Enlace Judío – En las últimas semanas, el discurso sobre el conflicto palestino israelí ha vuelto a tomar fuerza en internet. En esta ocasión, la controversia se refiere a la provisión de vacunas de COVID-19 a los palestinos que viven en Gaza y Cisjordania (Judea y Samaria). En los círculos propalestinos se condena a Israel por no proveer vacunas a los palestinos que viven en los territorios ocupados. Mientras tanto, en la narrativa proisraelí se asevera que Israel no tiene obligación alguna de proveer esta vacuna. ¿Quién tiene razón? Ambos manejan puntos verdaderos, por lo que es complicado:

El panorama israelí: 

Por cada 100 personas que viven en Israel, se han administrado 60 dosis de la vacuna de COVID-19. Dicha cifra ha posicionado a este país como el líder mundial en la campaña de vacunación. El primer ministro Benjamín Netanyahu proyecta que Israel será el primer país en salir de la pandemia, apuntando a fines de marzo como fecha tentativa para que esto suceda. Dentro del plan de vacunación entran tanto los palestinos-israelíes como los residentes palestinos de Jerusalén Este. Además, el gobierno de Israel ha proveído de 5,000 dosis a los trabajadores de la salud palestinos de Cisjordania. 

El panorama palestino: 

A diferencia de Israel, que tiene un trato con Pfizer para la provisión de vacunas, a Palestina le ha sido más difícil conseguir inmunizar a su población. Según el ministerio de Salud de Palestina, ellos han hecho acuerdos con cuatro empresas para que manden las vacunas necesarias para inyectar al 70 por ciento de su población. Asimismo, se registraron para COVAX, un programa internacional para que la vacuna llegue a países pobres. Con dicho plan, buscan vacunar al 20 por ciento de su población. El jueves 4 de febrero llegaron para los palestinos las primeras 10,000 dosis de la vacuna Sputnik V. Hoy en día, el panorama en Palestina es gris: los hospitales están rebasados y en la última semana se han promediado 586 casos por día.

El argumento palestino para pedir vacunas a Israel:

A pesar de que Israel se ha comprometido a dar 5,000 vacunas a los palestinos, múltiples organizaciones siguen criticando al gobierno de Benjamín Netanyahu por no considerar a los territorios ocupados dentro del plan de vacunación. Su argumento se basa en el derecho internacional. Según los Convenios de Ginebra, que regulan el derecho internacional humanitario, las potencias ocupantes deben de proveer con suministros médicos a los territorios en su poder.

Israel asegura que ellos no ocupan técnicamente Gaza y Cisjordania, aunque algunos expertos difieren. Omar Shakir, el encargado de la organización Human Rights Watch para Israel y Palestina dice lo siguiente: “Nada puede justificar la realidad actual en algunas partes de Cisjordania, donde la gente de un lado de la calle recibe vacunas, mientras que los del otro lado no, según sean judíos o palestinos. Todas las personas de un mismo territorio deben tener acceso equitativo a la vacuna, independientemente de su origen étnico”.

El argumento israelí sobre la no-provisión de vacunas a Palestina:

Del lado de Israel, las autoridades apuntan a los Acuerdos de Oslo. Yuli Edelstein, el secretario de salud le dijo a la cadena BBC que “también se pueden examinar los llamados acuerdos de Oslo, donde dice alto y claro que los palestinos tienen que cuidar de su propia salud”. En efecto, revisando los Acuerdos de Oslo, existe una provisión que dicta que el ministerio de Salud palestino es el encargado de suministrar medicamentos a sus ciudadanos. En otras ocasiones, Edelstein ha argumentado que como los israelíes son los que pagan impuestos, a ellos son los a los que el país tiene la obligación de vacunar

Igualmente, el gobierno palestino ha enviado señales mixtas y no ha clarificado si quiere o no que Israel suministre vacunas. Por un lado, el ministro de Relaciones Exteriores de Palestina, Riyad al Maliki, criticó a Israel ante las Naciones Unidas por “no proveer ninguna vacuna al pueblo palestino bajo ocupación, negando su obligación de hacerlo”. Por el otro lado, la Autoridad Palestina no ha hecho ninguna solicitud formal para que Israel vacune a los habitantes palestinos de los territorios ocupados. Asimismo, Gilad Erdan, el enviado de Israel a las Naciones Unidas ha dicho que Israel ha vacunado a todos los miembros de la sociedad israelí, sean judíos, musulmanes o cristianos. 

Conclusión: ambos tienen razón

Como suele suceder casi siempre que hay narrativas conflictivas, ambos lados tienen un argumento sólido para defenderse. No obstante, la mayoría de los discursos en línea presentan sólo la porción de los argumentos que les sirve, ignorando la existencia de un otro lado. Yo no tengo los suficientes conocimientos de derecho internacional para emitir una opinión al respecto de las campañas de vacunación, pero los expertos en la materia están divididos. Eso nos muestra que los problemas son mucho más complejos de lo que se puede resumir en un post o un artículo. Nadie tiene el monopolio sobre la verdad. 

 


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