intensidad.
  • Hay espasmos musculares en todo el cuerpo
  • Se produce una intensa y repentina liberación de la tensión sexual.
  • Se puede llegar a perder momentáneamente la conciencia del tiempo y del espacio
Fase 4: Resolución.
  • Cesan los espasmos musculares, y el cuerpo regresa lentamente a su nivel de funcionamiento normal. Las partes que se hincharon o que tuvieron erección vuelven a su tamaño color normales
  • En las mujeres desparece la hinchazón de los pezones y de los pechos y el clítoris recupera su posición. En los hombres, luego de la eyaculación, la erección desaparece progresivamente.
  • Algunas mujeres, si siguen siendo estimuladas sexualmente pueden llegar rápidamente a experimentar uno o varios orgasmos más. Los hombres requieren de un tiempo de recuperación después del orgasmo que depende de la edad y de la condición física. Este puede ser de algunos minutos hasta varios días. Este se llama “período refractario”, durante el cual el hombre no puede llegar nuevamente al orgasmo.
  • En esta fase se experimenta una sensación de bienestar y de estrecha intimidad, acompañada de una agradable fatiga.

El desarrollo de estas cuatro fases en genérica y no representa una receta que se deba de seguir al pie de la letra. No todos los encuentros sexuales deben, forzosamente culminar con el orgasmo y si este no se alcanza, no es un fracaso.

La descripción anterior se refiere a un coito pene-vagina, pero ese no es el único tipo de coito ni el único tipo de acto sexual posible.

Existe una variedad casi infinita, dependiendo del conocimiento, los gustos y las personalidades de los participantes y… en la variedad esta el gusto


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